La ciudad bioclimática vuelve a posicionarse en el mercado

Nacho Sáez
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La inmobiliaria Altamira acondicionará y comercializará -a través de la empresa segoviana AGCV 2021- 43 chalets adosados del complejo de Bernuy de Porreros, cuando se cumplen diez años de la quiebra del proyecto

La ciudad bioclimática vuelve a posicionarse en el mercado - Foto: Rosa Blanco

Se ha cumplido una década desde que la constructora Seop presentó suspensión de pagos y dejó a medio construir –entre otras muchas promociones inmobiliarias– la Ciudad Bioclimática de Bernuy de Porreros, una urbanización que prometía ser revolucionaria en el mundo y que ahora sueña con resurgir. Aunque las aspiraciones sean más modestas. Nadie habla ya de un entorno dotado de un centro comercial, guardería, piscina o instalaciones deportivas, ni de un ahorro en el gasto energético cercano al 80 por ciento. Se trata de aprovechar unas estructuras que ya están levantadas –al completo en algunos casos y parcialmente en otros– y que cuentan con activos importantes que pueden resultar atractivos. 

El principal, su cercanía a Segovia capital –se encuentra a siete kilómetros– y su rápida comunicación con la estación del AVE y con las autovías a Madrid y Valladolid, cuando finalice eso sí el desdoblamiento de la circunvalación. Durante los últimos diez años, este proyecto ha estado enredado en la tela de araña de las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria. A la quiebra de Seop le siguió la paralización de su actividad por parte de la promotora Nireo, que ya nunca iba a concluir una urbanización en la que estaban proyectadas 267 viviendas, entre pisos, chalets adosados y chalets independientes. Un fracaso empresarial que arrastró a un grupo de familias que apostaron por comprarse una de esas casas para vivir y que vieron desde sus ventanas cómo ‘okupas’ y delincuentes campaban a sus anchas. Calderas, ventanas, puertas, grifos, cuadros de luz… Arrasaron con todo hasta convertir la Ciudad Bioclimática en un cementerio condenado al olvido.

La situación mejoró con el paso de los años, sobre todo a partir de la recepción de la urbanización por parte del Ayuntamiento de Bernuy, que puso fin a un lustro sin servicio de recogida de basuras en esta zona del municipio. Durante bastante tiempo incluso, las escasas viviendas que tenían vecinos se tuvieron que abastecer de luz de obra ante la ausencia de suministro eléctrico. Una pesadilla tras los sueños que hablaban de que el tenista Feliciano López había invertido en el complejo. El fin de la crisis puede traer ahora por fin nuevas esperanzas para todos esos vecinos.

La inmobiliaria Altamira va a poner a la venta 43 de los chalets adosados. «Bienvenido sea, aunque han pasado tantos fondos ‘buitre’ por aquí que ya no sabemos ni de cuáles estamos hablando», apunta la alcaldesa de Bernuy, Yolanda Benito, que radiografía el estado administrativo de una urbanización que contó en su momento con todos los parabienes políticos y económicos. Bancos y fondos de inversión se quedaron con los activos tras el fracaso de la promoción, pero la oferta ha sido prácticamente inexistente durante estos diez años. El propio Sareb –conocido popularmente como el ‘banco malo’– confirmaba recientemente a esta redacción que aún no había comenzado la comercialización de las 97 viviendas que tiene adjudicadas en la Ciudad Bioclimática, y según expertos inmobiliarios apenas han existido apuestas para reactivar este complejo o al menos explotar lo ya construido por Nireo, que tuvo la colaboración del estudio de arquitectura AIM, la empresa de energía solar Isofotón –que cerró en 2013 tras 30 años de actividad– y Nipsa, que se iba a encargar de la instalación fotovoltaica.

Un fondo de inversión ha dado luz verde en fechas recientes a que Altamira comercialice -a través de la empresa segoviana AGCV 2021 (paseo Ezequiel González, 24 3G, 609233664)- 43 chalets adosados, que antes serán sometidos a una rehabilitación y reacondicionamiento para que ofrezcan todas las garantías a sus futuros compradores. Tienen cada uno 160 metros cuadrados construidos, 100 de parcela, 20 de plazas de garajes, tres dormitorios, dos baños, salón, cocina… «Están muy bien orientados, son de buena calidad y cuentan con el código técnico respecto a suelos radiantes, aislamiento...», apuntan fuentes de la inmobiliaria, que ha fijado un precio de 80.000 euros más IVA para su venta.

«Es muy competitivo», destacan, «sobre todo si se compara con los 190.000 euros que costaron en su momento». Aunque las ensoñaciones de la Ciudad Bioclimática queden lejanas –el cartel que daba la bienvenida a la urbanización presumía de casas con energía solar y sistemas de reciclaje de agua–, todavía hay oportunidades que aprovechar por aquellos que estén pensando en comprar una vivienda. «Por este precio es casi imposible que encuentres algo que esté medio bien en Segovia», insisten esas mismas fuentes.

FASES. La alcaldesa de Bernuy destaca que no es la única iniciativa que está en marcha para reflotar el complejo. El Ayuntamiento ha tenido conocimiento de que se han  sacado a la venta una treintena de los chalets cuya ejecución quedó sin concluir «para que el que los compre se encargue de terminarlos», según indica en declaraciones a El Día de Segovia. Un halo de luz para unos vecinos que reconoce que lo han pasado muy mal. «Ojalá se vendiera todo y se llenara de gente. Sería bueno para todos», remacha la propia Yolanda Benito.

La oferta que lanza Altamira estará al alcance del público en dos fases. En un primer momento se pondrán a la venta 24 chalets adosados y posteriormente los otros 19. Los primeros estarán listos –después de la rehabilitación que ejecutará una empresa constructora– en un periodo de nueve meses y se beneficiarán de los trabajos de urbanización que se realizarán también en las calles, víctimas de los robos y del estado de abandono en el que ha permanecido la urbanización a lo largo de estos diez años. A pesar de que en su impulso participaron empresarios segovianos, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León –entonces dirigida por la presidenta de las Cortes autonómicas, la segoviana Silvia Clemente– y el Ente Regional de la Energía (Eren).

«Esa tarea de acondicionamiento es responsabilidad de los propietarios de la urbanización», subraya la alcaldesa, que aclara que el Ayuntamiento no tiene previsto ningún proyecto ni inversiones en este sentido. Altamira pondrá –a disposición de los interesados en comprar– un chalet piloto, que permitirá examinar las calidades de unas viviendas que destinan 24 metros cuadrados al salón y que presumen de dormitorios, de 12 metros cuadrados, dotados de armario empotrado. Esta inmobiliaria se presenta en su página web como experta en la gestión integral de activos financieros e inmobiliarios con más de 125.000 inmuebles en alquiler y venta en todo el territorio nacional. Ahora tiene el cometido de reactivar un complejo que nació en 2003 con la teórica fortaleza de ser «la primera ciudad bioclimática de España» y que, sin embargo, acabó devorada por la burbuja inmobiliaria.