La hora de la unidad

M.R.Y. (SPC)
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Biden recogerá el próximo miércoles el testigo de un país fragmentado con el objetivo de «recuperar el alma» de una nación que aún se cura de las heridas del 'huracán Trump'

La hora de la unidad - Foto: POOL

«Seré el presidente de todos los estadounidenses, sin importar si me votaron o no. Es hora de dejar atrás la ira y la retórica del odio y unirnos como nación». Esas fueron las primeras palabras pronunciadas -en este caso, escritas en su cuenta de Twitter- por Joe Biden el mismo día en que se confirmó su victoria en las elecciones del pasado 3 de noviembre. 

Fue cuatro días después, el 7 de noviembre, cuando su triunfo fue oficial. Y durante ese tiempo, apenas 96 horas, la tensión y la división fueron en aumento ante el mensaje de su rival, el republicano Donald Trump -causante de la división extrema vivida en Estados Unidos-, que, echando más leña al fuego, fomentaba la idea de un fraude en las urnas.

«Yo no veo estados rojos y azules, sino Estados Unidos. Acabemos con esta siniestra era de demonización. Es tiempo para recuperar el alma de este país», reivindicó. «Es hora de sanar heridas», insistió.

El mensaje de Biden fue el mismo que durante la campaña: él será el encargado de unir a un país  fragmentado en el que las dos mitades viven una batalla permanente  y el adalid de la más que necesaria reconciliación.

Y es que, tal y como se demostró en las elecciones, la fractura es mayor que nunca. Con una participación inédita del 70 por ciento -la más alta en 120 años-, los dos candidatos protagonizaron una reñidísima carrera que obligó a posponer el anuncio del resultado oficial, que se decidió en muchos estados por un escaso margen de votos.

Hora de primeras veces

Sin embargo, el veterano político, que el próximo miércoles dará inicio a una nueva era en el país, ya ha demostrado su don para ensamblar partes rotas: lo hizo en un dividido Partido Demócrata que, finalmente, ha sabido ver en él a un líder capaz de aunar a diferentes posturas por un bien común. Y eso es lo que pretende ahora a nivel nacional con su nuevo mandato. 

Para ello, Biden buscará un giro de 180 grados a lo vivido hasta ahora con Trump, llegando incluso a plantear «el Gobierno más progresista en la Historia de EEUU».

A la espera de conocer si eso sucederá, al menos sí que presenta un Ejecutivo rompedor, con Kamala Harris como mano derecha. La que fuera su rival en las primarias demócratas se integró en su equipo y se convertirá en la primera mujer y la primera afromericana en ser vicepresidenta.

Pero no solo Harris hace Historia. Pete Buttigieg, también adversario en pugna por la candidatura presidencial demócrata en 2020, se convertirá en la primera persona abiertamente homosexual en ocupar un cargo en el Gabinete, en este caso el de secretario de Transporte.

En una búsqueda por aunar identidades, también se incluirá por primera vez en el Gobierno a una persona nativa americana -Deb Haaland, que dirigirá Interior- , a la primera mujer al frente del Tesoro -Janet Yellen- y a la primera directora de Inteligencia Nacional -Avril Haines-.

cuestión de supervivencia. No será un camino fácil el de Biden y su equipo -que debe ser aún confirmado por el Congreso-, menos aún después del reciente asalto al Capitolio que ha puesto en jaque a la primera democracia del mundo, pero que también ha servido para unir a millones de ciudadanos en su condena contra este ataque al Estado de derecho.

Recuperar la calma perdida no se logrará en un corto período de tiempo, pero el futuro presidente de EEUU promete intentarlo. Y lo hará con una pandemia acechando al país -el más afectado por la COVID-19 tanto en número de infectados como de fallecidos- ante la que promulga nuevamente la unidad y la confianza para poder hacerla frente. Será un gran esfuerzo, pero a Biden, experto en sobreponerse a los obstáculos de la vida -perdió a su mujer y a su hija en un accidente de tráfico y a otro hijo aún joven por un tumor cerebral-, no le temblará el pulso para hacer que EEUU también pueda sobrevivir a los cuatro años de Donald Trump. Y que lo haga, nuevamente, unido.