La Asociación de Empresas de Artes Escénicas Asociadas de Castilla y León (Artesa) denunció hoy en Valladolid que el sector afronta un año con unas pésimas perspectivas de trabajo hasta, al menos septiembre, por las restricciones y la pandemia que han generado una “indecisión” a la hora de que la Junta y los ayuntamientos programen actividades culturales. “Estamos muy preocupados y asustados por que el año pasado fue catastrófico y un desastre, con la suspensión y reprogramación de obras y estrenos, y el 2021 no pinta mejor porque no vemos la ventanita de empatía entre las administraciones que hubo a partir de marzo, con la convocatoria de algunas medidas extraordinarias para el sector”, sentenció el presidente de Artesa, Tomás Martín.

En una rueda de prensa que tuvo lugar en la sede de Comisiones Obreras (CCOO) de Castilla y León, los responsables de Artesa, que agrupa a 34 empresas, aseguraron que la actividad de las artes escénicas nunca ha sido buena en la Comunidad, al tener una situación “muy débil” y “desprotegida”, que ahora, con la pandemia, se ha agravado. “Somos un sector cultural con escasos beneficios y empresas con poco músculo financiero, por lo que se hace difícil aguantar esta crisis”, expuso su presidente. En este sentido, la asociación reclamó que la única salida a esta situación pasa por ayudas directas de las administraciones, fundamentalmente de la Junta, y tener trabajo gracias a la programación de funciones. 

Tomás Martín señaló, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, que la Consejería de Cultura y Turismo publicó ayer la convocatoria de ayudas ordinarias para el sector, que cubren el periodo entre el 1 de abril y el 31 de septiembre. Se trata, según explicó, de las subvenciones “más lúcidas” y de “mayor tamaño” para apoyar y compensar la actividad deficitaria de las empresas. Eso sí, advirtió que las compañías se verán obligadas a adelantar el dinero para mantener su estructura y pagar los gastos generales ya que la resolución de esas ayudas públicas no será hasta junio o julio. 

“Sin financiación ni trabajo vemos muy difícil mantener los empleos y las pequeñas estructuras que tenemos como empresas”, advirtió. En este sentido, calculó que en la Comunidad hay más de un centenar de compañías de teatro, que cuenta entre ocho y diez trabajadores, entre personal contratado fijo e indirecto. Es decir, un sector que mueve entre mil y 2.000 profesionales. 

Más ayudas extraordinarias

Además, Artesa se mostró esperanzada en que el Ejecutivo autonómico vuelve a sacar otras ayudas extraordinarias, como las del año pasado, que supusieron que el sector de la cultura se beneficiará de 800.000 euros, lo que suponía el diez por ciento del total de ocho millones convocados por la Consejería de Cultura y Turismo, aunque también incluía al Deporte. Martín precisó que esas ayudas, que oscilaron entre 500 y 2.000 euros para cada empresa, sirvieron para el pago de las facturas de entre abril y junio. "Son necesarias más ayudas extraordinarias por que la pandemia continúa. Ya dijimos en marzo que éramos los primeros en cerrar y seríamos los últimos en abril, por lo que estamos siendo el sector más perjudicado, incluso por delante de la hostelería", significó.

La Asociación de Empresas de Artes Escénicas Asociadas de Castilla y León también hizo referencia al reparto del trabajo entre los circuitos y la Red de Teatros, lo que permite que cada compañía realice una media de 3,80 funciones al año (frente a las 2,68 de otros ejercicios) en su recorrido por las diferentes dotaciones de los pueblos de menos de 10.000 habitantes de la Comunidad. Un incremento que viene marcado por el compromiso que la entidad lográ arrancar a la Junta para que apostara por la profesionalización del sector en los circuitos, en detrimento del teatro amateur y aficionado. 

Red de Teatros atascada

En cuanto a la Red de Teatros de Castilla y León, la situación sigue atascada ya que la Junta destina cada año 400.000 euros a los ayuntamientos que programan actividades en sus dotaciones. En un principio, Artesa alcanzó un acuerdo con el viceconsejero de Cultura para que los consistorios se comprometieran a que, de forma excepcional por la situación de la pandemia, programarán solo funciones de compañías de la Comunidad pero, finalmente, fue imposible. Y es que Martín mencionó que algunos ayuntamientos llegaron a amenazar a la Consejería de que si se les obligaba a esta medida estaban dispuestos a renunciar a la aportación económica de la Junta. “Detectamos una escasa empatía de algunos consistorios con el sector y vemos muy difícil salir con nuestras obras a otras comunidades por que, a diferencia de lo que ocurre aquí, las redes se cierran y apuestan por lo más cercano. Es triste que en Castilla y León se apueste por que vengan compañías de fuera y no se invierta ni se confíe en nosotros, por lo que es muy difícil mantener el sector y lograr que sea competitivo”, subrayó. 

En este sentido, el presidente de Artesa reconoció no entender por qué los programadores culturales tienen tanto “poder político”, además de reclamar “coherencia” a los partidos políticos ya que en las Cortes hablan de la necesidad de potenciar la cercanía pero, luego, los ayuntamientos que gobiernan apenas programan creaciones de Castilla y León. 

Ante esta situación, la asociación ha planteado a la Junta otras alternativas para que el sector pueda sobrevivir como la propuesta de gestión del ciclo 'Escenario Patrimonio Castilla y León', una propuesta de la Consejería -dotada con 700.000 euros- para llevar a lugares más pequeños y desconocidos de la Comunidad propuestas culturales y así apoyar a las artes escénicas, de la mano del patrimonio y el turismo, que han sido los más afectados por la crisis del COVID. “La experiencia piloto llevada a cabo en otoño fue un pequeño desastre y creemos que lo podemos hacer mejor que la administración”, expuso el presidente de Artesa.