«No me importaría ser un alcalde de consenso»

Sergio Arribas
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Estuvo afiliado 33 años al PP hasta que le sedujo UPyD, por el que accedió a la corporación hace cuatro años. Cosme Aranguren es el candidato de 'Centrados', que surgió como escisión del partido de Rosa Díez, del que conserva el color magenta.

Cosme Aranguren, candidado de Centrados a la Alcaldía de Segovia - Foto: Rosa Blanco

Tiene a gala sus orígenes vascos —bilbaínos para más señas— aunque también presume de su barrio, San Marcos, donde jugaba de chico en la calle. Amante de la cocina y del humor socarrón, este aficionado del Atlético, insiste en que el «cambio tiene que llegar» al Ayuntamiento tras el 26-M.

Corríjame si me equivoco. Todos los cabezas de lista protagonizan el cartel principal de su partido, menos Centrados. ¿Huye usted del protagonismo? ¿Estrategia?
Cierto, el resto de partidos tienen fotos individuales. A mi me gusta trabajar en equipo. Enseñé el cartel a mi mujer y al principio le extrañó. Luego me dijo que la foto más bonita era la nuestra.

¿Qué tiene el centro que todos, salvo algunas excepciones, quieren ocuparlo?
Lo del centro es muy curioso. Nosotros no somos centro, sino que convergemos en el centro. Tenemos desde socialdemócratas hasta liberales moderados. O yo mismo, que soy más demócrata-cristiano. Tenemos gente que viene del PP, del PSOE… El centro para nosotros es donde convergen todas nuestras ideas en el bien común.

Centrados no es UPyD, aunque conserva el color magenta. ¿Por qué no el azul o el naranja?
A Centrados le identifica el magenta, aunque esta vez  en las banderitas nos ha quedado algo más rosa (se ríe). ¿Azul? He sido 33 años afiliado al PP. Fundé aquí los clubes juveniles, Nuevas Generaciones… ¿Y lo del naranja? Son intrahistorias que no se pueden contar. Nos han tentado. 

Centrados se define por ser un partido «segoviano, provincialista, municipalista y por y para los segovianos» ¿Cuánto les penaliza no tener un líder nacional?
Nunca nos lo hemos planteado. En la campaña a las generales le decía en broma a Javier Arranz, nuestro candidato al Congreso: «date cuenta que eres nuestro candidato a Presidente del Gobierno» (se ríe). No sé hasta que punto nos puede penalizar, pero nuestra intención es que Centrados sea el embrión de un modelo que se pueda exportar a otras provincias, como puede ser Soria, Ávila… 

Cuatro años de bagaje en la cámara municipal. Dígame, ¿cuántas veces hubiese pedido el VAR en un pleno?
Muchas, pero para mí. Soy de los que me equivoco mil veces al día, también en los plenos, quizá en las formas también, aunque espero no haber ofendido a nadie. Todas las tarjetas amarillas y rojas que hemos querido sacar, las hemos sacado. He pedido la dimisión de la alcaldesa y de otros concejales sin ningún reparo. Era nuestro deber hacerlo.

¿Se ve como árbitro en la próxima corporación?
¿Como alcalde de consenso? No me importaría. Creo que tenemos la idea de la ciudad bastante clara en nuestro partido.

¿Por qué es imprescindible la presencia de Centrados en el Ayuntamiento?
Porque creemos que va a ser imprescindible el diálogo.

Siendo realistas, a nadie se le pasa un triunfo por mayoría absoluta de ninguna candidatura. ¿Con quién no pactaría?
No tengo miedo en pactar con nadie siempre y cuando los extremismos queden fuera de las negociaciones. Creo que no habrá mayorias absolutas y deseo, además, que no las haya.

Al situarse en el centro, virar a derecha e izquierda, cómo que se nota menos. ¿Qué les dice a quienes pueden criticar este viraje en función de las circunstancias?
Esos virajes son necesarios. Todo el mundo, a lo largo de nuestra vida, siempre cambiamos en nuestra forma de pensar. En los plenos a veces íbamos pensando en votar ‘no’ o en abstenernos, nos han convencido y al final hemos dicho ‘sí’. Siempre que sea bueno para Segovia, nos da igual quien lo proponga.

Mire a derecha e izquierda. ¿Pactaría con Podemos o con Vox?
En estos cuatro años hemos presentado mociones con todos los grupos, sin ningún problema. Si entra Vox o Podemos, por ejemplo, podremos hacerlo igual, siempre que no sea algo radical, que es de lo que huimos nosotros. Lo de gobernar, veo complicado hacerlo con los extremos. Con IU quizá menos. En estos cuatro años he tenido una relación estupendísima con Ángel [Galindo]. Si tuviera opción de gobernar siempre le ofrecería a Ángel una concejalía en mi equipo de Gobierno.

Es el segundo Aranguren en la corporación municipal, tras su padre José Félix Aranguren, que llegó a gobernar tras la moción de censura a Trapero que le otorgó la Alcaldía a Emilio Zamarriego. Era la coalición AP-PDP-UL. ¿Se imagina una PP-Centrados-Vox?
Si tuviera que gobernar solo con Vox, seguramente no lo haría. Creo que Segovia necesita un cambio que pasa porque el PSOE que lleva 16 años gobernando se tire como mínimo cuatro años en la oposición. Necesitan oxigenarse. Y lo necesita la ciudad (..) Si fuera la coalición que me sugiere, no es la que más me gustaría, pero si es para dar un nuevo aire al Ayuntamiento no tendría problema.

De raíces vascas, bilbaínas para más señas, ¿recuerda que le impactó del carácter segoviano?
Vine a Segovia con 9 años. Soy del barrio de San Marcos y estábamos todo el día jugando en la calle. Recuerdo mi primer día de colegio. Entré en la clase y me encontré a un chaval castigado, de cara al encerado. Me dijo la profesora: «No te preocupes. Está ahí porque se ha tirado un pedo». Y la carcajada fue sonora. La naturalidad, es lo que más me sorprendió del carácter segoviano.

Tiremos de tópicos, como buen vasco, lo de la cocina no será asignatura desconocida para usted.
Mi familia creó el Villena, tengo un hermano, Rodrigo, que es cocinero.. Mi madre cocina de muerte. La cocina la he mamado. Me relaja mucho cocinar, pero no tengo tiempo.

¿A quién no invitaría a cenar?
A Puigdemont. Sin embargo, sí invitaría a Oriol Junqueras, por lo menos es un tío que le ha ‘echado un par’, que ha defendido su postura, aunque le ha costado la cárcel. Lo de Puigdemont, además de liar la que ha liado, es un cobarde.

Del polémico tuit que escribió a Echenique, ¿qué aprendió?
Fue chocante. Era un tuit que no tuvo ni un ‘me gusta’ ni un ‘retuit’. Le contesté a Echenique pero no por su discapacidad física, solo porque me parecía que meterse con el rey y, sobre todo, con una niña de diez años, era rastrero. Lo vio un periodista e hizo una noticia. En ningún momento fue para meterme con su enfermedad. Recibí amenazas de muerte. Aprendí a ser más cauto.

Da aspecto de hombre serio, de físico imponente y voz grave. Perfil de un protagonista del ‘far west’…
Me gustaría ser más protagonista de ‘star wars’ (se ríe). Siento dar esa imagen de seriedad porque, internamente, me tengo por todo lo contrario. Soy el que más bromas y chascarrillos suelta en un pleno. Eso es que me conoce poco.

Cersei Lannister, ¿a qué partido estaría afiliada?
¡Ostras! ¡Qué pregunta! ¡Gran manipuladora! Pues fíjese, me recuerda a Soraya Saenz de Santamaría.

¿Con quien iría a los toros?
Con José Tomás.

Trifachito, feminazi, voxeando… su palabra favorita de la nueva política.
Trifachito es graciosa. También me hace gracia la que utiliza el líder de Vox, Santiago Abascal, lo de «derechita cobarde·. Me recuerda a Chiquito de la Calzada.

¿Con qué jugador de fútbol equipararía el ‘fichaje’ de Javier Arranz por Centrados?
Con Javier no hay término medio. O le quieres o le odias. Lo que no sabe nadie es que Javier se ofreció a que la ‘partieran la cara’ por dar a conocer el partido. Ha sido un sacrificado. Yo que soy del Atlético, le compararía con Diego Costa.

¿Qué se bailaría con Miquel Iceta?
Queen, que le encanta. ‘¡We are the Champions!’, por ejemplo.

«Puedo prometer y prometo», que dijo Adolfo Suárez. Alguna promesa, no electoral, si gana las elecciones…
Le invito a comer en el restaurante que quiera para echarnos después una conversación de sobremesa.