Profunda curiosidad

Patricia Martín
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'Los diez lugares' de Andrés Díez, geólogo.

Profunda curiosidad - Foto: Rosa Blanco

Andrés Díez Herrero (Segovia, 1968). x Doctor en Ciencias Geológicas, por la UCM, y Máster en Hidrología General y Aplicada por el CEDEX. Desde mayo de 2005 es investigador científico en el Instituto Geológico y Minero de España, en el Área de Riesgos Geológicos del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica. Anteriormente fue profesor en las universidades: ‘Europea de Madrid’, entre 1997 y 1999; la Universidad SEK de Segovia, entre los años 1998-2001, y de la Universidad de Castilla-La Mancha, los cuatro años siguientes. También es investigador asociado al IMDEA Agua desde 2011.

1. Bar-restaurante El Sitio, en la calle de los bares. Durante su etapa universitaria, compartió la barra con sus amigos de la asociación Horizonte Cultural; allí celebró la concesión de sus primeras becas de investigación y el primer contrato laboral. Juan y Julián siempre fueron algo más que unos camareros y emprendedores de la hostelería para su generación:«han sido unos amigos y confidentes».

2. Antigua Lencería Quintanilla, calle Cervantes. Sus propietarias Encarnita y Mercedes, con buen gusto y criterio, mantuvieron los afloramientos de rocas sobre las que se apoya el edificio en las escaleras y el primer piso, para que miles de geólog@s, científicos internacionales y personas aficionadas de todo el mundo pudiera comprobar, en los probadores, las rocas donde se observa la llegada de un mar cálido y somero a Segovia hace unos 84 millones de años. 

3. Antiguo Convento de San Francisco. Sede de la Academia de Artillería con valores histórico-artísticos: claustro, biblioteca, salón de actos o pasillo de honor, y  especialmente la Sala de Ciencia y Tecnología, con la colección de minerales, rocas y fósiles del Real Colegio de Artillería, una de las más antiguas documentadas del mundo, que tuvo la suerte de clasificar, catalogar y documentar histórica y científicamente.

4. El barrio de San José. Donde vivió hasta que contrajo matrimonio y disfrutó de una infancia privilegiada, rodeado de buena gente, obrera y humilde, con afán de superación y espíritu de barrio. Allí vivieron sus abuelos y viven sus padres, donde hizo amigos a los que siempre vuelve cuando necesita algo o le necesitan para algo. Si hay algo que puede competir con su condición de segoviano y castellano, es ser de San José.

5. El Valle de Tejadilla. En su adolescencia, probó mezclas de pólvora para lanzar cohetes a la Luna; en su juventud, se inició en la espeleología en sus cuevas y gateras; en su etapa como ambientalista, estudios y propuestas para su recuperación y mejora, y sus primeros pinitos como geólogo, descubriendo y excavando yacimientos paleontológico. Ahora vive en su cabecera, se sigue perdiendo en sus barrancos y se sorprende de que, tan cerca de la ciudad, haya un espacio tan aparentemente natural a pesar de haber sido secularmente antropizado.

6. Plazuela de San José. Centro neurálgico del barrio: la farmacia; el antiguo quiosco de la Chon (hoy de Miguel y Merce), la panadería Marín (para su panda, siempre ‘Falele’, gestionada por Fernando; el patio del Chirri, los Jardinillos, VillaAngela. «¡Cuántas horas de fútbol callejero, bote, tres marinos, escondite y otros juegos», incluyendo un circuito de golf, con seis hoyos, usando castañas por pelotas y ramas como palos.

7. Geomuseo de Válseca. Unico museo de minerales, rocas y fósiles de Segovia , con un millar de piezas de la que fue su colección particular. Nació en 1996 gracias a la iniciativa del entonces alcalde, Miguel Ángel Palacios; y ahora, gracias al impulso del actual alcalde, Alfonso Gil, y la financiación de la Diputación, ha ampliado el discurso expositivo, con más recursos didácticos y divulgativos, para atraer al público familiar, colegios e incluso opositores y estudiosos.

8. El valle del Cega entre La Velilla y Pajares de Pedraza. El río primero forma una estrecha garganta a modo de desfiladero y luego un amplio valle en cañón encajado en las lastras. Molinos seculares, restos de ermitas, rocas, flora y fauna salpican el trayecto, con una senda habitalitada que hace el recorrido por la margen del río. Hay tramos estrechos equipados con divertidos pasamanos de cadenas y cables, pasarelas y escaleras de madera y otros llanos y espaciosos para disfrutar en buena compañía.
9. Sepúlveda y las hoces meridionales del Duratón. A vista de un geólogo, resultan apasionantes cada rincón y detalle singular. Descubrimiento de su etapa en el instituto, en una de las primeras aulas de la naturaleza que se hicieron en España. Desde entonces, cada año y con cualquier excusa, pasa varios días con amigos o llevando grupos de estudiantes o investigadores extranjeros. Este año será uno de los destinos de la excursión pre-congreso del Simposio Internacional ProGeo 2020.

10. Los barrancos que transcurren entre Castrojimeno y el Valle de Tabladillo.  Permiten realizar un precioso recorrido andando entre el Lugar de Interés Geológico del arrecife marino fósil cretácico sobre el que se ubica el pueblo de Castrojimeno, los relieves turriculares de El Fraile y Las Monjas y acabar en Valle de Tabladillo, con su arquitectura tradicional, las minas de yeso alabastrino y los asados de la familia Poza (La Cantina).