Todo son sospechas de momento y ninguna certeza, pero el goteo de gatos callejeros hallados sin vida ha generado alarma social entre los segovianos y algunos hablan a través de las redes sociales incluso del castigo que aplicarían al culpable o culpables de estas muertes. Aún no se puede hablar de un caso continuado de maltrato animal ni de envenenamientos masivos ante la ausencia de evidencias científicas en este sentido. Sin embargo, el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, reconoce que «no es normal» este episodio de muertes en serie que arrancó a los pocos días de que se diera la bienvenida al nuevo año.
El pasado 9 de enero la asociación Ángeles Callejeros, que ha sido quien ha destapado estos hechos, inició una recogida de firmas para exigir a la alcaldesa, Clara Luquero, y al Ayuntamiento que actuaran tras la aparición de cuatro gatos muertos en San José. Este barrio cuenta con una de las colonias controladas y dos de los animales encontrados recibieron cuidados, «pero finalmente no se pudo hacer nada por ellos, según relataba a El Día de Segovia Patricia Esquiliche, una de las integrantes de Ángeles Callejeros. Las alarmas terminaron de encenderse cuando, apenas dos días después, volvieron a ser recogidos sin vida otros dos. Uno en la plaza de Guevara, en pleno casco histórico, y el otro en la avenida Obispo Quesada.
Y el goteo ha continuado. La semana siguiente fueron tres (en San José y Nueva Segovia) y el pasado domingo, otro junto a la Jefatura Provincial de Tráfico, que quizás sirviera para adelantar la reunión que la alcaldesa prometió a los miembros de Ángeles Callejeros. Estos fueron recibidos el martes por el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, que se encargó de transmitirles los pasos que ha seguido el Ayuntamiento ante estos hechos.
La primera medida ha consistido en una intensificación de la vigilancia policial. Los agentes de la Policía Local ya habían asumido la misión de realizar labores de control en las colonias que se encuentran bajo supervisión de los servicios municipales y, a raíz de las muertes continuadas, esa tarea se ha acentuado. «Aunque tener una atención permanente es imposible», indica Torquemada, que ve la mano del hombre detrás de lo sucedido «por los signos de violencia que parece que presentan los gatos». Las conclusiones definitivas tendrán que esperar y ni siquiera es seguro que arrojen certezas ya que, según apunta el propio Torquemada, «un análisis de tóxicos (que permitiría averiguar si se ha producido un envenenamiento) requiere que el animal haya sido conservado en unas determinadas condiciones que nosotros tenemos complicado asegurar».
RESULTADOS. El Ayuntamiento solicitó colaboración a una clínica veterinaria colaboradora y esta, a su vez, se ha apoyado en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid para practicar una necropsia a uno de los gatos hallados muertos en estas últimas semanas. «Aún no sabemos nada de los resultados», afirmaba a esta redacción Ainhoa Gómez, una de las integrantes de Ángeles Callejeros que participó en la reunión con el concejal de Servicios Sociales. Un encuentro que sirvió para poner sobre la mesa la posibilidad de imponer multas económicas a aquellas personas que generen molestias a los gatos en las colonias controladas. «Nos ha dicho que eso depende de una ley autonómica en la que no aparece recogido», desvelaba Gómez.
Impulsar más campañas de concienciación sobre el papel que desempeñan los cuidadores es otro de los deberes que Ángeles Callejeros ha puesto al Ayuntamiento, además de la instalación de cámaras de vigilancia. Una opción, esta última, descartada para el objetivo de descubrir las causas del goteo de gatos encontrados muertos que ha despertado la indignación de muchos segovianos.
La asociación sí que tiene el compromiso del Ayuntamiento de que «en breve» comenzará la colocación de las placas identificativas e informativas en las colonias de gatos controladas por la figura del cuidador, que fueron presentadas hace unos días. Con ellas se pretende identificar la ubicación de la colonia y que el vecindario conozca que existen gatos en la zona, que están controlados y esterilizados.