Más de 400 personas, en su mayoría manifestantes desarmados, han perdido la vida en el marco de las protestas contra el Gobierno registradas en Irak desde principios de octubre, según un balance de la agencia Reuters elaborado a partir de fuentes médicas y policiales.
Este recuento, en concreto, establece una cifra de al menos 408 fallecidos, de los cuales 46 perdieron la vida en los disturbios registrados el jueves en Bagdad y Nasiriya. La del jueves fue una de las jornadas con más víctimas desde que estallaron las protestas y este viernes ya han muerto al menos tres manifestantes en Nasiriya, según fuentes médicas.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha actualizado este viernes el balance de víctimas "verificadas" por la organización para confirmar al menos 354 fallecidos y 8.104 heridos. "La cifra real probablemente sea mayor", ha admitido una portavoz, Marta Hurtado, según un comunicado.
"Una vez más, instamos a las autoridades iraquíes a tomar medidas mucho más firmes y eficaces para asegurar que las fuerzas de seguridad no hacen un uso excesivo de la fuerza y, en concreto, utilizan fuego real, como han hecho de forma reiterada desde que comenzaron las protestas", ha agregado Hurtado, que ha llamado a depurar responsabilidades por las posibles ejecuciones extrajudiciales.
Llamamiento al diálogo
En la misma línea, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha dicho estar "profundamente preocupado" por el uso de fuego real contra los manifestantes, en la medida en que "ha derivado en un número creciente de muertos y heridos", según un comunicado de su portavoz.
Guterres, que ha apelado al diálogo entre todas las partes, ha instado a las autoridades a "actuar con máxima contención, proteger las vidas de los manifestantes, respetar los derechos de libertad de expresión y asamblea e investigar rápidamente todos los actos de violencia".
Los manifestantes exigen, entre otras cuestiones, la dimisión del Ejecutivo, la disolución del Parlamento y una reforma de todo el sistema político, que rige el país desde la invasión militar estadounidense en 2003.