«Torra y Puigdemont son tristes anécdotas de la política»

Sergio Arribas
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Álvaro Gil-Robles llegó a Segovia hace 47 años para establecerse en Sotosalbos. Defensor del Pueblo entre 1988 y 1993 y primer comisario de Derechos Humanos de la Comisión Europea, entre 1999 y 2006, preside en la actualidad la Fundación Valsaín.

Álvaro Gil-Robles, sentado en un banco de la calle Real. - Foto: Rosa Blanco

La cita es una cafetería del centro comercial Luz de Castilla, donde me esperan, sentados en una mesa, tomando un refresco, Álvaro Gil Robles (Lisboa, 1944) acompañado de su esposa Mariana, una mujer simpática y de educación exquisita. Tenemos algo más de media hora para la charla, antes de que la pareja entre al cine, a ver un película del festival MUCES.

Prudencia es un nombre de mujer, pero también puede ser virtud. ¿Siempre dijo lo que pensaba o ha tenido que morderse la lengua más de lo que quisiera?
Me la he tenido que morder tantas veces, que casi no tengo lengua.

Preferiría no hablar de política, pero me resulta inevitable. ¿Pedro y Pablo, que no los Picapiedra, sino Sánchez e Iglesias, son la encarnación del mal? Es que acabo de escuchar a Federico Jiménez Losantos…
No creo que ninguno sea la representación del mal. Eso es una tontería como un castillo. Son tal vez representaciones de una nueva forma de hacer política. A mí me quedan un poco distantes, porque son tan personalistas que algunas veces me agobian. Esta tendencia actual al cesarismo no me acaba de convencer.

Álvaro Gil-Robles, posa con la pizarra que da nombre a la sección.Álvaro Gil-Robles, posa con la pizarra que da nombre a la sección.

¡Mójese! ¿Pacto de izquierdas, pacto transversal o nuevas elecciones?
Gobierno y estabilidad. Esta fórmula, la del gobierno de coalición, no es la que más me gusta. Quizá puede dar sus frutos. Es todo interrogantes. Honestamente me hubiera gustado un centro-izquierda, pero nos quedamos sin el centro porque el titular, el representante del partido, Albert Rivera, se lo cargó y nos hemos quedado huérfanos.

Una receta para Cataluña… ¿Partidario de volcar algo de vinagre o lo aderezamos con azúcar?
Vengo de Gerona donde he estado un largo fin de semana discutiendo y hablando con unos amigos catalanes en unos encuentros donde llevamos el espíritu de Segovia. La receta es escuchar y eso significa estar dispuesto a aceptar la parte razonable del otro, la razonable, repito.

Última hora: Torra y Puigdemont se pasan a monologuistas en el Club de la Comedia. ¿Qué futuro les augura como cómicos?
No creo que tengan ningún presente y creo que van a tener menos futuro todavía. Son dos muy tristes anécdotas en la vida política de España.

Hijo de José María Gil-Robles, líder histórico de la CEDA y ministro de la Guerra con Lerroux, en 1935. ¿En qué partido cree que militaría en la España de 2019?
No lo sé. Si levantara la cabeza se volvería a morir el pobre, porque luchó mucho por la verdadera democracia y en la que ahora estamos tiene muy poquita coherencia política.

¿Para cuándo la derecha le rendirá un homenaje a su padre?
Sí, ese homenaje es una deuda. Lo han tenido sus coetáneos de la izquierda.  Lo lógico sería un reconocimiento, al margen de la posición política de cada uno. Pero en este país hay muy poca lógica política.

Su hermano José María Gil-Robles, que fuera presidente del Parlamento Europeo, en el PP y usted, aunque no tiene el carné, ya se lo digo yo, simpatizante socialista. En las cenas de Navidad, su hermano y usted hablarán del tiempo…
Lo primero es comerse el pavo, con un buen vino, lo que ayuda mucho. Nunca hemos tenido la más mínima divergencia, en el sentido humano y de las relaciones. Nos hemos respetado muchísimo. Y mi hermano José María, por ejemplo, y Marcelino Oreja, me ayudaron muchísimo cuando yo era candidato para ser el Defensor del Pueblo Europeo pero el señor Aznar me vetó.

Sotosalbos, donde vive desde hace 47 años, gran pueblo… No en vano, lo ha elegido Javier Maroto. Imagine que un día coinciden en la Taberna del Arcipreste...
Le invitaría encantado a tomar una cerveza. Incluso la pagaría. Creo que ya conoce bien el pueblo. No hace falta enseñárselo.

Fue Defensor del Pueblo entre 1988 y 1993… pero, ¿cuál es el mayor enemigo del pueblo?
El mayor enemigo de nuestro pueblo es olvidarse de que la democracia y la libertad hay que defenderla cada día. Y esa falsa creencia de que el dinero y el triunfo personal es lo más importante. Los principios y los valores hay que defenderlos porque hay muchos enemigos escondidos detrás de la mata dispuestos a destruirlos o rebajarlos en cuanto puedan.

A ver si me centro, que le dije que no quería hablar de política… Pero, hablando del centro, ¿qué tiene que todos los partidos ansían ocupar este espacio político?
A quien no le gustan los extremos, ni por la izquierda ni por la derecha, se encuentra sociológicamente en el centro. Y ese centro no existe realmente, es siempre un poquito a la derecha o la izquierda. Soy de centro pero con el corazón a la izquierda.

Ringgg… Le llama Pedro Sánchez. Le ofrece un puesto en su Ejecutivo. ¿Cuelga o le deja que intente seducirle?
Es un hecho imposible. Hoy no se llama a los jubilados, estamos amortizados. Hago una pregunta. ¿Cuántas personas que han pasado por la vida política reciente siguen en la vida política actual? Somos el único país que amortizamos a nuestros políticos demasiado pronto. En Francia la experiencia sigue siendo un valor. Aquí no interesa, no es clave, solo la juventud, la publicidad… Pero la experiencia ¿para qué? Es una pena.

Ahora lo hace Donald Trump. ¿Tiene remedio su peinado? ¿Y él, en sí mismo?
¿El mío o el de Trump? Mi peinado, va por el camino de no tener arreglo ninguno (se ríe). Trump es una enorme desgracia política, no solo para Estados Unidos sino para el mundo entero. Es un errático absoluto, por ponerlo en términos suaves.

Vaya, otra vez me voy a la política… En 1972 llegó a Segovia. ¿Era una ciudad tan carca, caciquil y santurrona?
Era muy cerrada en sí misma, sin industria ni servicios. El Colegio Universitario Domingo de Soto fue un acicate. Segovia siempre tuvo un grupo de personas muy interesadas por el arte, la cultura y por el cine. Estaban ahí y han sido el germen de lo que hoy conocemos de la vida cultural de Segovia.

Mire que tengo ganas de conocer su casa, un antiguo molino en Sotosalbos. Llevo el vino y usted prepara la comida. ¿Con qué nos sorprendería? ¿Es mejor comensal o mejor cocinero?
Las dos cosas. Como casi de todo, afortunadamente. Y cocinar me gusta. Le haría un magnífico cocido.

La independencia, y no hablo de Cataluña, es virtud para el pensador. Pero, ¿cómo es que no tiene carné de conducir? ¿No le resta independencia?
Tengo carné de conducir, otra cosa es que no lo utilice. Hay que tener un punto de contradicción y rebeldía. ¿Por qué hay que utilizar todo lo que se tiene?

El Museo del Prado cumple 200 años. ¿Qué obra le gustaría colocar en el salón de su casa?
‘Las Meninas’ no, porque es un poco grande. Si pudiese, un dibujo de Goya.

¿Qué sensación ha tenido al conocer la sentencia de los ERE?
Mi impresión es que ha sido algo excesivo porque conozco a los dos presidentes [Chaves y Griñán] y se que son en lo personal totalmente honestos y que no se han llevado un céntimo a su casa. Supongo que será una sentencia justa y no la voy a discutir, pero me ha parecido excesivo, creo que no se ha tenido en cuenta todo lo que se debería haber tenido en cuenta. Y no lo digo ideológicamente. Me parece excesiva con respecto a esas dos personas.

¿De qué es de lo que más presume?
Francamente de nada especial; tal vez de tener una mujer maravillosa, un hijo magnífico y unas nietas estupendas.

La última vez que sintió vergüenza ajena. Y no vale decir que por alguna de mis preguntas.
No me acuerdo. ¡Me pasa tantas veces! Cuando pongo la televisión, ese sentimiento es casi contínuo.

¿Para cuándo un libro de memorias de Álvaro Gil-Robles?
¿A quién le interesan mis memorias? Estoy poniendo en orden mis experiencias en el Consejo de Europa. Creo que es lo más interesante. El resto, algo dejaré escrito.

Hablando de memoria, ¿olvidará esa entrevista?
No, no. Este tipo de entrevistas locas me parecen estupendas.