Diario sonoro de la naturaleza en Valsaín

Patricia Martín (Ical)
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Carlos de Hita graba un diario sonoro para abrir una ventana a quienes no tienen cerca la naturaleza durante el confinamiento que difunde en su blog y redes sociales

Imagen captada del blog 'www.carlosdehita.es'

Carlos de Hita vive desde hace 20 años junto al bosque de Valsaín. Desde este lugar, cada día graba un diario sonoro para abrir una ventana a quienes no tienen cerca la naturaleza durante el confinamiento que difunde en su blog y redes sociales. De manera certera, reflexiona sobre las implicaciones sociales y económicas de esta crisis sanitaria, incluido el futuro del medio rural, y pide no olvidar la crisis ambiental que “seguirá ahí” cuando pase la epidemia del Covid-19.

¿En qué ocupa ocupa los días de confinamiento?

Estoy grabando un diario sonoro, las voces de la naturaleza registradas día a día en el entorno inmediato de casa, y subiéndolo a mi blog y las redes sociales. Tengo la suerte de vivir junto a un bosque así que, en cierto modo, es como si les estuviera abriendo mi ventana a quienes, desde las ciudades, están lejos de la naturaleza. Me gusta pensar que alguien puede encontrar algún alivio.

La cosa concreta que echa más de menos de cuando se podía salir a la calle: la caña de los jueves, el paseo del domingo ...

Viajar, andar libremente por el campo. Paso una buena parte del año fuera de casa, por lo que no tengo rutinas establecidas. Yo estoy pasando esta situación en unas condiciones privilegiadas. En el campo, todo lo que siempre fue un problema -aislamiento, malas comunicaciones, etc.- se convierte ahora en ventajas. Y, en plan más mundano, leer cada mañana el periódico con un café y un pincho de tortilla en algún bar de La Granja.

En el ámbito más interno interno o personal, se tiene más tiempo para pensar: qué reflexiones le pasan por la cabeza con la situación actual.

Mas allá de lo imprevisible, de lo que todos sabíamos que podía pasar pero que nadie veía verosímil, esta crisis está revelando que el mundo no era tan seguro como creíamos. Si los ancianos mueren solos, aislados, abandonados, es porque ya los habíamos abandonado antes. La sanidad está al límite. Y lo que más me llama la atención, la economía se tambalea por parar solo unas semanas. Desde el encierro hemos sabido que nuestro sistema económico tenía los pies de barro.

Una crisis así puede suponer una catarsis, ¿qué cosas debemos cambiar después de esto?

Dependerá de la duración de la crisis. Durante unos años seremos más pobres. Es posible que las envejecidas y despobladas zonas rurales no se recuperen ya nunca. Pero, aparte de eso, no creo que estemos en la antesala de un cambio de era. La epidemia pasará, pero la auténtica amenaza de nuestro tiempo, la crisis ambiental, seguirá ahí. Lo único que espero, eso sí, es que la recuperación no se haga a costa de la transición ecológica.