Asomados al abandono en San Millán

Nacho Sáez
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Vecinos de este barrio se quejan de los malos olores procedentes de un antiguo local comercial de la plaza Echegaray, que vuelve a poner de manifiesto el sentimiento de desamparo que arrastra esta zona de Segovia.

Emilia Nieto se tapa la nariz para asomarse a la plaza Echegaray. Junto a los coches, parte del local del que proceden los malos olores. - Foto: Rosa Blanco

La lluvia que ha caído en las últimas horas oculta las pruebas de un problema que va camino de acumular dos meses sin resolverse. Emilia Nieto saca su teléfono móvil y muestra una fotografía en la que se puede ver el cerco de un reguero de agua que llegó hasta la mitad de la plaza Echegaray y que nace en un local comercial abandonado que hay en este rincón de San Millán. El olor que asalta a cualquiera que se acerque hasta aquí otorga credibilidad a lo que para esta vecina se trata de una certeza: la humedad que se aprecia en el suelo en la imagen que tomó hace unos días son restos de aguas fecales.

Aunque el antiguo supermercado del que parecen proceder se encuentra cerrado con verja y candado, desde fuera es posible asomarse a su interior a través de los pequeños huecos que han quedado por la falta de mantenimiento de sus propietarios. Un estado de casi ruina que se repite donde un día estaban las estanterías de la leche, el agua, las legumbres, la fruta, las hortalizas, la carne, el pescado... Hoy, en su lugar, hay una motocicleta, el somier de una cama, cajas de cartón y suciedad. Mucha suciedad. «Cada dos por tres nos encontramos ratas y cucarachas por aquí», asegura Emilia Nieto, que considera necesario llevar a cabo trabajos de desinfección en el local.

Sin embargo, no solo está lejos de alcanzar ese objetivo sino que «desde hace más de un mes y medio» –según remarca– tienen que convivir con los malos olores que creen que provoca una avería en la bajante sin que nadie lo ponga remedio, a pesar de sus esfuerzos. Han llamado a la Policía Local, al Ayuntamiento, al Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León y al Juzgado, pero nadie les da una solución de momento: «Nos dicen que no pueden entrar sin el permiso de la propiedad».

Juan Andrés García examina el candado con el que está cerrado este antiguo supermercado.Juan Andrés García examina el candado con el que está cerrado este antiguo supermercado. - Foto: Rosa Blanco

Después de que el supermercado cerrara sus puertas y el local fuera vendido, sus siguientes propietarios vieron cómo se lo embargaba el banco. Ahora se encuentra en manos –según los vecinos– del Sareb, que ayer envió un representante para examinar el problema el problema. Las palabras no han pasado a los hechos todavía y la situación se está tornando en insoportable para quienes viven en esta zona de San Millán. «Los hay que ya ni abren las ventanas de casa porque es una peste. En el portal hemos puesto un ambientador, pero no sé si ha sido peor el remedio que la enfermedad por la mezcla de olores que se produce», apunta Juan Andrés García, el marido de Emilia.

Una moto y un somier se mezclan con la suciedad dentro.
Una moto y un somier se mezclan con la suciedad dentro. - Foto: Rosa Blanco

Desde que se casaron han residido en el barrio y en los últimos años han sido testigos del progresivo deterioro que este ha sufrido. De la inseguridad y los puntos venta de droga ante los que «la Policía no actúa todo lo que podría» –según se quejó la Asociación de Vecinos hace menos de un año– al hundimiento de la calzada que se tragó dos coches el pasado verano. «Cuando llegan las elecciones se hablan muchas cosas, pero luego no se hace nada. Solo parches», lamentan Emilia y Juan Andrés mientras se asoman por la ventana al estado de abandono que padece la plaza Echegaray.