Una policía muere degollada en un presunto ataque yihadista

Agencias
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La Fiscalía Antiterrorista investiga el asesinato cometido en una comisaría de Rambouillet por un tunecino que gritó "Alá es grande" al acuchillar a la agente y que fue abatido tras el crimen

Una policía muere degollada en un presunto ataque yihadista

Una agente de Policía de 49 años falleció ayer tras ser apuñalada por un sujeto en la comisaría de la localidad de Rambouillet, situada a pocos kilómetros de París. El agresor, un tunecino de 36 años, también murió después, tras ser abatido por otros agentes presentes en el momento del suceso, mientras que otras tres personas fueron detenidas en relación al caso.

Según fuentes policiales, los hechos tuvieron lugar a las 14,30 horas, en el vestíbulo de la comisaría, cuando la mujer accedía al edificio tras realizar una pausa para comer. La agente recibió una cuchillada mortal en el cuello y falleció después a pesar de la intervención de los servicios de emergencia.

Pese a que al cierre de esta edición se desconocían los motivos de la agresión, la Fiscalía Nacional Antiterrorista francesa asumió la investigación de dicho asesinato, ya que podría ser acto de un yihadista, ya que según apuntaron medios nacionales, el atacante gritó «Alá es grande» antes del suceso.

El fiscal nacional antiterrorista, Jean-François Ricard, explicó ante la prensa que su oficina se ha hecho cargo del caso «por el desarrollo de los hechos, que incluye elementos de localización. También por su realización, la modalidad del crimen, el tipo de víctima y las declaraciones del autor en el momento de los hechos». La emisora France Info detalló que el agresor tenía 36 años, llegó a Francia en 2009 y no estaba fichado por los servicios de inteligencia. La cadena BFM TV añadió que entró en el país de forma ilegal, regularizó su situación en 2019 y trabajaba como repartidor.

A lo largo de la jornada, la Policía llevó a cabo dos redadas, una en la casa del asaltante y otra en la de la persona que le acogió cuando llegó al país. En el proceso, tres personas fueron detenidas, entre ellos, según avanzó un medio galo, esta persona y el padre del agresor.

Ante este escenario, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reiteró que París «no se rendirá en la lucha contra el terrorismo islamista. La nación está junto a su familia, colegas y las fuerzas del orden», señaló en Twitter.

Mientras, el primer ministro galo, Jean Castex, que acudió al lugar de los hechos, lamentó la pérdida de una de las «heroínas cotidianas» de Francia en un «gesto bárbaro» de «infinita cobardía». En un mensaje publicado en la misma red social, trasladó el «apoyo» de todo el país a los seres queridos de la agente y señaló a las Fuerzas de Seguridad nacionales que comparte su «emoción» e «indignación».