Los ‘whatsapp’ de las familias de Hontanares de Eresma bullen en las últimas semanas. Reunión aquí, manifestación allá, comentarios en cada rincón... La razón es que la Dirección Provincial de Educación  volverá a enviar el próximo curso a los alumnos de Primaria de este municipio a Valverde del Majano. Una decisión que algunos creen que todavía tiene vuelta atrás y que sobre todo ha dividido a los vecinos y ha puesto a la alcaldesa, María Vallejo (PSOE), en el disparadero. Aunque sus socios de Gobierno (Ciudadanos) aseguran que no se plantean presentar una moción de censura, no ocultan su malestar con la regidora. «Se ha acabado el plazo y no se han hecho las obras»,  remarca Jesús de las Heras, uno de los concejales naranjas.

Se refiere a los trabajos de adecuación del centro cultural, que hasta la pandemia funcionaba como colegio para los alumnos de Primaria. El retraso en la entrada de las máquinas explica la dimisión de la concejala socialista María González, según el PP, que pide derrocar a la alcaldesa. Su portavoz, Javier García, la acusa de «consentir» e «impulsar» junto con la AMPA el cierre del colegio el pasado mes de septiembre. La Dirección Provincial de Educación ordenó entonces el traslado de los escolares de Primaria a Valverde ante las carencias del centro cultural para cumplir el protocolo covid. Unas deficiencias que el Ayuntamiento va a comenzar a subsanar a principios de este próximo abril, según asegura la alcaldesa.

Demasiado tarde sin embargo para que pueda recuperar la normalidad en el curso 2021-2022, ya que el plazo de solicitud de plaza escolar finaliza antes. «Estamos en una situación excepcional donde tenemos que garantizar una educación presencial y segura. Por ello, lo más prudente y sensato es mantener para el curso escolar 2021-2022 a los niños de Primaria de Hontanares en Valverde. En la seguridad de que las vacunas, las obras que se van a realizar en el centro cultural y la propia evolución de la pandemia permita el regreso de estos alumnos al colegio de su pueblo en el siguiente curso», argumenta el director provincial de Educación, Diego del Pozo, que no ve posible una marcha atrás: «Los padres que están eligiendo el colegio de Hontanares para sus hijos el próximo curso saben que van a ir a Valverde. Las reglas del juego son las que son ahora y no podemos cambiarlas a mitad de la partida».

El cole crea un cisma en Hontanares

Para que reconsidere esa postura, Del Pozo recibió el pasado viernes más de 1.300 firmas de manos de Ana Arévalo, Carolina García y Jessica Iglesias, representantes de Fontanares Unido, una asociación creada recientemente que se ha desmarcado de la AMPA. «En otros ayuntamientos dan portátiles a los niños para que estudien en el colegio de su pueblo o se dejan espacios en bibliotecas e iglesias, y aquí este Ayuntamiento no ha sido capaz ni de cambiar las cuatro ventanas que son necesarias», se lamentan. Las dificultades para conciliar –los alumnos de Infantil sí que están en Hontanares aunque en otro edificio y hay familias que tienen a uno de sus hijos en el pueblo y al otro en Valverde– y el temor a que el colegio no vuelva a abrir son algunas de las razones que esgrimen para solicitar que al menos el primer curso de Primaria se quede en Hontanares desde septiembre.

«La responsable aquí es la alcaldesa», dicen. La aludida se defiende y asegura que «vamos a acometer las obras [en el centro cultural] en las fechas que nos ha dicho Educación», pero subraya que la pandemia continúa «y tendríamos a 150 niños metidos en 600 metros cuadrados». «Soy la primera que quiero que vuelvan, pero con seguridad». De fondo subyace la dilación de este y equipos de Gobierno anteriores de Hontanares para poner a disposición de la Junta una parcela en la que construir un nuevo colegio. «Vamos a hacerlo», se compromete la primera edil. La vicepresidenta del AMPA, Patricia Martín, entiende la postura de Educación y la de los padres enfadados, pero «hay que tomar decisiones».