«Tiene más pegada Pedro Sánchez que Rafa Nadal»

Sergio Arribas
-

Doctora en Derecho y profesora titular de la UVA, cumplirá en julio un año como Subdelegada del Gobierno, un cargo en el que le gustaría continuar si el PSOE de Pedro Sánchez revalida el Gobierno porque «un año me sabe a poco, hay muchos proyectos»

Lirio Martín, Subdelegada del Gobierno en Segovia. - Foto: Rosa Blanco

No ofrece la imagen de política al uso, empezando por su vestimenta. «Me encantan las chupas de cuero», asegura Lirio Martín, que confiesa que su «verdadera vocación» es la docencia universitaria, porque esto de la política «es una etapa» que abandonará algún día para regresar a las aulas, donde disfruta dando clases de Derecho.

Apellido común, pero nombre florido e inusual. ¿A quién atribuimos la elección de su nombre?

A mi madre. El nombre es María del Lirio, originario de Honrubia de la Cuesta, pueblo de la provincia de Segovia limítrofe con la de Burgos.

Me ‘chivan’ que le gusta tomar café en su casa, a primera hora, en soledad. Explíquese.

Lo hago los fines de semana, porque durante el resto de la semana es imposible. Somos una familia numerosa y todos los días hay que preparar desayunos a los niños. Sábados y domingos no me importa madrugar un poquito para tomar un café y leer el periódico, en soporte papel.

Y en esos momentos, ¿que piensa? ¿En la operación policial en marcha que solo usted conoce o, quizá, en la larga lista de la compra?

Hay veces que ambas cosas, porque toca también ir al supermercado.

Nacida en Segovia, aunque vivió en Mozoncillo hasta los tres años y en Cantalejo hasta la mayoría de edad.

Todo por la profesión de mi padre, agente de la Guardia Civil. Nací en Segovia. Veníamos de Mozoncillo con los obreros de la construcción que venían a trabajar a Segovia, porque por entonces no había otro taxi en el pueblo. Casi nazco de camino, en medio de señores con cascos y herramientas. Por suerte, dio tiempo a llegar al ‘Policlínico’.

La Benemérita le es familiar, como hija de un agente de la Guardia Civil. ¿Imaginó algún dia que iba a ser, permítame la expresión, su ‘jefa’?

Jamás. Soy muy afortunada, pero no por ser la ‘jefa de’, sino por ocupar un cargo que te ofrece un aprendizaje contínuo. Es un privilegio.

Y hablando de cuerpos armados, ¿es mujer de ‘armas tomar’? ¿o hace honor a su nombre, de flor delicada y vulnerable?

Depende del momento. Siendo mujer y apostando de alguna manera por tu progresión profesional tienes que ser ‘mujer de armas tomar’. Pero no es raro, es la vida misma.

Y hablando de carácter, ¿cómo era de niña? ¿ya ejercía liderazgo?

Era buena estudiante y no me importaba ser la delegada de clase o hacer preguntas en nombre de los compañeros. He sido decidida.

¿Qué tiene el baloncesto que no tengan otros deportes?

Es dinámico, entretenido, se trabaja en equipo, te amuebla la cabeza. Es como la vida en una cancha. Te permite ser competitivo, solidario con tus compañeros y, sobre todo, divertirte.

¿Toronto Raptors o Golden State?

Ninguno. Soy más de la ÑBA que de la NBA.

¿Ser competitivo es virtud o defecto?

Ni virtud ni defecto. Más que competitiva, me considero inconformista. Si tiene uno que competir, mejor con uno mismo.

¿Se puede vivir sin ambiciones?

Sí, perfectamente. Uno se marca unos objetivos y la vida te va abriendo caminos para que tomes tus decisiones. No me interesa la ambición.

Lirio, planta colorida y perfumada, es una de las más empleadas para la decoración de espacios verdes. ¿Cuánto le preocupa su imagen?

Poco. Normal. Coquetería, la justa. Si hay que ponerse un vestido y unos tacones, me encanta. Y si hay que ponerse las botas de trabajar, pues también. Ahora bien, soy más de botas de trabajar que de vestido y tacones.

Concha Piquer cantaba aquello de ‘la Lirio tiene una pena’. ¿Qué le entristece?

Me lo han dicho muchas veces (se ríe). Pero no tengo ninguna pena. Soy por naturaleza optimista, aunque la vida te da palos. Lo que más me entristece es la violencia de género. El año pasado 352 denuncias en Segovia, casi una al día. Como mujer es triste, duro, asumir todo esto. Es terrible, un problema muy serio.

La rosa es, como el lirio, una flor bella, aunque con espinas. ¿Qué espinita tiene clavada y que espera quitarse algún día?

Ninguna, de verdad. No tengo cuentas pendientes. Tengo carácter, pero olvido pronto. Duermo bastante bien por las noches.

Recuerdo un reportaje en El Día de Segovia sobre adopciones internacionales donde aparece con su marido y sus tres hijos, abrazados y felices. ¿Fue quizá la mejor decisión que tomó en su vida?

¡Uff! Sin duda alguna. No habrá ninguna más. Es que me emociono. Nuestros hijos son lo mejor, es increíble (está a punto de soltar una lágrima). Es otra manera de formar una familia. En determinados momentos, cuando los niños eran más pequeños, nos sentíamos observados y te generaba una cierta incomodidad. Pero es orgullo de madre y padre. Es lo mejor, sin duda.

Trabajamos de lunes a viernes y el sábado vamos a Mercadona. ¿Cómo escapa de la rutina?

¿Rutina? No la tengo. Cada vez que llego a casa, siempre hago algo distinto  gracias a mis  niños. Cuando no hay tareas de una cosa, hay deberes, ir a comprar unas zapatillas deportivas… No tengo tiempo para aburrirme. Desconectar teniendo niños pequeños es más sencillo.

Si su familia es importante, no menos es —al margen de su actual responsabilidad pública— su trabajo como profesora en la Universidad de Valladolid. ¿Se imagina fuera de un aula?

Ahora no doy clases pero mi vocación es docente. Cuando estudié Derecho no me lo imaginaba, quería dedicarme al ámbito jurídico. Me veía haciendo unas oposiciones. Fue en los últimos años de la carrera cuando me decanté por la docencia, por ese carácter dinámico. Soy persona inquieta y no me veo haciendo sistemáticamente lo mismo. No me veo fuera de un aula, esta responsabilidad pública o política es para un rato. Volveré a las aulas porque lo disfruto.

Doctora en Derecho. ¿alguna vez perdió la confianza en la Justicia?

No debemos. Podemos ser críticos y yo como profesora de Derecho diseccionamos las sentencias y criticamos lo que hacen los tribunales. Pero la justicia es fundamental, porque es lo que nos permite mantener esta calidad de vida y este orden social en el que vivimos actualmente.

Ha confesado a sus más íntimos que lo más duro en su trabajo en la Subdelegación es ver cada día los partes de Policía Nacional o Guardia Civil denuncias por violencia de género. ¿Qué piensa cuando oye el discurso de VOX?

 Es como si estuviéramos en galaxias diferentes. No puedo entender cómo personas que viven en este país defiendan este tipo de ideología. No lo comprendo, sinceramente.

¿Ha sentido alguna vez gestos de desdén por su condición de mujer?

Como Subdelegada en ningún momento. También uno tiene que hacerse respetar y saber ocupar los lugares donde está. Si me pregunta en mi vida diaria, por supuesto que sí. En la universidad pública estamos ahora al 50% pero cuando empecé mi carrera de Derecho en 1988 en cinco años solo tuve dos profesoras y cuando hice el doctorado en la Complutense, solo había dos mujeres. Sí que hay un techo de cristal que hay que romper en determinados estatus. Pero también nos tenemos que ubicar nosotras como mujeres, y sin ningún miedo.

¿Estamos lejos de lograr la igualdad de género en esta sociedad?

Estamos en el camino. La igualdad efectiva aún no se ha logrado, pero las bases están marcadas. 

Si Pedro Sánchez logra la investidura, ¿Se ve otros cuatro años como Subdelegada del Gobierno?

A mi me encantaría continuar. Un año se me ha quedado corto, me sabe a poco por todos los proyectos que tenemos en marcha.

Giremos a temas más prosaicos. Olvidé sacar los filetes del congelador y tengo que preparar algo rápido y sabroso. ¿Qué me aconseja?

Un menú infantil. Pasta con tomate. Y si tiene algo de atún, pues mejor. Es lo mejor para salir del apuro.

Lirio Martín. No desentona el nombre si fuera un personaje de novela. Y me dicen que las de intriga o policíacas le ‘chiflan’. Conociendo de primera mano el trabajo policial, ¿no se anima a escribir alguna?

No. Escribo otras cosas, cuestiones jurídicas. Como profesora universitaria, toca escribir determinados artículos pero no me veo a lo Agatha Christie. Me gusta mucho más leerlo.

¿Rafa Nadal o Pedro Sánchez?

Me gusta Rafa Nadal, pero en este caso no tengo dudas. Tiene más pegada Pedro Sánchez.

¿Con qué político español no tomaría ni un café?

Precisamente he tenido esa conversación esta mañana. No me tomo un café con cualquiera. Un café es un momento de relax y hay que tomárselo con amigos y con personas que te sientas cómoda y relajada. Otra cosa es trabajar. No me tomaría un café nunca con representantes de partidos anti-sistema. 

«Que la vida se nos va, como el humo de ese tren, como un beso en un portal, antes de que cuente diez», canta Fito Cabrales. ¿A qué debería dedicar más tiempo?

A mí misma, quizá. Es a la que menos tiempo dedico. Me lo debo.

¿Dónde está su paraíso?

Pues muy cerca. En mi casa, con mis hijos. No hay paraíso igual.