Cara a cara con el enemigo

Maricruz Sánchez (SPC)
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Los avances en la investigación sobre el cáncer de mama, enfocados a la inteligencia artificial y la terapia hormonal, alimentan la lucha contra una enfermedad que sumó más de 34.000 nuevos casos en España en 2020

 Las cifras son demoledoras. Según los últimos datos recogidos por el Sistema Europeo de Información del Cáncer, en 2020 se diagnosticaron 34.088 nuevos casos de cáncer de mama en España, siendo este tipo de tumor el más frecuente entre las mujeres del país por delante del colorrectal, el de útero, de pulmón y el de ovario. La probabilidad estimada de desarrollar la enfermedad es de uno frente a ocho, siendo una patología que aparece de los 35 a los 80 años, aunque la franja de los 45 a 65 es la de mayor incidencia, al ser el momento en el que se producen los cambios hormonales.

Sin embargo, frente a estas cifras, que encarnan el miedo, hay una luz de esperanza cada vez más poderosa: los avances en la investigación en este campo son apabullantes. Ese es el logro en el que ponen el foco los expertos, coincidiendo con la celebración el próximo martes del Día Mundial del Cáncer de Mama. Los especialistas resaltan que «las novedades en este ámbito son realmente importantes», haciendo un llamamiento a la reflexión frente a una patología en la que la tasa de supervivencia es del 80 por ciento. 

La gran mayoría de pacientes se curan, aunque dos de cada 10 no lo superen. Mejorar esos registros es uno de los grande retos de la Unidad CRIS de Investigación Clínica en Cáncer de Mama en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), de la mano de un innovador abordaje de este tipo de tumor para llegar cuanto antes a terapias nuevas y más efectivas. 

El doctor Miguel Quintela, oncólogo y director de este programa, destacaba hace unos días que «el cáncer de mama está viviendo años buenos en investigación con importantes novedades, grandes mejoras en tratamientos hormonales con los inhibidores de ciclo y fármacos encaminados a romper la resistencia contra esos inhibidores».

«También en Her2+ hay una mejora radical en los tratamientos. En cuanto al tipo triple negativo, el más difícil de tratar y con menos terapias dirigidas, estamos desarrollando inmunoterapias que están mejorando los resultados clásicos de quimioterapia», señalaba. «Estas nuevas terapias y los avances en diagnóstico genómico van a permitirnos personalizar el tratamiento y obtener mejores resultados en los próximos años», explicaba, recordando que no existe un solo tipo de cáncer de mama. 

Y es que, incluso el tumor de cada paciente va cambiando con el tiempo. Por eso, Quintela apuntaba: «Necesitamos estrategias de investigación que aborden el cáncer de mama desde una perspectiva global y trabajen en todos los puntos clave de estos tumores. El oncólogo tiene ahora muchas más herramientas que antes y gracias a las inmunoterapias estamos a las puertas de un cambio radical como ha sucedido en otras enfermedades en los últimos 10 años»,.

Quintela es la cara visible de un proyecto que aspira a ir un paso más allá y buscar una medicina de alta definición, que gracias al uso de la inteligencia artificial y el Big Data recopilando información en tiempo real de la paciente mediante el uso de un wearable, permita una personalización sin precedentes del seguimiento y tratamiento. Se recopila una cantidad ingente de información de cada enferma para crear gemelos virtuales de la paciente y probar computacionalmente las estrategias terapéuticas antes de aconsejarle una.

En esta línea, la investigadora María Casanova, gracias al Programa CRIS de Talento dotado con 400.000 euros, ha puesto en marcha su propio laboratorio en el CNIO. En el desarrolla un ambicioso plan multicentro empleando técnicas de última generación para anticiparse a la metástasis en el cáncer de mama triple negativo, entendiendo su proceso e identificando sus puntos débiles.

Cribados

Mientras, las innovaciones continúan también en otros ámbitos, como es en el espacio clave de la detección. Así, un sistema automatizado que utiliza la inteligencia artificial (IA) puede cribar ahora rápidamente y con precisión las resonancias magnéticas de mama en mujeres con mamas densas para eliminar las que no tienen cáncer, liberando a los radiólogos para que se centren en casos más complejos.

La mamografía ha contribuido a reducir las muertes por cáncer de mama al proporcionar una detección precoz cuando es más tratable. Sin embargo, es menos sensible en mujeres con mamas extremadamente densas que en otras con mamas grasas. Además, las primeras tienen un riesgo entre tres y seis veces mayor de desarrollar estos tumores que las segundas y un riesgo dos veces mayor que el de la mujer media.

El cribado complementario en mujeres con mamas extremadamente densas aumenta la sensibilidad de la detección del cáncer. Además, esa característica que hace de esta técnica una excelente herramienta de cribado, también significa que a menudo detecta lesiones benignas que de, otro modo, habrían pasado desapercibidas.