"Se han hecho manifestaciones falsas para manipular"

A.M.
-

Entrevista al exdirector de la Caja de Ahorros de Segovia tras la sentencia absolutoria de los acusados por el caso de las prejubilaciones

"Se han hecho manifestaciones falsas para manipular"

El exdirector de Caja Segovia, Manuel Escribano, que cobró una prejubilación de más de 5,7 millones de euros, según la sentencia, es uno de los directivos absueltos por la Audiencia Provincial acusados de apropiación indebida y administración desleal, para quien se llegó a pedir entre cuatro y seis años de cárcel. Afirma en esta entrevista que el caso ha supuesto «más de siete años de aguantar afirmaciones de personas que no conocen lo que ha pasado en la Caja ni la documentación obrante en el sumario y se han permitido el lujo de hacer afirmaciones totalmente falsas para la manipulación de la opinión pública».

Una vez conocida la sentencia, ¿cuál es su impresión sobre el fallo y de cómo se ha desarrollado el caso?

La sentencia viene a confirmar lo que ha pasado a lo largo de estos años. Se ha olvidado que el juez instructor archivó dos veces la causa, la Audiencia Provincial dijo en su momento que se siguiera con el procedimiento, vino otro juez de instrucción que decretó el sobreseimiento libre, la Fiscalía se pronunció al menos en tres ocasiones en el mismo sentido y, cuando parecía que se iba a archivar, el auto de la Audiencia, del 27 de enero de 2017, lo revocó, lo que nos resultó sorpresivo, no lo esperábamos. Lo respeto absolutamente, independientemente de que nos disgustó, pero jamás me he pronunciado negativamente. 

Este auto llevó a la apertura de juicio oral, ¿cómo se desarrolló la vista, en su opinión?

Las afirmaciones de las acusaciones no han sido demostradas en ningún momento, lo dice la sentencia de forma tajante, las pruebas periciales fueron desastrosas para los intereses de las acusaciones, los argumentos hacían imposible de demostrar los hechos, porque no existieron. Quien asistiera a las sesiones, con un mínimo de objetividad, se dará cuenta de que esto era lo esperado. Por fin, entendemos que nuestros derechos han sido reconocidos pero es triste porque han sido más de siete años de aguantar afirmaciones que no conocen nada de lo que ha pasado en la Caja, que ignoraban la documentación obrante en el sumario, pero se han permitido el lujo de hacer afirmaciones totalmente falsas para la manipulación de la opinión pública. Es muy triste porque se ha jugado con el honor y la dignidad de muchas personas, que tenemos familia y amigos, se nos ha creado un gran perjuicio, diría que irreparable,  pero hay que mirar al presente y al futuro y decir que se ha hecho justicia, la que hemos respetado siempre, nos fuera bien o mal. 

Sin embargo se pueden encontrar comentarios en las redes sociales  que les ven como privilegiados en las decisiones judiciales, incluso hablando de delitos de ‘guante blanco’…

No me sorprende en la medida en que muchas de las personas que escriben en las redes han sufrido una manipulación previa. Si oyes a determinadas personas, durante años, mintiendo deliberadamente, y falseando la realidad, al final muchos se creen que es verdad. Aquí no hay ni guante blanco ni guante negro, es un asunto de legalidad o ilegalidad. 

Podemos hablar de legalidad, pero ¿es ético? 

Ese debate que he podido leer en los medios interpreta erróneamente lo que dijo la fiscal, ella habló de que algunas personas podrían pensar que esas retribuciones eran amorales. Pero no son amorales por el importe de su cuantía, porque si fuera así, Cristiano Ronaldo o Lionel Messi serían amorales…  No, esos señores ganan unos sueldos en virtud de un mercado de trabajo, como ocurre en todas las profesiones; el sector financiero es el mejor pagado en el mundo y las retribuciones de los directivos de la Caja estaban adecuadas al mercado y las de los empleados de a pie estaban como un 20% por encima de la media, eso no lo dice nadie. Cuando la Caja me ofreció el puesto de director general me dio el mismo contrato que tenía mi predecesor, Manuel Antonio Méndez del Río, aprobado por quien es hoy presidente de la Fundación Caja Segovia [Javier Reguera], entonces vicepresidente del consejo, que también aprobó el mío. No creo que pensara que el contrato de mi antecesor fuera amoral o inmoral, pues entiendo que el mío tampoco.  

¿Cómo ha visto el papel que han desarrollado las acusaciones?

Con todo el respeto y cariño a los señores Yturriaga [abogado de la acusación particular] y López Villa [de la acusación popular de IU], tienen que hacer su papel y decir cosas aunque no crean en ellas, pero siguen afirmando lo que en el juicio ha quedado demostrado que no es cierto. Sigo escuchando que la situación de la Caja era ruinosa, ¿pero estos señores se han leído algún documento oficial de las cuentas, no ya aprobadas por los órganos de gobierno de la Caja, sino supervisadas por el Banco de España, la Junta de Castilla y León, la CNMV, los auditores externos o los valoradores de AFI, media Europa, menos ellos?.  Si eso no es manipular y malinformar, que venga dios y lo vea… Es una batalla perdida,   cuando te dedicas a intoxicar a la opinión pública, evidentemente hay mucha gente que recoge ese guante,  hay que respetarlo y vivir con ello… 

¿Puede influir que la población esté muy sensibilizada porque Caja Segovia haya desaparecido? 

Se ha pretendido deliberadamente confundir dos fenómenos distintos, como las prejubilaciones y el final de la Caja como entidad financiera, para pretender penalizarnos o castigarnos a los directivos como si nosotros o los órganos de gobierno hubiéramos sido responsables y eso es absolutamente incierto, fue una decisión estructural del sistema financiero español. Para su tamaño, la Caja ha ganado mucho dinero, ha tenido un papel de motor económico y social de Segovia muy importante. Después de irme yo, se recibió un premio por haber dotado de 80 millones de euros, en diez años, a la Obra Social, casi 15.000 millones de las antiguas pesetas, para una provincia de 150.000 habitantes, es una barbaridad. Comprendo que cuando perdieron eso, que era mucho dinero para muchas entidades tanto públicas como privadas o colectivos desfavorecidos, entre otros, los ciudadanos tengan dolor, pero no es responsabilidad de los directivos.