Segovia es celtibérica

A.M.
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Expertos coinciden en que en época Celtibérica prerromana se creó una unidad urbana en lo que sería Segovia pero reconocen que hay pocas y claras referencias que sí existen sobre la fundación de otras capitales españolas.

Segovia es celtibérica

Aunque historiadores y arqueólogos mantienen que existen muy pocas referencias específicas y claras de las fuentes clásicas sobre la fundación de Segovia como ciudad,  que se necesitan estudios profundos de los materiales arqueológicos que hay dispersos y que falta mucho por excavar, hay una opinión generalizada de que en época Celtibérica prerromana se fija el establecimiento de unas pautas de ocupación urbana organizada.   

Mientras que otras ciudades españolas tienen fijada la fecha, incluso su fundador, respecto a Segovia no existe una idea clara.  EL DÍA ha consultado con varios expertos, con el fin de encontrar la respuesta.  El director del Archivo Municipal, Rafael Cantalejo, se muestra convencido de que atribuírselo a Hércules era muy frecuente en muchas ciudades, pero se debe a que algunos historiadores, como Garci Ruiz de Castro o Diego de Colmenares, se remitían al mundo de la mitología para hablar de algo que desconocen, pero  carecen de elementos como para poder sostener una historia cierta. ¿Y de dónde proviene el nombre?, Cantalejo es tajante: «La procedencia es absolutamente desconocida,  hay elucubraciones, pero es una cuestión más filológica que de historiador».

El consenso generalizado es que, a finales del siglo IV, hacia el año 300-330 antes de Cristo (a.C.), se crea una unidad que se puede calificar de urbana,  se pasa de una etapa protourbana a la conformación de lo que es una ciudad de carácter comarcal,  hay un asentamiento de una aristocracia dirigente que atiende al gobierno de una comunidad ciudadana dentro de lo que es la zona occidental de la meseta segoviana, con residencia de artesanos o comerciantes no directamente vinculados a la explotación de las zonas agrícolas y de pastos de piedemonte, según el director del Museo Provincial Santiago Martínez Caballero.

Lo comparte el arqueólogo Luciano Municio: «Segovia en época Celtibérica, en la segunda Edad del Hierro, poco antes de llegar los romanos es una ciudad con sus defensas, organización y urbanismo», mientras que el director de la Unidad de Arqueología de IE University, Cesáreo Pérez, hace hincapié en que «sobre los orígenes de Segovia se sabe bastante poco, fundamentalmente de la fase prerromana y de la primera parte romana, se ha recurrido a indicios e informaciones indirectas sobre aparición de algunos restos, en su mayoría cerámicos, para intentar llegar a una aproximación, pero sabemos muy poco». 

edad del hierro. Martínez Caballero hace un relato cronológico completo:  El surgimiento de la ciudad es un proceso bastante prolongado en el tiempo que puede que se enraíce en la primera Edad del Hierro, siglo VIII o VII a.C., cuando se documenta la primera ocupación continua de la roca de Segovia donde se desarrolla la ciudad en la fase que se llama del celtibérico antiguo, con preferencia en varias localizaciones, en la zona del Alcázar o del entorno, como en ‘Las tomaqueras’, en la Lastrilla, con presencia bien documentada de la Edad del Bronce, pero discontinua en el tiempo. 

En un principio se trata de una ocupación bastante limitada, muy difícil de detectar arqueológicamente, pero sí posible gracias a la documentación de diversas intervenciones arqueológicas dentro del casco urbano, de materiales pertenecientes a la primera Edad del Hierro,  bastante limitados pero confirman la ocupación en la zona occidental, en  la plaza Victoria Eugenia, el Alcázar y las Canongías, con el establecimiento de un castro perteneciente a una comunidad preurbana.

La ciudad se forma entre entre los siglos VI y IV a.C.,  para ser sucedida por otra Celtibérica de carácter regional, en el siglo II, a.C. Con la conquista romana se convierte en una ciudad de hecho aunque con gran componente indígena, pasando a ser municipio de Derecho latino, que significa su integración plena dentro de la estructura sociopolítica de Roma, durante el periodo del emperador Tiberio.

Mientras que el exdirector del Museo de Segovia, Alonso Zamora Canellada, también habla del origen en el Bronce final, para continuar en el mundo celtibérico y romano, basándose también en  nombres de personas que se conocen a través del mundo de los cronistas romanos o griegos, Luciano Municio coincide en el origen de la ciudad estaría establecido en el espolón del Alcázar, la parte más estrecha y mejor defendible, donde habría un protourbanismo, una organización del establecimiento de población que se acerca mucho al concepto del urbanismo del que hay una referencia, como lo pueden mostrar los verracos depositados en el Museo Provincial. 

El arqueólogo asegura que «de época Celtibérica solo hemos encontrado detalles, no información precisa, pero consta documentalmente en las fuentes clásicas, en los escritos de los historiadores griegos y romanos, como un sitio importante y estable en la segunda Edad del Hierro, los romanos se asientan sobre algo que estaba ya fortificado». 

La ausencia de datos más precisos le hace pensar a Cesáreo Pérez que «la primera Edad del hierro se ha querido ilustrar con materiales descontextualizados aparecidos en la Plaza Reina Victoria pero no se ha encontrado ninguna referencia,  también se han dado noticias de hallazgos celtibéricos en diferentes ubicaciones del plano de Segovia,  del antiguo colegio de los Maristas, por ejemplo, pero poco más se sabe coordinadamente».

A su juicio, el estudio de una ciudad requiere un amplio esfuerzo y es tarea de generaciones y equipos coordinados: «Sabemos más bien poco, en Segovia no conocemos nada de la época calcolítica,  que sí se conoce en Coca, empezamos a ver algo comparativo cuando aparecen los berracos, sabemos algo más de la segunda Edad de Hierro, pero tampoco mucho más», matiza Pérez.

La unidad urbana de lo que hoy es la capital, en competencia con tres unidades urbanas comarcales coetáneas, como el Cerro de La Sota y del Castrejón,  en Torreiglesias y en Losana de Pirón, el Cerro del Tormejón, en Armuña, o Coca, con una extensión de entre siete y diez hectáreas, a juicio de Martínez Caballero, amplia su influencia en el  alto Eresma y amplía el territorio a unas  25 o 30 hectáreas, fortificándose, tras tras la conquista de Numancia,  en el año 133 a.C.    

A inicios del siglo I a.C., con una gran campaña militar programada, el consul Tito Libio conquista los territorios extendidos entre el Duratón y el Eresma. Segovia es conquistada por Roma. A partir de este momento desaparece la ciudad Estado celtibérica como estructura política y Segovia se convierte en una civitas, una unidad mínima de organización territorial, conformada por una ciudad, la caput civitatis, y su territorio de gestión y explotación, en principio anexionada a Roma pero cuyos habitantes no están integrados dentro del Estado romano que considera a los habitantes extranjeros, peregrini, según el director del Museo de Segovia, así funciona la ciudad durante todo el siglo I a.C.

Entonces se produce el primer proceso de latinización, la explotación de las minas de cobre de Otero de Herreros, que están dentro de la circunscripción territorial de Segovia, la apertura de nuevos mercados, lo que genera una efervescencia económica que va a permitir empujar a esta ciudad de origen indígena pero dentro de territorio romano hacia una maduración que le permite que, a inicios de la etapa imperial, en época de Tiberio, entre 14 y 37 años después de Cristo (d.C.), el Estado romano convierta la ciudad en municipio de Derecho latino que significa que Segovia se integra de facto dentro de la propia estructura.

Luciano Municio habla de que Segovia es «una de las ocupaciones humanas más largas que se conocen en la península: Bronce Antiguo, Neolítico, Paleolítico Superior, contrastado incluso con arte, Paleolítico Medio, con el abrigo de los neandentales, entre 40.000 y 30.000 años hasta hoy,  hay una secuencia completa maravillosa, que estamos empezando a ver, hasta ahora no se había valorado en conjunto toda la información que tiene esta ciudad y su territorio que abarca radios de 30 a 35 kilómetros alrededor».  

NECRÓPOLIS. Municio destaca el conocimiento que se tiene de una necrópolis que duró incluso en época romana, como lo demuestra la excavación de Alonso Zamora en San Millán, donde se aprecia una tumba de ritual plenamente celtibérico en una disposición que se ajusta perfectamente a los patrones clásicos del establecimiento de las necrópolis en la segunda Edad del Hierro, pero en la que ya había material romano. 

En el Museo de Segovia se encuentran depositados materiales pertenecientes a las ocupaciones prehistóricas de un perímetro alrededor del recinto amurallado  de uno o dos kilómetros, luego hay materiales arqueológicos procedentes de las excavaciones que han detectado la ocupación desde el siglo VII a.C. a la actualidad: entre el siglo VII-VI y IV-III a.C. cerámicas hechas a mano y después a torno,  del siglo II a.C., cuando llegan los ejércitos romanos, pequeñas figuritas de barro y cerámicas de mayor calidad  y, a partir del siglo I a.C., una vez que Segovia pasa a dominio romano, empiezan a aparecer los típicos materiales de tradición indígena, cerámicas principalmente, y materiales puramente romano, incluso una moneda. A partir del siglo I después de Cristo , con la creación del municipio de Derecho Latino está todo el elenco del conjunto de los materiales desarrollo de la vida pública y privada de la ciudad, desde columnas, capiteles, mosaicos o pinturas, entre otros.

No obstante, Municio insiste en que aún falta un punto que sirva de base para poder continuar las investigaciones: «Las fuentes romanas clásicas son paupérrimas, no hay información contrastable en época prerromana», lo que comparte Cesáreo Pérez.  Hasta Segovia ha formado parte de las ciudades fundadas por Hércules, representado en edificios de los siglos XVI yXVII, pero la verdad científica está muy lejos de encontrarse, segúnCantalejo, quien habla de otro vacío extraño: «Desde el final del imperio hasta la repoblación por Alfonso VI».