La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue abierta en Segovia y en cualquier otra provincia de España, en todos los sectores de actividad y en todos los tramos de edad. Se redujo de forma notable de 2006 a 2007 y también durante la crisis, pero ha vuelto a crecer. No es tan grande como hace trece años, pero evidencia que la igualdad laboral sigue lejos; aunque no puede atribuirse exclusivamente, ni mucho menos, al tópico de que el empresario paga más a un hombre que a una mujer por asumir las mismas funciones. La desigualdad empieza en casa, cuando el reparto de tareas domésticas y sobre todo familiares recae sobre los hombros de la mujer. Ella es la que suele sacrificar su carrera laboral por el cuidado de los hijos u otros familiares dependientes, ella es quien se reduce la jornada u opta por contratos a tiempo parcial y en esas circunstancias, ¿quién parte con ventaja para promocionar en el trabajo? Ahí se asientan los cimientos del tristemente famoso techo de cristal, aparte de que los empleos con mayor presencia de mujeres suelen estar peor pagados que aquellos en los que pasa al revés.

El último informe Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, publicado en noviembre por la Agencia Tributaria, revela cómo la brecha salarial entre hombres y mujeres aumentó en Segovia hasta los 4.209 euros en 2018, frente a 4.180 en 2017. Ellos ingresaron de media 19.896 euros y ellas, 15.687, un 21,15% menos.

El incremento de la brecha salarial fue por tanto pequeño, 29 euros, y la estadística revela sobre el papel una diferencia media mensual de 350,75, pero no debe olvidarse que este informe muestra los ingresos declarados al cabo de un ejercicio, sin tener en cuenta si se trabajó un mes, dos o todo el año, y sobre todo sin distinguir si se hizo con contrato de jornada completa o a tiempo parcial, que es uno de los factores que más influye. 

Ingresos salariales medios anuales por sectores en Segovia, en euros brutos, según datos de la Agencia Tributaria.

La tendencia es preocupante, en cualquier caso, dado que la diferencia volvió a aumentar en términos absolutos, aunque sí hubo una leve reducción en términos porcentuales, al pasar de un 21,48% en 2017 al 21,15% de 2018.

Cierto es también que en 2006, el primer ejercicio del que la Agencia Tributaria ofrece datos detallados por provincias en su serie estadística, la brecha salarial alcanzaba en Segovia los 5.032 euros. Bajó a 4.467 en 2007, subió a 4.529 en 2008, bajó a 4.294 en 2009, subió a 4.338 en 2010 y 4.434 en 2011... Con la crisis se encadenaron importantes descensos, concretamente, a 4.138 en 2012, 3.644 en 2013, 3.630 en 2014, 3.594 en 2015... Ese último ejercicio marca el mínimo de la serie estadística pero a partir de ahí, según aflojaba la crisis, quienes más se han beneficiado del nuevo ciclo económico han sido de nuevo los hombres porque la brecha salarial ha vuelto a crecer desde entonces hasta los 3.799 euros en 2016, 4.180 en 2017 y los 4.209 de 2018.

En términos relativos, aunque las mujeres pasaran a ganar en Segovia un 21,15% menos que los hombres en 2018, frente al 21,48% de 2017, la tendencia de los últimos años también ha sido negativa en este capítulo, tras haber marcado un mínimo del 19,26% en 2015. La lectura positiva es fácil si se compara con los datos de 2006, ejercicio en el que las mujeres de Segovia ingresaron un 28,24% menos que los hombres por su trabajo, pero ya en la última década, desde 2009, la brecha se ha estancado en una horquilla entre el 19 y el 22%, con 2018 marcando la tercera subida consecutiva.

Si se analiza la estadística de la Agencia Tributaria por sectores, la mayor brecha salarial de Segovia, en términos relativos, se localiza en uno al que le sigue pesando especialmente la rémora cultural de la desigualdad de oportunidades, el de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, donde las mujeres ingresaron en 2018 un 36,61% menos que los hombres (13.054 frente a 8.274 euros). Y en términos absolutos, como cabría esperar, la mayor diferencia está precisamente en el sector donde más se gana, el de las entidades financieras y aseguradoras, que también coincide con uno que suele ponerse como ejemplo de la sobrerrepresentación masculina en los puestos directivos. Ahí la brecha salarial en términos relativos es del 28,58%, porcentaje que no es pequeño aunque no sea el más grande, pero que en dinero contante y sonante representa un abismo de 11.044 euros entre lo que ganaron los hombres (38.856) y las mujeres (27.812).

En cuanto a la brecha salarial más pequeña, en términos relativos se encuentra en el sector de la industria extractiva, energía y agua con un 11,71% (23.873 frente a 21.077 euros, 2.796 menos). Y curiosamente, con una brecha del 12,52% destaca después el sector de la construcción y las actividades inmobiliarias, donde la sobrerrepresentación masculina a pie de obra se ve compensada en parte por una mayor presencia de mujeres en las oficinas. Aunque el ligero incremento de la actividad constructiva en el último año se ha traducido también en el incremento de una brecha que en 2017 llegó a estar en el 11,19%, casi un punto y medio menor que en 2018, año en el que los hombres de este sector ganaron 17.632 euros y las mujeres 15.423, 2.209 menos.

Mucho mayor es la brecha del sector del comercio, reparaciones y transporte, en el cual ellos ingresaron 18.639 euros en 2018 y ellas, 13.267, 5.398 de diferencia que en términos porcentuales representan un 28,82%.

Eso sí, en la comparación con 2017, la brecha se ha reducido especialmente en el citado sector de industria extractiva, energía y agua (del 13,15 al 11,71% y de 3.270 a 2.796 euros); y también registran una tendencia en esa línea otros en los que, no obstante, la brecha sigue siendo enorme. Es el caso del comercio, reparaciones y transporte (del 29,51 al 28,82% y de 5.398 a 5.372); información y comunicaciones (del 24,92 al 22,91% y de 7.353 a 7.032, al ganar los hombres 30.690 euros y las mujeres 23.658 en 2018) y entidades financieras y aseguradoras (del 28,58 al 28,42% y de 11.442 a 11.044 euros).

Por edades. El análisis de la brecha salarial por edades tampoco arroja datos precisamente alentadores. La lógica puede llevar a pensar que entre los jóvenes haya menos diferencias que entre los mayores, con la excepción de los años de crianza de los hijos, pero la estadística no lo deja nada claro. De hecho, es cierto que la mayor brecha salarial en términos de porcentaje se localiza al final de la carrera laboral, ya que entre las personas con más de 65 años las mujeres de Segovia ganaron un 36,45% menos que los hombres en 2018; pero la segunda y tercera mayor diferencia se localiza en las primeras etapas, incluso estando en edad de seguir siendo hijos más que padres: un 26,51% entre los menores de 18 años, y un 24,10% en el tramo de 18 a 25 años.

La mayor diferencia salarial en términos absolutos está en el tramo de trabajadores que tienen entre 46 y 55 años, ya que son también los mejor remunerados: ellos ingresaron de media 23.931 euros en 2018 y ellas, con 18.181, se quedaron a 5.750 euros de distancia tras ganar un 24,02% menos.

Por territorios. La brecha salarial de Segovia es notable, pero inferior a la que se evidencia a nivel autonómico y nacional. Las mujeres ganan de media en Castilla y León un 22,21% menos que los hombres y un 22,24% en el conjunto de España, mientras en Segovia ese porcentaje se queda en el ya citado 21,15%. Aún más llamativa es la diferencia en términos absolutos, ya que los 4.209 euros de Segovia son 4.824 a nivel autonómico y 4.915 a nivel nacional, aunque eso se debe a que también la media de ingresos salariales anuales en Segovia (17.939 euros) se queda claramente por debajo en ambos casos (19.288 y 19.809).

En Castilla y León, en concreto, la media de ingresos más alta está en Burgos (20.867 euros) y Segovia sólo supera a Ávila (16.993) y Zamora (16.735), mientras quedan por delante Valladolid (20.689),Soria (19.535), Palencia (18.895), León (18.842) y Salamanca (18.647). Todos lejos de quien lidera esta estadística, Madrid (25.904), si bien el País Vasco y Navarra no figuran por tener otro régimen tributario diferente. Pero todos, sin excepción, con unas brechas salariales insoportables para una sociedad que, si pretende una igualdad real, cada cual debe empezar iniciando la conquista en su propia casa.