Los diez días que borraron la sierra

Nacho Sáez
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La concentración de polvo africano en el aire es habitual pero no en niveles tan altos y durante un periodo tan prolongado como en el episodio vivido recientemente.

Los diez días que borraron la sierra - Foto: Rosa Blanco

Para quienes salen a pasear o a correr por ‘El Polvorín’, la contemplación de la Sierra de Guadarrama constituye uno de los principales motivos para escoger ese paraje y no otros. Sin embargo, durante unos días la imponente silueta de la Mujer Muerta, de Peñalara y del resto de picos de nuestra bellísima montaña se había diluido vista desde esos caminos situados por detrás del Estadio Municipal de La Albuera. También para quienes la observaban desde los pueblos del alfoz o desde Zamarramala. La razón era una masa de aire procedente del norte de África que ya ha pasado pero que ha alcanzado la categoría de episodio «peculiar», según señala el jefe del Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático de la Junta de Castilla y León, Jaime Fernández Orcajo.

Esa masa de aire trajo consigo partículas de polvo que inundaron la atmósfera hasta el punto de que la calidad del aire llegó a ser muy mala en Segovia los pasados 4 y 5 de marzo, tal y como reflejan los datos que se pueden consultar en la Agencia Europea del Medio Ambiente. La estación de medición llegó a registrar 142.7 microgramos por metro cúbico de partículas de un tamaño inferior a diez micras. Este lunes ya eran apenas 20 y quedaba atrás un fenómeno que obligó a la Junta a emitir una alerta para que los ciudadanos –sobre todo las personas con enfermedades respiratorias– evitasen realizar actividades prolongadas e intensas al aire libre durante esos días.

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«No es en absoluto una sorpresa. Esto ocurrre con relativa frecuencia a lo largo del año, pero en esta ocasión ha sido especialmente problemático porque hemos estado una semana y media con este fenómeno de intrusión», explica Fernández Orcajo. El Ministerio para la Transición Ecológica remite diariamente a las Comunidades Autónomas modelos que ayudan a predecir la cantidad de partículas presentes en el aire, al estilo de las previsiones meteorológicas. El viento del Sáhara y del Sahel se manifiesta habitualmente en Canarias, pero su alcance ha sido mucho mayor en esta ocasión. «Centroeuropa se ha visto también bastante afectada por esta circunstancia. En la mayor parte de las ocasiones esto ocurre hoy y mañana ya se ha quitado. Suele ser coincidente con situaciones de borrasca que entran por el sur de la Península y suelen pasar rápido», indica el jefe del Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático.

También ha coincidido que los niveles de concentración de partículas ha sido alto: «En este caso casi todas las estaciones [de Castilla y León] estaban en un nivel rojo, lo cual quiere decir que es muy mala calidad del aire. E incluso alguna ha estado en una situación de calidad del aire extremadamente mala. En esta situación ni siquiera personas que se encuentran sanas deben hacer deporte al aire libre».

La calidad del aire se puede consultar en tiempo real en las páginas web que tienen habilitadas tanto la Consejería de Fomento y Medio Ambiente como el Ministerio para la Transición Ecológica y la Agencia Europeo del Medio Ambiente. A partir de 51 microgramos por metro cúbico de partículas de tamaño inferior a diez micras ya se considera que es malo. «Damos el aviso con carácter previo a que ocurra para que la gente pueda estar atenta y pueda ver en las páginas web que tenemos habilitadas en España los índices en tiempo real de la calidad del aire. Para que pueda adoptar las decisiones de lo que puede hacer o no puede hacerse», remarca Fernández Orcajo.

Los parámetros de calidad del aire que debe cumplir cada territorio, de acuerdo a la normativa europea, no tienen en cuenta a final de año fenómenos como el que se ha vivido ahora. «El cálculo anual es una media de los datos que se han obtenido a lo largo del año y la normativa permite descontar la contribución de estos episodios. Es un fenómeno absolutamente natural sobre el que evidentemente no podemos intervenir», concluye.