«En traje de flamenca me encanto a mí misma»

Sergio Arribas
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«Hermanísima» del gran Perico Delgado, sus pedaladas las ha dado en el mundo de la enfermería y la política local. Marisa Delgado ejerció doce años como concejala, fue directora de enfermería del Hospital General y es delegada sindical de SATSE.

Marisa Delgado. Enfermera y exconcejala del Ayuntamiento de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

En su DNI pone Maria Luisa y, por tanto, es tocaya de unas cuantas reinas. La ‘clase’ de Marisa está en su carácter:enérgica, positiva y atrevida. Igual se enfunda un traje de ‘faralaes’ y se lanza a bailar flamenco, que se sube a un escenario para representar una obra de teatro. O se mete en política, para lo que hace falta también mucho valor. ¿O no?

Cuando le llamé, lo primero que pensó es que quería localizar a su hermano, el gran ‘Perico. ¿Cansada de tanta intermediación?
Cada vez me llaman menos. Los peores momentos fueron los del Tour de 1988. Ahora ya es muy distinto. El otro día una compañera me paró. Y le dijo a su niño. «¡Es la hermana de Pedro Delgado!». «¿Y ese quien es?», le respondió. El volumen de popularidad ha bajado, por fortuna (se ríe).

¿Nos haría de intermediaria para que el campeón del Tour visite esta humilde sección?
Sabe que sí, pero el problema es que el tiene una vida de ‘tela marinera’. Viaja muchísimo, tiene muchos compromisos con el mundo del ciclismo, en temas de oengés… A veces es complicado vernos. La próxima vez, seguro, en abril, cuando celebremos su cumpleaños  y el mío.

La coletilla de ‘es la hermana de...’ ¿La tiene ya asumida?
La asumí en los años 80. Pasé de ser la hija de Julio Delgado a ser la hermana de Pedro Delgado. Marisa se perdió.  Cuando Pedro ganó el Tour el teléfono de mi casa no paraba de sonar. Ahora estoy contenta porque he recuperado mi identidad (se ríe). Mucha gente no tiene ni idea de que él es mi hermano y es divertido.

¿Ejercía de ‘hermana mayor’? 
Somos cuatro y nacimos en cinco años. Yo era la mayor. Pedro era un niño muy flaco y un día se metieron con él los mayores. Vino un niño y me dijo: «¡Marisina, están pegando a tu hermano Pedrito los mayores!». Me sacaban 30 centímetros y me lié a darles patadas en las espinillas. No se si surtió efecto. Él no lo recuerda.

Es que la sombra de ‘Perico’ es alargada. Una pregunta fácil: dígame algo de él que jamás se haya contado.
Es dificilísimo. Pedro y yo tenemos una conexión especial, es así. Las comidas en casa siguen siendo divertidas, de risas, y Pedro es una artista contando sus anécdotas.

Cuénteme alguna que no sea conocida….
Vivía en Madrid y tenía que irse en avión a una carrera en Tenerife. Ya sabe lo que es la puntualidad en Pedro, en fin, flojea. Fueron al aeropuerto, metieron las maletas y la bicicleta y cómo, según ellos, les quedaba mucho tiempo, se volvieron a Madrid. Volvieron al aeropuerto y, claro, perdieron el avión. Sacaron otro vuelo y se volvieron a ir a casa… Pues volvió a perder el segundo avión. Cuando llegaron a Tenerife no aparecía la bicicleta. Él corría al día siguiente y le llegó diez minutos antes, que se la llevaron al hotel.

¿Tan protectora era con sus hermanos que lo de elegir la enfermería era algo ineludible?
No. Fue porque alguien decidió que yo tenía que ser enfermera. Y cuando me preguntaban: «Niña, ¿qué quieres ser de mayor?» «Yo, enfermera», respondía, sin saber muy bien ni lo qué era, ni el porqué. Lo de la vocación, yo no lo pillo.

Hablando de pinchazos y agujas... ¿qué es lo que le hincha la vena?
La ultraderecha, porque pretenden que volvamos a la época de Franco y me niego rotundamente.

Imagen típica en cualquier ambulatorio: la enfermera pidiendo silencio. ¿Qué le resulta estridente?
Que la salud pública, que lo que siempre hemos defendido los profesionales de la enfermería, se deteriore porque no apuesten por ello los responsables políticos, en este caso los de Castilla y León.

Para ser dirigente sindical, en este caso de SATSE, ¿es una cuestión de carácter?
Un poco sí. Hay que empatizar, saber escuchar y conocer la parte normativa para poder ayudar y dar a apoyo a quien lo necesite. Con los años me he vuelto más reivindicativa sin gritar.

Ha sido concejala con dos alcaldes [Pedro Arahuetes y Clara Luquero] ¿Con cuál tuvo más feeling?
Con cada uno, en su nivel, porque son dos personas tan diferentes… Con Pedro me llevé estupendamente y fue un buenísimo alcalde y aprendí mucho. Y Clara es una maravillosa persona. Cuando se quedó de alcaldesa, yo llevaba Gobierno Interior y Personal, un tema muy árido, y aguantó todas mis explicaciones. Se tenía que poner al día y tuvo que soportarme.

¿Tiene ‘mono’ de cargo político?
Noooo. Porque han sido 12 años de 24 horas absorbida con el Ayuntamiento y con mi trabajo. Ahora al quedarme solo con el trabajo, me siento liberada para hacer otras muchas cosas.

En traje de flamenca se siente….
Soy otra. Me encanto a mí misma (se ríe). Soy superfeliz, he estado ocho años [bailando] aunque ahora lo  he cambiado por el teatro.

Tran, tran… ¿Con qué se anima más? ¿Con una canción de El Fary o una actuación de la megastar Rosalía?
Jooo¡¡ Es que Rosalía me vuelve loca. Y es que además, con el ¡tran, tran! Vamos¡¡ me pone las pilas¡¡¡ Me encanta esa mujer. 

Es ‘muy de tablas’ y ahora no me refiero al tablao flamenco. Lleva ya unos años en el Taller Municipal de Teatro. ¿Que tiemble Penélope Cruz?
Pobrecita mía¡¡¡ Que esté tranquila. Lo pasó fantástico. Este año estoy en el TMT, que vamos a hacer ‘Las bicicletas son para el verano’ y además estoy en el taller de cuentos. Buscar un cuento, una historia, aprenderla de memoria y contarla a tus compañeros, es fascinante. Por cierto, ya hice un monólogo y se tiraron de la risa.

¿Qué le aporta el teatro?
Te ayuda a evadirte de muchas cosas diarias, que son muy aburridas.. No me gusta hacer las cosas de casa, porque es algo que me aburre soberanamente. Mi trabajo y mi ocio, el cine, el teatro y leer… es lo más para mí.

Almodóvar le llama para un casting… ¿Se ve en el universo del director manchego? 
¡Me encantaría! No llegaré a ser chica Almodóvar, soy realista, es demasiado para mí, pero con decir tres frases en una de sus pelis, ya me valdría.

¿Y a quien tiene manía? ¡No se corte!
El que no soporto, el me supera… Aznar, desde el minuto uno. Le vi el otro día y me dije: «esto no se me cura». Quito la radio o la tele cuando sale. Lo he hecho toda mi vida.

Estoy en la pantalla 456 de Candy Crush Soda. ¿Y usted?¿Para cuándo el entorchado mundial de este juego on line?
En cualquier momento, porque en Candy Crush, el clásico, casi estoy en la pantalla 4.000 y en la versión Soda, la que me apunta, en la dos mil y ochocientos… Llevo años jugando y me relaja muchísimo.

¿Qué cantante o artista le toca la fibra y porqué?
Soy antigua. La fibra, fibra.. me la siguen tocando Serrat y Sabina. No leo poesía pero sus canciones me parecen poesía.

¿Qué mandamiento de la Ley de Dios habría que derogar?
No me acuerdo de ninguno. Me bautizaron. Cuando terminé COU y después de pasar por un colegio de monjas, pensé que ya había ido a todas las misas y rezado todos los rosarios, y que mi vida católica se había acabado en ese instante. Soy agnóstica total.

El amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice… lo dijo Charles Baudelaire. Siempre fue un amargado. ¿Qué le provoca amargura?
No me gusta Baudelaire. Mi amargura más horrible fue cuando se murió mi madre y aún hoy me sigue doliendo muchísimo. No se lo perdono, a quien sea...

Para ser feliz el truco es…..
Hay gente que vive mejor quejándose por todo. Yo no. Ya me levanto contenta. Si tienes un problema, debes relativizarlo, no te puede comer, le tienes que poner su parcelita, sobre todo si no tiene solución. Al cerebro tenemos que decirle que no queremos pesadillas, sino un cuento bonito. Tienes que dominar a tu cabeza porque si te domina a tí.