Tres carreteras y un mismo problema

Cristina Sancho
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La SG-205, la SG-342 y la CL-602 atraviesan diferentes municipios de la provincia causando «preocupación e inseguridad» a los vecinos. Algunas localidades recibieron autorización para instalar pasos de peatones elevados

La seguridad de los vecinos ante la alta velocidad de los vehículos que circulan por algunas carreteras de la provincia ha llevado a algunos pueblos a sacar a la luz y denunciar públicamente estas situaciones. Con salida en Cuéllar y destino en otros pueblos de Segovia, Ávila o Valladolid, son muchos los vehículos que cada día circulan por la SG-205 Cuéllar-Cerezo de Abajo, SG-342 Cuéllar-Nava de la Asunción-Arévalo (Ávila) y CL-602 Cuéllar-Íscar-Olmedo (Valladolid). A las peticiones que desde hace años vienen realizando los vecinos de Dehesa Mayor que sufren el paso de cientos de vehículos cada día a su paso por la SG-205 y la falta de seguridad para cruzar de un lado a otro de la vía, se suma recientemente la denuncia popular de los vecinos de San Cristóbal de Cuéllar a su paso por la CL-602.

En esta otra vía que atraviesa la localidad por la mitad, hace unas semanas un joven vecino del municipio sufrió un accidente cuando sacaba su coche del garaje situado en la orilla de la vía cuando otro coche a 140 kilómetros por hora, según aseguraron agentes de la Guardia Civil, se lo llevó por delante con la buena fortuna de que, a pesar del impacto y los giros del vehículo sobre la calzada, el conductor no sufrió daños de gravedad. Este suceso fue la gota que colmó el vaso de los vecinos que han salido a la calle para pedir que se instalen medidas de seguridad. 

Una de las concejales del Ayuntamiento, Vanesa Martín, explica que hace un año la Junta de Castilla y León les concedió la instalación de unas señales luminosas de aviso de velocidad, pero estas aún no han sido instaladas. Asimismo solicitaron la instalación de pasos de peatones elevados, pero les fue denegado porque la vía supera los 341 vehículos diarios. Hace varios años les permitieron la realización de una especie de baches sonoros, unas hendiduras en la calzada que se supone sirven para que los vehículos reduzcan la velocidad, pero lejos de su objetivo, además cuando los coches pasan deprisa el ruido que provocan es importante y se escucha desde las casas. «Es un pueblo tan largo y recto que a la entrada del mismo los conductores aflojan la velocidad, pero a la salida aceleran», comenta Martín. 

San Cristóbal de Cuéllar no es el único municipio que teme por la seguridad de sus vecinos cada vez que cruzan la carretera para dirigirse al consultorio médico y el Ayuntamiento o la tienda de alimentación y el bar, ya que cada uno de estos emplazamientos se encuentra en uno de los lados del pueblo. En esta misma vía y a escaso un kilómetro se encuentra Vallelado. Este municipio padece en menor medida este problema de seguridad vial porque la carretera se estrecha a su paso por el pueblo y en algunos tramos hay ligeras curvas que obligan a los conductores a ir despacio. No obstante, su alcalde, Ángel del Ser, se muestra solidario con los vecinos del pueblo de al lado y pide que les pongan «cuanto antes» las señales que ellos también tienen concedidas. 

Continuando el camino hacia Íscar, se encuentra Mata de Cuéllar, otro pueblo que también sufre la velocidad de los vehículos. «Tenemos mucho tránsito de camiones, no nos dan una explicación convincente y cada vez hay más vehículos. Las escuelas y la nave polifuncional están cerca de la carretera», apunta el alcalde en funciones de Mata de Cuéllar, José María Palomeque. 

Quienes sí cuentan desde hace un año con estas señales luminosas que indican a los conductores la velocidad a la que circulan a medida que se aproximan a la misma es Dehesa Mayor en la SG-205. Después de muchos años de reivindicación de los vecinos e incluso salir a la calle manifestándose en la Semana Santa de 2017 consiguieron que se instalaran estas señales, pero los vecinos comentan que no han servido para nada. 

«Al tratarse de una vía larga, los vehículos reducen la velocidad al principio, pero enseguida vuelven a circular a mayor rapidez, es una barbaridad», comenta Matilde Cáceres de la Asociación de Mujeres Los Pradillos que insiste en la necesidad de los pasos de peatones elevados que ya en su día les fue denegado por superar el número de vehículos diarios establecidos. 

En la misma vía a 11 kilómetros, se encuentra Hontalbilla. Según explica la alcaldesa de este municipio Laura Benito, ellos observan que los vehículos pasan a una gran velocidad en la entrada del pueblo donde se encuentra el centro de la Federación de la Mujer Rural y las piscinas. En la mitad del tramo que pasa por el pueblo hay una gasolinera y en esa zona frenan porque es un espacio conocido en el que la Guardia Civil suele realizar controles, lo que disuade a los conductores. 

en cantalejo. Continuando por la SG-205, en Cantalejo hay un cruce de dos carreteras principales regulado por semáforos pero hasta llegar ahí se repite la misma historia. «En la entrada desde Cuéllar hasta que los conductores llegan a los semáforos es una recta y la velocidad de los vehículos es muy alta y esto nos preocupa mucho también por las casas que hay en la zona», apunta el regidor Máximo San Macario.

Por el contrario en la zona de las piscinas, saliendo de Cantalejo dirección Cerezo de Abajo, el semáforo para reducir la velocidad no se respetaba y en los últimos tiempos gracias a la presencia de la Guardia Civil y las multas que se han puesto han servido para concienciar a los conductores, para disuadir y que se sensibilicen, comenta el alcalde. La localidad briquera también solicitó la instalación de pasos de peatones elevados y la negación fue la respuesta debido al índice elevado de tráfico pesado. 

Quienes sí tuvieron más suerte con los pasos de peatones elevados han sido los municipios de la SG-342. En la entrada a Arroyo de Cuéllar una señal de 50 acompaña a otra que avisa de la proximidad de un badén en la vía y a apenas unos metros el conductor encuentra un resalto. Más adelante varios pasos de peatones elevados cruzan la carretera y al final de municipio, frente a las escuelas otro más. 

La misma escena se repite en los siguientes municipios Narros de Cuéllar, Samboal, Navas de Oro y Nava de la Asunción que tanto a la entrada como a la salida de sus localidades cuentan con pasos de peatones elevados. En el caso de Navas de Oro recibieron el permiso de la Junta de Castilla y León en el año 2009 y al año siguiente el Ayuntamiento los ejecutó. Desde entonces han notado que son efectivos para garantizar la seguridad y reducir la velocidad.