Rocío Ruiz ya imagina «como mínimo» cuatro ambientes diferenciados en el nuevo complejo que José María Eventos proyecta bajo su dirección en la finca del emblemático restaurante Lago, cuya compra confirmaba el pasado lunes, tras cerrarla a finales de la semana anterior.  «Uno será en la zona de la carpa (con capacidad para más de 800 comensales)», avanza en declaraciones a El Día la directora del grupo gastronómico. «Otro ambiente, por el salón que dejemos para un comedor a la carta para diario, aunque todavía no es seguro del todo que lo hagamos; y luego hay otros dos salones enormes, pero por su tamaño podremos jugar con paredes movibles para hacerlos más pequeños o más grandes». Entre todas las instalaciones actuales ya suman capacidad para superar incluso los 1.600 comensales, si bien el reto que se han marcado es «ofrecer exclusividad, lo cual supone dar prioridad a la calidad por encima de la cantidad». 

¿Y una barra que atienda clientes a diario también habrá? «En principio no contábamos con ella porque el principal objetivo está en los eventos (bodas, reuniones sociales, encuentros empresariales y celebraciones familiares). Pero no lo sé, porque vas a tener allí una plantilla, un equipo trabajando y al final puede que sí la pongamos», responde. Claro que, si al final hubiera barra y restaurante a diario, se cuenta con concebir «algo con un estilo diferente» al del restaurante José María para captar nuevo público y no exponerse a dividir el que ya se atiende «arriba».

En todo caso se espera «una sinergia» con el establecimiento clásico de Cronista Lecea, lógicamente. «Todos los meses perdemos una o dos cenas de más de 100 personas porque el salón más grande allí tiene capacidad para 95», y ese es uno de los motivos por los que hace ya casi cinco años empezaron a buscar una finca en un radio de diez kilómetros del restaurante.«Hemos visto muchísimas otras opciones, sitios preciosos, pero estaban más lejos», y hace «como un año» surgió la posibilidad del Lago. «Nos llamó una inmobiliaria, pero como siempre tuvimos muy buena relación con ‘Lute’ (Eleuterio Laguna) y Juanita (Lomillos, su esposa), solicitamos hablar directamente con ellos desde el principio», recuerda Rocío.«Les dijimos que estábamos interesados, pero sólo si ellos querían porque si no, no habríamos entrado jamás a hablar de esto, y nos dijeron que les encantaría que lo comprara una empresa que realmente lo fuera a cuidar».Después llegó el fallecimiento de Lute en julio y las conversaciones se ralentizaron, hasta que finalmente han culminado en los últimos días de enero.

Así, una vez resuelta la compraventa, José María Eventos encara desde el pasado lunes la fase de reconcepción de todo el complejo y todavía están en plena «lluvia de ideas». La empresa ha confiado las labores de mantenimiento y acondicionamiento a profesionales segovianos. El diseño de los espacios y el proyecto decorativo «estará centralizado en Paz Chousa, profesional muy ligada a la empresa en los últimos años». La labores arquitectónicas se llevarán a cabo bajo la dirección de Joaquín Albertos y Patricia Matesanz; y todos ellos, bajo la dirección ejecutiva de Rocío Ruiz Aragoneses y la presidencia de su padre, José María Ruiz.

Primeros pasos. «Ahora hay que empezar a preparar el proyecto, presentar planos al Ayuntamiento, ir pidiendo permisos de ejecución y demás», explica Rocío. «Es una finca muy grande (más de cinco hectáreas), pero no vamos a utilizarla entera». Ocuparán en realidad prácticamente la misma extensión que ya abarcaba el Lago: «Lo que todos hemos visto cuando hemos ido allí por algún evento», resume. «Lo que hay edificado se debe mantener», aunque la renovación, redecoración y redistribución interior será completa, igual que el rediseño de los jardines. Volverá a montarse una carpa en el mismo lugar donde se encontraba la del Lago y que tenía capacidad para más de 800 comensales, pero no será como la blanca tradicional, sino más moderna. «Sí puedo decir al 90% que no van a estar las piscinas y las pistas de tenis, que ya no tienen sentido. Y bueno, seguimos con la lluvia de ideas porque sólo llevamos dos reuniones con los arquitectos, que ahora están trabajando en preparar planos para empezar a pedir permisos a la Administración y demás». El objetivo, en cuanto a los plazos, es «abrir lo antes posible», pero con el verano de 2021 en el horizonte.

Entretanto, José María Eventos seguirá durante este «periodo de transición» con el mismo servicio de catering que ofrece a demanda en distintas fincas de Segovia, Madrid u otros puntos del territorio nacional desde que el grupo gastronómico creó esta división de negocio en 2010. De hecho, ya tienen 18 bodas «cerradas» para este año y «cuatro o cinco» para el próximo.

Nuevas contrataciones. Gastronomía José María emplea a 125 personas entre todas sus divisiones: eventos, el restaurante, Agrocorte Gourmet (la granja) y Cochinillo Viajero (a domicilio). Después están los extras con los que cuenta habitualmente para los eventos, y todavía tendrá que contratar «varias decenas más» por el nuevo proyecto, aunque se dejen de organizar bodas en fincas que no sean la propia. «En sólo unos días hemos recibido un montón de currículums, aunque no de lo que necesitaríamos ahora, personal de sala y de cocina», destaca Rocío. Queda tiempo por delante hasta abrir el nuevo negocio, «pero también hay que ir preparándolo».

¿Y el nuevo negocio ya tiene denominación? «Todavía no, pero sí tengo claro que, aunque la gestión de la parte gastronómica ya depende de mí desde hace unos años, igual que de mi hermano Pedro las bodegas, tendrá que contener el nombre de mi padre». No José María Eventos, que «suena frío», pero sí con alguna otra palabra que «emocione» para estar a la altura de una finca con mucha historia.