El barrio nuevo tiene vida

Nacho Sáez
-

Una peluquería abrió sus puertas el martes y a su lado se anuncia el desembarco de una clínica dental. El barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra crece y crece a pesar de que su desarrollo inmobiliario todavía está a la mitad.

El barrio nuevo tiene vida

Carmen Velasco ha sido testigo del crecimiento del barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. Vecina de uno de los bloques de la calle Cotera de León desde 2016, recuerda cómo «al principio vivía muy poca gente». «Ahora coincidimos unas cuantas madres del colegio», destaca. Ella tiene tres hijos y, a sus 46 años, es una de las más mayores de un barrio que, dice, está lleno de gente joven. Se ha convertido en casi la única zona de Segovia en la que se siguen construyendo nuevas promociones de viviendas, el reclamo que seguramente explique con mayor fidelidad el ‘brote’ de aperturas de comercios que está registrando.

Elena Pardina inauguró este pasado martes la peluquería Peinarte, que se ha mudado desde su anterior ubicación en la calle Los Arroyos –en el corazón del Cristo del Mercado– a la calle Pinar de Valsaín, a las espaldas de la antigua cárcel. «Tenía claro que quería este local y este barrio. Es más grande, está cerca de mi antigua peluquería para mantener a las clientas y la accesibilidad es buena», explica. Lo ha adquirido en propiedad («Si me tiro a la piscina es con todo, pero es verdad que me han dado muchas facilidades para financiarlo») después de echarle el ojo en las frecuentes visitas al barrio que ya solía realizar. «El sábado trabajamos en Los Arroyos por última vez y ya tenemos la agenda llena aquí», apuntaba el lunes antes de seguir con los últimos preparativos para la inauguración.

En el local de al lado se anuncia la apertura de una clínica dental, aunque de momento no han comenzado las obras. Un poco más allá sí que tienen desplegada toda su cartelería el centro de reconocimiento de conductores E-Medical Box, el centro de pilates Aire y la clínica de fisioterapia y osteopatía Core, tres de los últimos establecimientos en llegar a un barrio que sin embargo tiene todavía un largo desarrollo inmobiliario por delante. «Solo está construida la mitad del espacio que hay disponible», remarca el presidente de la Asociación Provincial de Industrias de la Construcción (APIC), Javier Carretero. Enfrente de la peluquería de Elena están en marcha 26 viviendas y dos estudios, y en el resto de barrios, otros dos bloques, además del centro de día de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y los nuevos juzgados. «Y hay muchas más parcelas libres. Lo que pasa es que se compraron caras y, con los costes que hay ahora en la construcción, no salen las cuentas. Aun así este barrio y el Carrascalejo se llevan la palma en lo que se refiere a la vivienda nueva en Segovia», revela Carretero.

El barrio nuevo tiene vidaEl barrio nuevo tiene vida

El Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia está estructurado en tres alturas. Comenzando desde la avenida Juan Carlos I la primera sería la zona anexa a la antigua cárcel. «Desde el principio nos gustó que el local se viera desde esta carretera, que tiene mucho tráfico de coches», apunta Víctor Gasó, responsable de la escuela de inglés Kids&Us, que cuenta con más de medio millar de alumnos. Arrancaron en 2016 y la aceptación que han tenido ha sido tan alta que proyectan la apertura de otra sede en la que constituiría la segunda altura de este barrio, el tramo de la peluquería de Elena, de los mencionados centros de pilates y fisioterapia y del bar Don Piripi, probablemente el comercio más veterano.

«Está viniendo mucha gente a interesarse por el barrio», asevera el propietario de este, Antonio Barroso, que valora también la influencia de San José, del que les separa una calle. «Toda esta zona es muy familiar, como antiguamente, y se está generando un movimiento para que cada vez haya mas cosas», añade. Encima de su bar vive Judit Manso desde hace casi ocho años. «Yo estoy encantada. Tenemos mucha zona ajardinada, cada vez hay más gente joven...», argumenta mientras pasea a Pelusa, un samoyedo precioso. La única pega que le encuentra al barrio es la ausencia de algunos servicios. «Para tomar algo no tienes dónde elegir y la frutería más cercana está en la avenida de la Constitución, pero poco a poco irá habiendo más cosillas. De momento seguimos teniendo la tiendecita de San José».

No lo cambia por la facilidad que tiene para aparcar Raúl Gonzalo desde que el Colegio de Médicos de Segovia se trasladó desde Conde Sepúlveda al barrio. Este, el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y la Biblioteca Pública son los cuatro organismos oficiales que han ubicado aquí su sede. «Estamos súper a gusto», subraya el administrativo e informático del Colegio de Médicos. «Uno de los motivos para cambiarnos fue la facilidad que nos da esta zona para aparcar sobre todo cuando organizamos actividades formativas y tiene que venir un número importante de personas. Estaría bien que hubiera alguna tienda más, pero supongo que con el tiempo todo llegará».

El barrio nuevo tiene vidaEl barrio nuevo tiene vida

TERCER NIVEL. Más lejos tienen el acceso a los servicios quienes se encuentran en la tercera altura del barrio. La Carretera de Valdevilla marca la frontera entre el segundo nivel y un emplazamiento en el que las vistas del casco histórico de Segovia son espectaculares. Precisamente se trasladaron en 2018 del centro a este punto Federico Yuste y Luisa Escobar. «Estábamos en un centro de negocios y queríamos claridad», confiesan los responsables de la consultora e ingeniera de software ITEM. En su opinión, «era la mejor zona». «Estaba creciendo, estaba muy bien de precio y aprovechamos», cuentan desde la coqueta oficina que montaron. Muy luminosa y silenciosa salvo por las obras de las viviendas que están construyendo al lado, el aparcamiento también lo tienen asegurado. «Echamos de menos un bar, pero en el centro nunca habríamos encontrado un lugar así. Allí los propietarios es muy difícil que suelten los locales», reflexionan.

Su vecina, Pilar Alonso, de la tienda De Pesca y Cañas, tampoco se arrepiente de la decisión de comprar que adoptó en 2016. «Estoy contenta. Mi local se ve más que el del INE que está ahí abajo, mis clientes no tienen ningún problema para aparcar y yo como comerciante no echo nada de menos. La gente quizás te diga que quiere un supermercado, pero yo creo que ya están acostumbrados a ir a San José». Casi enfrente ella tiene la Biblioteca Pública y las obras del centro de día de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y del nuevo Palacio de Justicia y al lado, varias parcelas que en el futuro probablemente estarán ocupados por más bloques de viviendas de los que ya hay. El barrio  nuevo tiene vida y tendrá más.