Segovia se acerca al turismo que tenía antes de la pandemia

D. A.
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El turismo rural ya toca niveles precovid mientras la recuperación oscila del 70 al 85% en la capital, que echa en falta a más de la mitad de los extranjeros de antes, y sigue pendiente del regreso de viajeros de negocios, que empiezan a moverse

Grupos de turistas en el Azoguejo. - Foto: Rosa Blanco

Segovia ya alcanza o ronda niveles de actividad como los de antes de la pandemia en turismo rural y familiar o de grupos de amigos. Falta el de negocios, que apenas acaba de empezar a reactivarse, y más de la mitad del internacional para completar una recuperación que en la capital oscila del 70 al 85%, pero difícilmente podía esperar nadie que fuera tan rápida. Tanto que cuesta creerla y más en puertas de una temporada baja que viene con curvas por la escalada generalizada de costes y, en consecuencia, también de precios dentro del sector.

Ni los gorros de baño, las pastillas de jabón o las esponjas lustrazapatos que se dejan en las habitaciones se libran de subidas por encima del 40%, tal y como destacan desde el Hotel Corregidor, donde han comprobado cómo sus facturas de luz ya duplican las de hace un año. Ni la carne, el pescado, la cristalería o la cubertería, con incrementos «del 10% para arriba», añaden desde el restaurante José María, que por cierto, ya está lleno para comer el día de Navidad, aunque echa en falta los turnos extra de comidas y cenas de los asiáticos, quienes representaban un 15% de su negocio.

Entretanto, el último boletín de coyuntura turística publicado por la Junta refleja que la provincia contabilizó 11.698 viajeros de turismo rural en septiembre, casi los mismos que en ese mes de 2019 (11.980). El tiempo medio de estancia fue incluso ligeramente superior (1,77 frente a 1,75 días), y también el índice de ocupación (20,53% frente a 16,16%). No obstante, incluyendo todo tipo de turismo registrado en cualquier alojamiento, desde hoteles y hostales hasta albergues o campings, pasando por viviendas de uso turístico, la cifra global de viajeros del último septiembre (68.750) se quedó en un 80% de lo que fue ese mismo mes de hace dos años (86.153, 17.403 más).

En la capital, el alcázar registró 49.722 visitantes en octubre, equivalentes a un 69,50% de los de ese mes de 2019 (71.538). Pero ese porcentaje ya se eleva al 75% si se analiza el intervalo que va del puente del Pilar (viernes 8 de octubre) al de Todos los Santos (lunes 1 de noviembre), durante el cual contabilizó 42.635 visitantes. «En octubre, durante los puentes y fines de semana, la afluencia de turistas al alcázar se ha aproximado a niveles previos a la pandemia», constata el coronel Alejandro Serrano, alcaide de la fortaleza. «El dato aún dista de las cifras de 2019 y 2018, cuando el monumento batió récords, pero está muy próximo a las que se registraban durante la salida de la anterior crisis económica».

La catedral, por su parte, contabilizó 36.588 visitantes el mes pasado, un 83% de los que tuvo en octubre de 2019 (44.015), pero con casi un 30% menos de horas de apertura (su horario de entonces era de 9.00 a 21.30 y el de ahora, de 9.30 a 18.30). «Estamos contentos por cómo evoluciona la recuperación, los puentes han estado bien y nos vamos acercando a lo de hace dos años, pero se nota que faltan visitantes extranjeros y antes de la pandemia venían muchos norteamericanos, por ejemplo», recuerda el deán, Ángel García Rivilla.

Siguiendo con cifras del mes pasado, el Centro de Recepción de Visitantes se quedó a un 73% de las de octubre de 2019. Entre quienes hacen consultas allí hubo un 20% de extranjeros, porcentaje que hace dos años superaba el 50%, pero también hay espacios turísticos municipales con mejores datos que entonces, como la Puerta de San Andrés, la Casa de Moneda o la de Machado. «Los datos son buenos», dice el concejal de Turismo, Miguel Merino. «Creo que todavía nos dista un recorrido hasta lo de antes, pero tampoco sé si una ciudad como Segovia necesita recurrir a esos niveles tan altos», afirma, pensando en atraer «turismo de calidad», por encima de dar prioridad a la cantidad de visitantes, y fomentar estancias más largas.

Merino echa en falta por ejemplo el turismo de negocios, el que atrae la celebración de congresos y otros eventos empresariales, «que aún tardará en llegar hasta el año que viene», aunque algo ya se está moviendo, según apuntan desde el Hotel Cándido, por ejemplo. «Ya estamos trabajando en ello, pero este tipo de eventos se organiza con un margen razonable de tiempo y lo que se está empezando a preparar ahora forma parte más bien del calendario de primavera y más adelante», prosigue el concejal. Todo queda a expensas de cómo evolucione la pandemia, para dar certidumbre a los organizadores; y pasa parecido con el turismo internacional, empezando por China, donde pesan las restricciones de movilidad exterior a sus ciudadanos.

En esa progresiva recuperación del visitante foráneo piensa el presidente de la Asociación de Guías de Turismo, Raúl Rascón. «Ya desde este verano vemos una reactivación muy importante del turismo nacional, pero nos faltan más franceses, americanos… y por supuesto chinos». Llamadas para llevar a grupos ya reciben, pero muchas de cara a 2022, para llevar turistas «a partir de febrero o en primavera».

TURISMO RURAL EN AUGE. La diputada provincial de Turismo, Magdalena Rodríguez, se queda con que los datos citados del sector turístico rural del pasado septiembre resulten ya «muy similares a los de antes de la pandemia, con más estancia media, más ocupación y casi las mismas cifras de viajeros y pernoctaciones». «En esta provincia tenemos además una oferta de actividades y experiencias muy variada que permite confiar en que esta recuperación se sostenga», apunta.

«Yo creo que estamos muy cerca de los niveles de antes de la pandemia», afirma el presidente de la Asociación de Turismo Rural y Activo, Gerardo Otero. «Pero el último puente, por ejemplo, la ocupación en casas de alquiler completo se quedó en torno a un 80%, cuando en otras circunstancias lo habitual era llenar», matiza. «Igual ahora tenemos menos turistas nacionales de otras comunidades que no sean Madrid o Castilla y León, pero también hay más de estas dos últimas y yo creo que estamos en buena senda». Con reservas confirmadas para el puente de la Constitución o Navidad, «e incluso atendiendo consultas de cara a la próxima Semana Santa», si bien no deja de preocupar la subida de costes energéticos. «En otoño estamos aguantando porque no hay mucho gasto de calefacción, pero imagino que una vez lleguen las primeras facturas de invierno… Para el mes de enero puede haber una subida importante», advierte.

«Nosotros ahora ya estamos pagando de luz el doble que hace un año», señala el director del Hotel Corregidor, Juan Carlos Santos, dado que este establecimiento opera en el mercado libre, donde las oscilaciones impactan de lleno, a veces por suerte y actualmente por desgracia para ellos. La subida del gas que ya han encajado, «de momento, está en torno al 15%», y «está también lo que se han encarecido los artículos de cortesía o bienvenida», añade. «El jaboncito que se pone en las habitaciones, el gel de baño, el gorro, el lustrazapatos, el peine… Todos esos artículos están en subidas de un 40% y se prevé que vaya a más».

Santos, eso sí, valora la reactivación vivida desde el verano. «Trabajamos al nivel de antes de la pandemia en lo que es turismo individual o familiar. Los grupos empiezan a moverse un poco y nos falta el viajero de negocios, que es el que se nota entre semana». Pesa la incertidumbre de ver cómo «sigue habiendo muchas reservas de última hora, pero a nivel de habitaciones sí ves niveles prepandemia», incide, «aunque el comedor está más flojo».

Para el presidente de la Asociación de Alojamiento, Hostelería y Turismo de Segovia (Hotuse), Jesús Castellanos, «igual a nivel de restauración el gasto energético se puede compensar de otra forma, pero el invierno puede ser muy duro para hoteles que no suelen pasar de un 30 o 40% de ocupación en fin de semana de temporada baja, o del 20% entre semana». «Estamos hablando de un problema muy grave, algunos tendrán que hacer números para ver si les sale rentable seguir abiertos o mejor cerrar, que posiblemente alguno se lo esté planteando», avisa.

Castellanos, en cualquier caso, valora la mejoría de su sector. «Vivimos una normalidad casi total salvo por las mascarillas, lo que pasa es que tenemos el listón muy alto con 2019, que fue de récord. Ahora puede que estemos en niveles de 2017 o 2018, y si llegáramos en la primera mitad de 2022 a lo de 2019 ya sería algo extraordinario».

En el Mesón Cándido, mientras, celebran que durante el último puente, el de Todos los Santos, a pesar del tiempo, han trabajado «como antes de la pandemia». «Seguimos echando en falta más turismo internacional, el oriental sobre todo, pero se ha compensado con más turismo nacional y también público local, tanto segoviano como del resto de Castilla y León», señala Cándido López. Destaca además que ya atienden reservas no sólo para los próximos puentes, sino de cara a navidades, por parte de familias y también de empresas que vuelven a organizar comidas; e incluso en el Hotel Cándido «se está recuperando mucha actividad de eventos, congresos y seminarios».

Las sensaciones son parecidas en el Restaurante José María. «Turismo nacional yo creo que tenemos como antes de la pandemia o incluso más. Los puentes han sido buenísimos y fuera de puentes, tanto en fines de semana como días laborables estamos trabajando mucho», aprecia su directora, Rocío Ruiz. «Ni siquiera podemos atender todas las peticiones que nos llegan y ya no tenemos sitio ni para el día de Navidad», lo cual palía en parte ese 15% del negocio que antes le daba el turismo asiático. No en vano, le aportaba un turno extra de comidas a las 12.00, cuando ahora no entra nadie a los salones antes de las 13.30, y otro de cenas a las 19.00 horas. Pero entre semana ya está doblando turnos y los fines de semana los triplica.

«No esperábamos que la recuperación fuera tan rápida, la verdad, no podíamos esperarlo de ninguna manera», reconoce Ruiz. «Lo digo ya no por el Restaurante José María, sino por el sector turístico en general. Hables con quien hables está súper contento y no me cabe duda de que, con el destino turístico que tenemos, con su riqueza artística, cultural, monumental y gastronómica, seguiremos hacia arriba», sentencia.