Sin trenes, sin médicos

Nacho Sáez
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La internista Ana Carrero y el cardiólogo Alfredo García se plantean dejar Segovia después de que Renfe haya eliminado en la pandemia las frecuencias que permitían a él acudir a su puesto en el Hospital Clínico de Valladolid.

Sin trenes, sin médicos

En pleno lamento de las autoridades por la falta de médicos, especialmente en las zonas más despobladas, dos facultativos que viven en Segovia han dado a conocer su caso, que pone en evidencia las políticas públicas. «Conocí a mi marido en Madrid y decidimos venirnos a vivir a Segovia porque yo soy de aquí y podía trabajar en el Hospital y él en su hospital de Valladolid. Pero nos estamos planteando marcharnos porque con la pandemia Renfe ha eliminado frecuencias de tren y para llegar puntual a su trabajo mi marido tiene que ir en coche», explica la médico de Medicina Interna Ana Carrero, incapazar de comprender que la despoblación se haya convertido (o eso dicen los dirigentes) en un asunto prioritario de la agenda política y que al mismo tiempo se sigan eliminando servicios.

Antes de que se decretara el Estado de Alarma, los viajeros tenían a su disposición los días laborables 17 frecuencias de Avant y cinco de Alvia o de AVE de Valladolid a Segovia y de Segovia a Madrid y 13 y  cuatro de Madrid a Segovia y de Segovia a Valladolid. Un buen número todavía no se han recuperado. Entre ellas, la que cogía Alfredo García para tener la bata puesta a las ocho de la mañana. Cardiólogo en el Clínico de Valladolid, se ha visto condenado al coche. «Es más duro, más cansado, invierto tiempo y te hace plantearte si irte. He tenido dos averías, se me han reventado dos ruedas en el trayecto...», apunta después de haberse puesto en contacto con Renfe, la plataforma de usuarios del Ave y hasta con el Ayuntamiento y la Diputación Provincial: «Renfe siempre me han contestado con el mismo mensaje de ‘corta y pega’. ‘Renfe siempre está valorando las posibles líneas a abrir...’. Tienen en cuenta muchos factores, pero nunca he llegado a hablar con ninguna persona. Por lo menos quería hablar con alguien para explicarle mi problema». En los últimos días está probando a ir en un autobús que circula durante el curso universitario, pero se tiene que levantar más de una hora antes.

Estos médicos se expresan en todo momento con un tono de voz pausado y conciliador, a pesar de ser víctimas de situaciones que para el viajero común de tren son surrealistas. A las 07.08 horas salen un Avant y un Alvia desde Madrid con destino a Valladolid que sin embargo no se detienen en Segovia. « Las nueve de la mañana es la única hora a la que podría estar en Valladolid con los trenes que hay ahora. Y sé de muchas personas que están en la misma situación que yo», lamenta el doctor García. Su mujer va incluso más allá en el análisis de lo ocurrido. «Las consecuencias derivadas yo creo que son bastante claras. Provincias pequeñas como Segovia no se van a considerar para quedarte a trabajar o a vivir porque no hay facilidades. Los servicios son fundamentales si se pretende que ciudades como esta no se queden despobladas».

LUZ ROJA. Todo esto coincide en un momento en el que se ha encendido la luz roja por la falta de médicos, sobre todo en Atención Primaria. «Las plazas de difícil cobertura en nuestra Comunidad y en España son todas. Tenemos un serio problema de falta de profesionales», reconoció el pasado jueves el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. Aunque aseguró la solución no se encuentra en iniciar una carrera entre las autonomías para atraer a facultativos a base de incentivos, la calidad de vida que puedan alcanzar en su destino condiciona la elección de todos esos médicos.

«En el Hospital», indica la doctora Carrera, «hay muchísimos compañeros que vienen de Madrid y de Valladolid a trabajar». La gestión de Renfe tras la pandemia les ha abocado a una reflexión. «Les han quitado frecuencias, los abonos caducan... No hay facilidades y te llegas a plantear marcharte. Es complicado pensar que tu vida laboral va a depender de un coche cuando hay un medio de transporte fabuloso como pueda ser el tren. Para mi sería mucho más sencillo venir de Valladolid a Segovia que de Segovia a Valladolid. Es una posibilidad muy real en nuestro horizonte». Y concluye: «El tren ayuda a fijar población y ayuda a cubrir puestos de trabajo en zonas donde no hay capacidad. Es un servicio fundamental y da riqueza en muchos aspectos porque la gente en edad laboral genera gasto a nivel de vivienda, alimentación, escolarización... No se me ocurren muchas maneras de aumentar la población si no es atrayendo con trabajo o evitando que la gente se vaya».