La Segovia rural recela de la reforma sanitaria de la Junta

Nacho Sáez
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El nuevo modelo de sanidad rural planteado por la Junta suscita dudas. Los médicos están a favor aunque «con matices» y critican que no haber sido consultados. Ayuntamientos y asociaciones temen la eliminación de más servicios a los pueblos.

Una paciente se apunta en una lista para ser atendida en el consultorio de Prádena. - Foto: Rosa Blanco

Cuando tiene que ir a las pedanías, muchos días el médico se pasa la mañana en la carretera yendo de una a otra sin ver a ningún paciente. Pero también es verdad que parece que sólo te puedes poner enfermo el día que viene porque, si es otro, no le vas a encontrar». El alcalde de Turégano, Juan Montes, ejemplifica las dudas existentes en el medio rural acerca de la mejor solución para configurar el sistema de asistencia sanitaria primaria más eficaz posible. Una ausencia de certezas que no es exclusiva de los habitantes de los pueblos sino que también alcanza a las autoridades. «Si no sale, para quedarnos como estamos hay tiempo», ha dicho la consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, después de desvelar el nuevo modelo de organización que han ideado.

Este contempla la creación de Consultorios Rurales Agrupados (CRA) que no podrán estar situados a más de 30 minutos de distancia de los pacientes que se encuentren en su zona de influencia –la media con la que trabajan es de ocho minutos–, pasarán consulta cinco días a la semana y tendrán una mayor dotación clínica y tecnológica. Al mismo tiempo, en cada zona básica de salud se mantendrá el centro de salud como ente superior y los pequeños consultorios de cada zona sólo abrirán sus puertas con cita previa.

Este nuevo modelo de asistencia sanitaria en el medio rural ya está en marcha con el proyecto piloto que se está ejecutando en la comarca zamorana de Aliste y, si este logra un resultado positivo, se comenzará a extender por toda la Comunidad en el primer cuatrimestre de 2020 con el objetivo de que esté implantado en las nueve provincias antes de que concluya en 2023 la actual legislatura. Unos plazos que, sin embargo, no se corresponden con la información de la que disponen los principales afectados –profesionales y vecinos– de momento bastante limitada.

El anuncio de la consejera de Sanidad ha sido recibido con escepticismo mayoritariamente. El presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Enrique Guilabert, señala que la reorganización diseñada «está en la línea del documento que hemos elaborado en el Consejo General de Colegios de Médicos de Castilla y León, pero con matices». A Guilabert le surgen dudas, por ejemplo, respecto al servicio de transporte a los CRA que habría que proporcionar a los pacientes. «El transporte a la demanda no sería suficiente. Habría que garantizar unos vehículos y unas condiciones que fueran cómodas», remarca, al tiempo que echa de menos «un presupuesto realista» que acompañe el nuevo modelo.

No obstante, el portavoz de los facultativos segovianos considera «imprescindible» llevar a cabo cambios respecto al sistema actual. Recuerda que, en los próximos años, la previsión de jubilaciones de médicos de Atención Primaria es muy elevada y que los esfuerzos de la Consejería para retener a los profesionales recién formados –ha comenzado a ofrecer contratos de  tres años a los MIR de Familia– resultan insuficientes. «Hay que dejar de hacer populismo. Habrá sitios en los que con el tiempo no quede otro remedio que eliminar consultorios. Creo que es mejor ir en un vehículo cómodo a un sitio adecuado que a un consultorio que no reúne las condiciones porque no hay red para expedir una receta electrónica o para consultar una radiografía. Pero antes de lanzarse a hacer experimentos hay que contar con una serie de infraestructuras», argumenta Guilabert.

Villacastín (1.493 habitantes censados) aguarda una ampliación de su red de fibra óptica, pero el médico que coordina el centro de salud del municipio se encuentra cerca de la edad de jubilación. «Aquí todo funciona perfectamente, pero está claro que el futuro genera incertidumbre», admite su alcalde, Julio César Sánchez. Del centro de salud villacastinense dependen diez consultorios a los que se desplazan un médico y una enfermera, aunque no a diario. Una vez a la semana lo hacen los que tienen asignado Cabañas de Polendos (186 vecinos), donde «la consulta nunca está vacía», según asegura su primer edil, Javier Gómez. Este se muestra crítico con la reorganización que plantea la Junta. «Lo poco que tenemos nos lo quieren reducir a cenizas», se queja. «Prefiero que venga el médico un día a la semana que tenerlo disponible de lunes a viernes en un pueblo cercano. Hay mucha gente que no tiene coche para poder desplazarse», añade antes de lanzar al aire una pregunta: «¿Qué van a hacer con todas las infraestructuras que se han montado en municipios como el nuestro durante años? ¿Se van a morir de risa?».

Detrás del cambio de modelo se esconde también el objetivo de acabar con la diferente presión asistencial que soportan los profesionales en función de la zona en la que trabajan. En nuestra provincia, el Centro de Salud Segovia I (el Ambulatorio) cuenta con 1.408 tarjetas sanitarias por médico. En el extremo opuesto, la ratio en el Centro de Salud de Sacramenia es de 205 tarjetas por galeno. Tampoco alcanzan las 300 otros como el de Navafría, centro de referencia para  Prádena (520 vecinos), donde su alcalde, Diego Ramos, pone el acento en que «el médico tiene trabajo». «Siempre hay cola y lo que dicen de que con cita previa va a seguir viniendo el médico no nos convence. La gente no quiere estar atada a una hora. Actualmente llegan, se apuntan en una lista y el médico les va atendiendo por orden. Si así luchamos contra la despoblación, mal vamos», destaca.

«Es que cuando se plantean recortes, o reestructurar como dicen los políticos, el medio rural siempre paga los platos rotos de su ineficacia», abunda la presidenta del grupo de acción local Ismur, Rosa María Arranz, a la que tampoco seduce la fórmula que se va a ensayar: «No se puede fiar la resolución de los problemas a una llamada de teléfono, tanto por los profesionales sanitarios como por nuestros mayores, que ya se enfrentan a muchos obstáculos». En opinión de María del Mar Martín, “puede tener cosas buenas y malas, pero lo primero que hay que resolver es la falta de médicos que existe”. Para ofrecerles más facilidades, el presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Enrique Guilabert, reclama potenciar la atención domiciliaria. «Se lo vamos a decir a la consejera en la visita que nos va a hacer en los próximos días, porque hasta ahora no se nos ha consultado, lo cual me parece un error tremendo», zanja.