La propuesta que avanzó el pasado martes el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, de subir las cotizaciones sociales para garantizar las pensiones en la próxima década no ha convencido a los grupos políticos ni a la patronal. 

Tras el revuelo creado, Escrivá quiso aclarar que su propuesta para hacer sostenibles las prestaciones de jubilación, que incluiría una subida de medio punto durante 10 años a partir de 2023, sería «algo transitorio y muy contingente».

En este contexto, los grupos parlamentarios de la derecha y la izquierda cuestionaron esta idea, cuyo objetivo es asegurar las jubilaciones de los llamados baby boomers, los nacidos entre finales de la década de 1950 y mediados de la de 1970.

La portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra, consideró que la subida de las cuotas a la Seguridad Social «no va en el camino correcto» porque va a «lastrar la recuperación económica».

En la misma línea, el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, sostuvo que el futuro de las pensiones hay que garantizarlo con el «incremento de la natalidad» y «la protección del trabajo de los jóvenes», en lugar de ir poniendo «parches».

También el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, subrayó que Escrivá va por «el camino inverso» para abordar la reforma del Pacto de Toledo, y abogó por «poner las medidas adecuadas para crear empleo», teniendo en cuenta que en España «tenemos la tasa de paro juvenil más alta de Europa».

En el lado de la izquierda, la diputada Sofía Castañón de Unidas Podemos advirtió de que los cambios que se hagan para garantizar las pensiones «no pueden afectar al poder adquisitivo de la ciudadanía».

El portavoz de Más País, Íñigo Errejón, se mostró más «prudente» al señalar que «no sería la primera vez que Escrivá lanza un globo sonda que acaba en nada».

También, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, exigió evitar «una pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores», ya que puede que «paguen más para recibir lo mismo».

El presidente de la CEOE señaló que entre los planteamientos del Gobierno sobre la reforma del sistema de pensiones se encuentra la subida temporal de las cotizaciones un 0,5% sin explicar a cuánto ascienden ni qué parte tendrá que pagar la patronal y resaltó que «son más impuestos de los que ya están» y se preguntó si se queda ahí o va a haber más medidas posteriores».

La CEOE tendió su mano para «llegar a pactos, aunque con «responsabilidad» y aclarando cómo se va a repartir este impuesto. Por eso, pidió que no se les considere «los malos de los acuerdos» si en el futuro no llegan los fondos europeos.

CCOO y UGT apoyaron la propuesta al entender que subir las cotizaciones permite recuperar la hucha de las pensiones y su sostenibilidad.