El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx, abogó por reconsiderar la norma del secreto pontificio en los casos de abusos a menores, durante la tercera jornada de la cumbre antipederastia que reúne en el Vaticano desde el jueves hasta hoy a 190 jerarcas de la Iglesia Católica convocados por el Papa. Asimismo, reveló que se destruyeron numerosas pruebas para ocultar estos delitos.
El arzobispo de Múnich, que fue uno de los tres relatores de la sesión, puntualizó que «cualquier objeción basada en el secreto pontificio sería relevante solo si es posible indicar razones convincentes» pero que «tal y como están las cosas, no conozco estas razones».
Según el derecho canónico, este secreto impone la imposibilidad de compartir las denuncias extrajudiciarias de delitos contra la fe y las costumbres, y de los crímenes perpetrados contra el sacramento de la penitencia, así como también el proceso y las decisiones que se refieren a tales denuncias, haciendo siempre salvedad el derecho de aquel que ha sido denunciado a la autoridad de conocer la denuncia.
La propuesta de Marx es algo que las víctimas han pedido en numerosas ocasiones al considerar que protege a los agresores. El cardenal pidió así más transparencia sobre los juicios y exhortó a divulgar los casos examinados.
Durante su intervención, también señaló que se destruyeron varias pruebas para ocultar estos sucesos. «El abuso sexual de niños y jóvenes se debe, en una parte no insignificante, al abuso de poder de la administración», declaró el purpurado alemán.