"Los españoles sabemos muy mal de nuestra historia"

María Albilla (SPC)
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José Luis Corral cierra la trilogía dedicada de 'Los Austria' con 'El dueño del mundo', volumen que recoge desde la muerte de Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, hasta la retirada del emperador, anciano y agotado, al monasterio de Yuste

"Los españoles sabemos muy mal de nuestra historia"

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, sumido en la tristeza tras quedar viudo, se echó a sus espaldas el Gobierno de un vasto territorio en el que nunca se ponía el sol. José Luis Corral recorre las luces y las sombras de la última parte de su reinado en una historia repleta de ambición, sexo y poder. 

En El dueño del mundo aparece un Carlos cansado, que se siente anciano incluso antes de los 50 años. ¿Le pesó demasiado el imperio?

Es que el peso que le cayó en los hombros a Carlos V en el marco del siglo XVI fue abrumador. Tuvo que gobernar uno de los imperios más grandes de la Historia en el ojo del huracán. Tuvo conflictos con los protestantes, con los ingleses, guerras con Francia, la amenaza turca en el Mediterráneo, problemas con el Papado, la conquista de América... ¡era abrumador! Gobernar todo esto desde los 17 años hizo que con cuarenta y pico años estuviera agotado.

Francia fue, desde luego, un vecino belicoso y muy molesto.

No había paz duradera con Francia. La guerra era constante, ya que temía al emperador. Carlos fue rodeando al país con posesiones de los Austria y los reyes galos respondían con declaraciones de guerra.

Dígame, sin pasión, quién fue el emperador Carlos V.

Fue un hombre sin unas extraordinarias cualidades que destacaran sobre los demás, pero que a pesar de no ser ni un portento físico ni un portento intelectual, fue capaz de gobernar un imperio inmenso y de someter a su voluntad a personas de una gran variedad de condiciones. De hecho, toda su familia le obedecía sin rechistar cuando él daba una orden. Todos los cronistas hablan muy bien de su fuerza de voluntad y del mesianismo del que se creía imbuido. 

¿Fue su reinado una de las épocas más gloriosas de España o habría que esperar al de su hijo, Felipe II, o incluso al de Felipe III?

Para hablar del imperio más grande habría que esperar a Felipe III e incluso Felipe IV, pero lo de épocas gloriosas es muy relativo porque hay quien piensa que lo que hizo el hijo de Juana La Loca fue agotar los recursos económicos de España y América para mantener sus guerras. Ahora bien, si tenemos en cuenta que el siglo XVI es el Siglo de oro, al margen de las ideologías políticas, es una época brillante para España, aunque el coste económico y de sufrimiento del pueblo fue tremendo. 

¿Cree que los españoles sabemos suficiente de nuestra historia?

Creo que sabemos muy mal. Nos han contado una historia muy falsificada. Por un lado, la leyenda negra ha desvirtuado algunos aspectos positivos de la presencia española en el mundo y, por otro, en la historia de los nacionalismos en España se nos han contado unas tonterías considerables, como que el Cid fue un caballero o que la unión de España con los Reyes Católicos fue poco menos que el principio del Estado-Nación. El nacionalismo, sea del tipo que sea, tiende a falsificar la Historia. 

¿Por qué nunca nos hemos podido quitar el peso de la leyenda negra?

La leyenda negra ha sido utilizada fantásticamente por la propaganda inglesa ya desde el sigo XVI, pero sobre todo en el XIXy el XX. Menos mal que los historiadores están cambiando esa percepción rancia. Hay que poner las cosas en su justo término. La colonización española de América no fue algo beatífico. Iban a conquistar tierras para hacer gloria y fortuna, pero también fundaron, por ejemplo, universidades para los indígenas, hubo mestizaje.Eso no ocurrió en la colonización de América del Norte, donde no solo no hubo mestizaje, sino que se realizó un exterminio sistemático de los indios.

¿En el siglo XVI ya había sentido de nación o de Estado?

En el siglo XVI las tierras eran del rey. No hay nación. Es verdad que se están construyendo ya las estructuras de Estado, pero no existe el concepto de nación moderno, que no surge hasta la revolución francesa.

El papel de las mujeres que rodearon a Carlos fue clave. Fueron meras piezas en el tablero, pero también delegó gran poder en ellas.

Fueron importantísimas, fundamentales y con un poder extraordinario. Él usó a los hombres y a las mujeres de su familia por igual. Incluso su madre, Juana, cuando los Comuneros de Castilla le ofrecieron ejercer como reina en contra de su hijo, ella lo rechazo por ese sentido del deber. A su hermana Catalina la envió a casarse con Juan III de Portugal y marchó contra su voluntad... y así todas. Margarita de Austria gobernó los Países Bajos y fue una de las mujeres más poderosas de la dinastía. 

¡Qué poco nos han contado el papel de la mujer en la Historia!

Nos han contado casi siempre la historia de los hombres, pese a que ha habido mujeres relevantísimas.

Carlos y su hijo hablan de los vicios de los españoles de entonces. ¿Algún paralelismo con la actualidad?

La pereza, la falta de iniciativa, son vicios que los españoles repetimos. La tendencia a la centralidad es otra constante en la Historia de España, aunque Felipe IIbarajó la posibilidad de establecer la capital en Lisboa. Imagínate cómo hubiera cambiado la historia de este país.

¿Felipe II era el heredero perfecto?

Si leemos la historia que de él cuentan los ingleses fue el demonio, pero si analizamos lo que hizo en el contexto histórico en el que vivió, hay que cambiar la perspectiva. En la Historia no hay villanos puros ni santos y no se puede analizar con ojos presentistas. El rey Felipe II hizo una política que, para su tiempo, fue adecuada.