Un instituto virtual

Cristina Sancho
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Los alumnos y profesores del IES Marqués de Lozoya de Cuéllar están creando una aplicación de realidad virtual con el objetivo de dar a conocer de forma amena las instalaciones del centro.

Un instituto virtual

¿Recuerda aquella serie de dibujos animados en la que los glóbulos rojos recorrían el interior del cuerpo humano para enseñar a los niños su funcionamiento? ‘Érase una vez…’ es un símil del proyecto que los estudiantes del IES Marqués de Lozoya están realizando para dar a conocer su centro. La realidad virtual se ha colado en las aulas de este instituto cuellarano para implicar a alumnos y profesores de cada una de las materias y mostrar a la comunidad escolar y a los futuros alumnos cómo es la vida en su centro. El objetivo del proyecto que están realizando es dar a conocer las instalaciones en las jornadas de puertas abiertas de una manera diferente a la habitual y con el fin de captar nuevos alumnos para el curso 2020-2021.

La idea surgió por el interés en el área de realidad virtual y aumentada de Mara Arpa, profesora de tecnología. Junto a su compañera de música Eva Tudela accedieron a un curso del Centro Superior del Profesorado en Palencia para conocer más sobre las aplicaciones de esta tecnología. Rápidamente en sus cabezas nació el proyecto. Tanto Mara como Eva son profesoras de primer año en el centro y llegaron con muchas ganas de incorporar cosas nuevas y potenciar las instalaciones en la medida de lo posible. Por este motivo vieron claro que a través de la realidad virtual podrían atraer más alumnos en el siguiente curso. Con el proyecto en su imaginación enseguida contaron con la colaboración del resto de profesores para entre todos enseñar la cara más amable del centro. 

«Queremos ofrecer un paseo por el instituto sin necesidad de pisarlo. Resaltar que le hace especial, cuáles son sus puntos fuertes y en qué se diferencia de otros», explica Eva quien recuerda que su primer acercamiento a la realidad virtual fue en un hospital con niños. «A través de las gafas tenían la oportunidad de salir de sus habitaciones y sentirse por ejemplo en una montaña», añade. 

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Para realizar el proyecto cuentan durante todo el curso con cuatro gafas de realidad virtual, cuatro teléfonos móviles que se acoplan a las gafas, cuatro cascos y una cámara que permite grabar en 360 grados. Tanto el alumnado del centro como el resto de profesores ya han probado las gafas para conocer qué es lo que se siente y la respuesta está siendo muy positiva e ilusionante. 

Mara y Eva están elaborando un libro virtual en el que cada semana se planifican una serie de trabajos a desarrollar con los escolares. Lo primero fue conseguir un plano de las instalaciones y empezar a decidir las imágenes que se van a grabar con la cámara. «Todos los pasillos, las aulas, las aulas específicas, el gimnasio, la cafetería… para que cuando nos pongamos las gafas vayamos recorriendo las instalaciones», explica Ana. «La idea es que el usuario empiece en la puerta del instituto y después pueda decidir por donde quiere continuar entrando en las distintas zonas». En su caso está trabajando con los alumnos de programación informática de 4º de ESO la creación de la aplicación que es necesaria para la mostrar la composición final. 

Para dar más riqueza al proyecto han implicado al resto de alumnos y departamentos con el fin de que, desde cada área, se aporten imágenes o vídeos de lo que se trabaja en las diferentes materias. En música por ejemplo los alumnos están grabando cómo aprenden a tocar los instrumentos, en informática muestran imágenes de códigos y programas o los fotomontajes que aprenden a realizar con el ordenador… Los alumnos de la asignatura de tecnologías de la información y la comunicación van a realizar las animaciones y la edición de vídeo… Pero no solo trabajan con las materias más tecnológicas o visuales, sino que también se van a implicar otras como lengua y literatura, francés, ciencias, matemáticas…

Con el fin de sumar y enriquecer, a medida que los profesores conocen el uso de las gafas buscan una aplicación en sus asignaturas. El compañero de literatura pensó realizar un proyecto por Cuéllar tomando el Castillo como enclave principal para hablar de los personajes que habitaron el monumento y la idea es que los alumnos puedan interpretar escritos de distintas épocas en función de la historia de la fortaleza. También se va a investigar sobre personajes históricos y del entorno. 

Otro ejemplo que explica Eva es la idea de poner nombres a las clases. En el caso del aula de música se llamará ‘Los Ministriles’, igual que uno de los grupos de música que hay en Cuéllar que interpretan piezas antiguas y trabajan distintos instrumentos. Con esto lo que buscan es que los alumnos a través del proyecto de realidad virtual puedan conocer lo que hay en su entorno más cercano y todo ello conjugándolo con la programación didáctica del aula. «Los alumnos se lo están tomando genial, están muy motivados y grabando como locos», comenta Tudela. «Es una herramienta más para trabajar sobre lo que harían en el currículo normal. Asimilan el contenido mucho mejor, porque no es igual de interesante leer sobre un edificio que poder andar por su interior sin moverte de la silla», añade Arpa. 

Ambas ya se imaginan el resultado final en sus cabezas. La realidad virtual permite también potenciar la imaginación de los usuarios y despertar sensaciones. En el recorrido virtual que están realizando la música va a tener un papel destacado porque será nexo de unión y elemento identificador de los lugares. Desde la materia de música están creando una base de datos con las distintas grabaciones que están interpretando los alumnos ya que cada una de las plantas del centro contará con un tipo de música diferente para que el espectador sepa dónde se encuentra. Pero también sonará un tipo de música u otro si se adentran en la biblioteca o en el gimnasio. Para la primera, el silencio es lo más representativo, pero para la práctica de la educación física han pensado en una música más intensa como la banda sonora de la película de Rocky, ‘Los chicos del coro’ para el aula de francés, ‘Imagine’ de John Lennon para el aula de convivencia o una batucada para simular el barullo de la cafetería.

Cuando el proyecto esté bastante avanzado un grupo de alumnos lo presentará en la Feria de Tecnologías que se celebrará el 26 de mayo en Valladolid. Para entonces lo que tanto alumnos como profesores han imaginado en sus mentes será una realidad que a buen seguro servirá para dar más vida aún a este centro educativo que sale a la calle a través de las pantallas.