El juicio de las prejubilaciones ha entrado en su recta final con la celebración de la primera de las dos sesiones de lectura de informes por parte de las acusaciones, Ministerio Fiscal, y defensas. La fiscal Pilar Orleta ha indicado que este juicio es un claro ejemplo de “enfrentamiento entre dos realidades, la moralidad y la legalidad”. Para Orleta no hay “ilícito penal” y ha mantenido el sobreseimiento provisional y “la correspondiente sentencia absolutoria” para todos los acusados.
Orleta Ramos ha expuesto varios ejemplos, amparándose en leyes para expone que en una escala de valores hay diferentes percepciones de "si algo es bueno o malo", o si es "moral o amoral", pero en todo momento ha sostenido que estos hechos que tuvieron lugar entre los años 2006 y 2010 no constituyen delito al no existir "una prueba de cargo". Además, ha defendido que los órganos directivos de Caja Segovia siempre trabajaron dentro de la legalidad, y que no hubo "engaño", tal y como ha tratado de hacer ver al presidente del tribunal, el abogado de la acusación particular, Rafael Yturriaga.
Un plan legal de prejubilaciones y “amoral” para la fiscal
Este ha abierto la sesión de lectura de informes y ha defendido "la ocultación de información a los consejeros", y la expropiación de fondos de la entidad con el Plan de Prejubilaciones, que a su juicio y al del abogado de la acusación popular, Alberto López-Villa, no se ajustaba a la situación de beneficios de la Caja porque estos "eran lánguidos" y no permitían un plan al ser una Caja pequeña. Ese plan solo podrían haberlo firmado de ser una empresa con millones de clientes, o estar en la Gran Manzana, ha indicado López-Villa.
Los abogados de los cinco acusados a título lucrativo ha pedido el sobreseímiento de sus defendidos, y han afirmado no "entender" porque ellos estaban allí y no otros trabajadores de la Caja, que tuvieron el mismo Plan de Prejubilaciones.
La sesión que ha arrancado a las 10:20 de la mañana ha terminado a las tres de la tarde, y se reanudará el juicio el jueves 21 con la última sesión, con la intervención de los abogados de los seis acusados, y el turno de rúbrica de estos últimos, si así lo requieren, antes de que el juicio quede visto para sentencia.