Obligados a pedir ayuda a los más cercanos

EFE
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Casi ocho millones de personas en España, en situación de inestabilidad laboral grave, por la temporalidad de su trabajo o con empleos informales, no pueden afrontar gastos imprevistos

Las entidades solidarias ponen el foco en la situación de las familias sin ingresos fijos.

No poder afrontar gastos imprevistos y verse obligados a pedir dinero a parientes o amigos para salvarlos. Esa es una de las dificultades económicas más comunes que padecen los casi ocho millones de personas en España que se encuentran en situación de inestabilidad laboral grave. Una realidad a la que llegan, la mayoría de las veces, por la temporalidad de su trabajo o por tener empleos informales.

Esa es la denuncia que elevaron ayer Cáritas y Foessa durante la presentación de los informes Economía Solidaria 2019 y Vulneración de derechos: Trabajo decente. Una llamada de auxilio en la que esas organizaciones alertan de que casi 2,5 millones de trabajadores están atrapados en situaciones de pobreza relativa y la mitad tiene una jornada parcial indeseada.

En el 16,4 por ciento de esas familias, el sustentador principal mantiene una relación muy insegura con el empleo. Pero, sobre todo, es especialmente vulnerable la situación de 615.000 personas que subsisten con empleos informales, denuncian las organizaciones católicas, coincidiendo con la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

«Son personas que sufren la máxima expresión de la precariedad laboral al ver pisoteados sus derechos sin poder agarrarse al arbitraje de la Justicia ni a coberturas sociales en los períodos menos favorables de la economía», explicó Raúl Flores, coordinador de Estudios de Cáritas.

Para la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, «es urgente un cambio de paradigma y la protección del derecho al trabajo y de un modelo de economía basado en las personas; es necesario repartir de una manera más justa el empleo y reconocer el trabajo de cuidados».

La temporalidad en las contrataciones y la corta duración rodean el mercado laboral, aseveró el responsable de estudios, quien recordó que el pasado mes de agosto, según el Informe del Servicio Público de Empleo Estatal, solo un 8,6 por ciento de los nuevos contratos fueron indefinidos, mientras que los temporales alcanzaron el 56,3 por ciento: de ellos, casi cuatro de cada diez tuvieron una duración inferior a siete días.

«Son muchas las familias que navegan en un mar inestable, lo que supone alternar tiempo de trabajo con desempleo, el paso por múltiples empresas y que empuja en condiciones extremas a encontrar un empleo informal», sentencian.