Aunque hasta el comienzo de la desescalada a principios de mayo solo pudieron recibir a pacientes para casos de urgencia, los dentistas no han parado en estos ya más de dos meses y medio de estado de alarma. Han tenido que incorporar nuevos protocolos de funcionamiento para garantizar la seguridad, pero sus teléfonos han continuado sonando y sus consultas no se han quedado vacías. Al menos la mayoría. Especialmente llamativo ha sido el caso de la clínica Dentix, que al cierre de esta edición este jueves seguía sin subir la verja, a pesar de que en su escaparate varios carteles anuncian su reapertura «en los próximos días».

No informa de una fecha concreta y esta redacción ha intentado ponerse en contacto sin éxito con sus responsables para aclararlo, pero el periódico ‘Cinco Días’ explicaba este pasado martes que la compañía esperaba acabar la semana pasada con más del 90 por ciento de los 217 centros que tiene en España funcionando. No parece ser el caso de momento de Segovia, donde el Colegio de Dentistas de nuestra provincia ya ha comenzado a recibir quejas de clientes que tenían a medias su tratamiento, aunque esta institución aclara que no tiene competencias ante sociedades mercantiles no profesionales.

Esas reclamaciones contra Dentix se extienden en este momento por toda España. La organización de consumidores Adicae, que ha abierto una sección específica para este caso, considera que «mientras el servicio siga sin prestarse, los afectados pueden requerir la suspensión del pago de las cuotas de los créditos al consumo suscritos para abonar los tratamientos». El fantasma de iDental, que quebró hace dos años y cerró todas sus clínicas sin ni siquiera resolver la financiación que habían contratado sus clientes con diversas entidades, vuelve a hacerse muy presente ahora. Dentix se encuentra en preconcurso de acreedores desde mediados de marzo y tiene previsto presentar un ERTE para el 50 por ciento de su plantilla por causas de la producción, según publica el propio ‘Cinco Días’. Otros medios señalan que ha salvado un ‘match ball’ para su supervivencia, pero la desconfianza ya está sembrada.