La Catedral de Segovia vuelve a exhibir el túmulo funerario

ICAL
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El Templo Mayor de la ciudad abrirá mañana y el sábado de 9.30 a 19.00 horas

La Catedral de Segovia vuelve a exhibir el túmulo funerario

La Catedral de Segovia, como cada año, muestra, en el crucero sur, uno de los exponentes más llamativos del arte funerario, el túmulo, para celebrar la festividad de Todos los Santos en memoria de los difuntos, “todos aquellos conocidos o desconocidos” y permanecerá expuesto hasta el 10 de noviembre. Mañana se celebrará la misa a las 11.00 y 12.30 horas, en la Capilla del Santísimo. En cuanto al horario de apertura, la Catedral abrirá al turismo de 09.30 a 19.00 el viernes y el sábado, 2 de noviembre.

La festividad de Todos los Santos fue fijada el 1 de noviembre por el Papa Gregorio III pero ya con anterioridad, el 13 de mayo de 610 d.C, el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón Romano como templo dedicado a la Santísima Virgen y de todos los Mártires, mientras que Gregorio IV extendería esta festividad en el siglo IX a toda la Iglesia universal.

Desde el Cabildo de la Catedral de Segovia explicaron que el recuerdo a los mártires y el culto a todos los difuntos como manera de que alcancen la vida eterna se fue extendiendo e institucionalizando por parte de la Iglesia y de los reinos, sobre todo, a partir de la Baja Edad Media. España, con gran intensidad, estuvo presente en los cambios y nuevas costumbres de veneración a los muertos establecidas por reyes mediante pragmáticas y por las diferentes diócesis y estamentos de la Iglesia.

La Catedral de Segovia vuelve a exhibir el túmulo funerarioLa Catedral de Segovia vuelve a exhibir el túmulo funerario

En Segovia se encuentra documentada una intensa legislación y ritualidad con respecto a las tradiciones funerarias, que alcanzarían su máxima expresión con los túmulos o catafalcos, como manifestación del arte efímero que, sobre todo entre los siglos XV y XX, servía para destacar la trascendencia y respeto por el difunto. La Catedral de Segovia es un ejemplo de escenario de estos monumentos fúnebres que consiste en “un armazón de madera”, cubierto por paños fúnebres, fruto de una evolución que tiene su origen en las creencias paganas anteriores al cristianismo.

Con la llegada de los Reyes Católicos se estableció una legislación sobre los festejos relacionados con la muerte, fechadas en 1493, 1502 y 1505 , y los túmulos quedaron reservados para honras fúnebres de reyes y sus familiares.. A finales del siglo XVI se aprobó una pragmática que autorizó la elevación de catafalcos para particulares, prohibiéndo algunas colgaduras y limitando a doce hachas el número de luces. En la centuria siguiente, se censuraron túmulos levantados por los nobles, que "un deseo” de emular a los reyes.

Dos catedrales

En la Antigua Catedral de Santa María de Segovia, ubicada junto al actual Alcázar y declarada en ruinas en 1525, la documentación certifica que los catafalcos se podían ver dentro del templo, entre el altar mayor el coro dedicados a los obispos como Juan Arias de Villar (1498-1501), Juan Arias Dávila (1461-1497) o al rey de Castilla Enrique IV (1425-1474), que es la única personalidad de la Monarquía que se tiene constancia de la celebración de honras fúnebres en la Antigua Catedral.

Otra curiosidad, que ha llegado hasta nuestros días por los archivos, en que aquellos que asistieran a las vísperas de las honras recibieron 30 maravedís, y 60 a los que asistiero a la misa del día siguiente, con un coste total fue de 59 libras y 237 maravedís en los gastos del túmulo.

La destrucción de la Antigua Catedral, en la Guerra de las Comunidades, llevó al proyecto de la nueva en la denominada ‘Plaza Grande’, a varios cientos de metros de la antigua ubicación, y los restos de los difuntos fueron trasladados al nuevo emplazamiento en mayo de 1558 a través de una comitiva muy estudiada y se levantó un túmulo para la ocasión dentro de la Catedral, aún en fase inicial de construcción.

Los restos trasladados, como los del Infante D.Pedro, fueron sepultados en la capilla de Santa Catalina, dentro del claustro, al igual que los de antiguos obispos.