Salir del hoyo

Carlos Mateos (EFE)
-

La crisis del coronavirus ha causado un enorme daño en uno de los mayores atractivos turísticos de España, cuyos campos tienen un gran prestigio fuera de nuestras fronteras

El buen tiempo anima a muchos a practicar un deporte que en general atrae cuantiosos ingresos. - Foto: Carlos Diaz

Todos los deportes vislumbran en la distancia el final del confinamiento y las medidas restrictivas para volver a ponerse en acción, pero hay uno cuya relevancia suele ser fundamental en los meses venideros y va más allá del entretenimiento. España, país donde el turismo es un sector económico capital, ha encontrado en la práctica del golf un excelente complemento a activos como la calidad de sus playas o la enorme oferta en hostelería.

Hasta tal punto es así que se ha convertido en el destino mundial que acoge más visitantes internacionales para este deporte. Personas llegadas de todos los rincones que, además de disfrutar en el campo, pernoctan en hoteles, consumen en restaurantes, alquilan coches o compran en tiendas. Pero ahora, todas estas sinergias cinceladas con esfuerzo a lo largo del tiempo se han visto afectadas.

«Es terrible. No tenemos ningún calendario y se vive un poco al día en función de las noticias que hay. Va a ser un mal año para el turismo de golf, que aporta muchísimo a la economía», explica Gonzaga Escauriaza, presidente de la Real Federación Española de Golf (RFEG).

«Estamos en el mismo saco del turismo. Nosotros vamos a estar muy preparados para empezar cuanto antes, porque somos un deporte sin riesgo. Lo que pasa es que si el espacio aéreo está cerrado o a los hoteles no les va a compensar abrir porque no pueden recibir a sus clientes, no podremos recibirles nosotros tampoco. Es una tragedia», opina Claudia Hernández, responsable de la Asociación Española de Campos de Golf (AECG).

Para que todo vuelva a la normalidad en la medida de lo posible, lo primero es que los campos abran. Escauriaza cree que, cuando se produzca una desescalada deportiva, el golf debe estar a la cabeza por sus singularidades. «Puede cumplir con todas las condiciones mínimas para el no contagio dadas sus características. Se juega al aire libre, la distancia social se puede poner en cinco o seis metros, no se producen aglomeraciones, se puede reservar y pagar por internet sin que haya contacto de dinero y se puede ir directamente del parking al campo sin pasar por ningún club o ningún sitio cerrado», indica.

En la misma línea se pronuncia Hernández: «No es lo mismo salir en bicicleta, correr por el parque o jugar al golf que al baloncesto y al fútbol. Hay una diferencia enorme. La mayoría de los países europeos han estado abriendo ya esta semana el golf. Y en EEUUno cerraron. Imaginamos que en cuanto empiecen a reactivarse las comunidades, una de las primeras actividades que se reiniciarán es el golf».

Cuando esto suceda, habrá más mimo en cuidar la seguridad sanitaria. Así lo entiende Daniel Asís, consultor y director ejecutivo de Greenfee Revenue: «Hay algunas peculiaridades que algunos campos está proponiendo a través de la red, por ejemplo que la bola no llegue a entrar al hoyo levantando por encima del mismo la cazoleta que sujeta las banderas. Cuando la bola la golpea, se da por concluido».

 

Sin meter la mano

«Así nadie tiene que meter la mano dentro para sacar la bola. Habría que tomar muy pocas medidas, pero todas las que se están proponiendo van en la misma dirección, cuidar la seguridad de visitantes y empleados», añade.

Serán los pasos previos a que todo se asemeje a como era antes. El objetivo, que España siga manteniendo su situación preponderante como destino. «Pero para eso es imprescindible que los turistas y jugadores puedan venir a España, si no pueden hacerlo porque se mantiene la situación de alarma o desconfían de cómo se va a gestionar la vuelta a la normalidad entonces esa situación se retrasará. Creo que a medio plazo deberíamos volver a ser esa referencia incuestionable, el primer destino turístico de golf en el mundo», señala Asís.

Mientras, la mejor alternativa según Hernández, es mirar dentro de las fronteras: «El turismo en el plano mundial quizás vaya a tardar muchos meses en recuperarse. Se va a promover mucho el turismo interior en Europa».

Pase lo que pase, Asís lo tiene claro, las bondades de la geografía española seguirán estando sobre el tablero: «El éxito se explica porque somos un destino turístico importante en Europa. Tenemos unas cualidades climáticas favorables, campos buenos, una infraestructuras de servicios de las mejores del mundo y una situación política de tranquilidad».