La estrella de Thomas Savage

Charo Barrios
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'El poder del perro' es una de las mejores novelas sobre el Oeste moderno, que ahora se ha puesto de moda por su adaptación al cine

El escritor estadounidense, considerado de culto, falleció en 2003.

Las sinergias entre cine o televisión y literatura cada vez abundan más. Buena prueba de ello es El poder del perro, que acaba de aterrizar en los cines y el próximo 1 de diciembre la estrena Netflix. A España ha llegado la novela gracias a Alianza, una obra que firmó Thomas Savage (1915-2003), que pertenece a esa abundante nómina de escritores en los márgenes. Pese a haber publicado 13 novelas que recibieron encendidos halagos de la crítica, su carrera no consiguió traspasar el espacio reservado a los escritores de culto.

Este libro, que contiene un epílogo de Annie Proulx (Brokeback Mountain), está considerado el mejor de su producción, un clásico de la literatura del Oeste moderno.

¿Y qué tiene esta historia para haber atrapado a la aclamada directora de cine neozelandesa Jane Campion y para que Proulx la haya calificado como «obra de arte»? El poder del perro es una historia familiar ambientada en una explotación ganadera de Montana en los años 20 del siglo pasado, cargada de tensión y dramatismo. Los hermanos Burbank, Phil y George, regentan uno de los mayores ranchos de la región. Pero su apacible convivencia se tambalea cuando este se casa con Rose, una joven viuda que se instala, junto a su hijo, en la casa familiar. Pronto se percibe que el chico, dotado de una sensibilidad especial, no encaja en el cerrado ambiente local, y la homofobia y misoginia de Phil hace acto de presencia.

Publicada en 1967 en EEUU, es quizá el tratamiento que el autor hace de los roles de género y los conflictos sexuales lo que impidió que fuera entendida y acogida en ese momento por el lector de a pie: Savage avanza muchas de las tensiones que hoy en día nos son tan cotidianas en la era de las nuevas masculinidades.

La novela, señala Proulx, «puede considerarse entre las obras tardías de la edad de oro de la ficción paisajísica estadounidense, un período que coindice con la primera mitad del siglo pasado». «En estas novelas, el paisaje no es solo un contexto decorativo, sino que impulsa la historia y controla la vida de los personajes». Paisaje al que el autor siempre dio mucha importancia a la hora de moldear y perfilar a sus personajes. «Siempre he creído que el paisaje forma a la gente», manifestó el escritor en una entrevista.

Es imposible no encontrar puntos de conexión entre esta historia, en la que los caballos eran todavía el principal medio de locomoción, un mundo rudo y masculino en sus valores, apenas separado en un par de generaciones de la época de los pioneros, y la propia biografía de Savage. Un entorno donde encontró la materia prima para su escritura. Cuando el autor tenía cinco años, su madre se casó en segundas nupcias con un adinerado ganadero y se instalaron en el rancho del padrastro en Baverhead County, Montana, lugar donde residió hasta los 21 años y donde trabajó.

La vida de Savage es apasionante para la época que vivió. En 1960, con 45 años, dejó a su mujer y a sus tres hijas por un hombre al que sacaba dos décadas. Después de vivir un año con él, regresó con su esposa, con la que estuvo hasta que esta falleció, en 1988. «La maraña de abandono, pérdida, familias rotas y situaciones emocionales difíciles que aparece en la obra de Savage se relaciona en un grado considerable con su propia vida», concluye Proulx.

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