'Alma Nostra' abre en Oporto y regresa a Segovia

D.S.
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El establecimiento, que cerró por presiones vecinales, que hacían frecuente la presencia de la Policía Local regresará a la calle San Francisco.

Roberto Correia, a la derecha en la imagen, junto a Gabriel Fernández, esta semana en Segovia. - Foto: D.S.

La marca  ‘Alma Nostra’ que daba nombre a uno de los establecimientos de moda de la capital, cerrado el 23 de septiembre por presiones vecinales, que hacían frecuente la presencia de la Policía Local, se extiende en Portugal, tierra de Roberto Correia –propietario, junto con su marido, Gabriel Fernández– del bar-restaurante que se había convertido en un exponente de la diversidad, centro de actividades culturales y eje de la revitalización de la calle San Francisco.  En quince días, con la presencia de la fadista Katia Guerreiro, abrirán en Oporto con menús basados en comida española, desde sus populares tortillas españolas o de bacalao, a jamón, aunque no faltarán productos de la gastronomía portuguesa. Actualmente ya hay un ‘Alma Nostra’ en tierras lusas, en Soito, que regenta un hermano de Roberto Correia.  

En este proyecto portugués ya llevaban tiempo trabajando Roberto y Gabriel que, cuando cerraron en Segovia, recibieron numerosas muestras de apoyo, tanto de clientes como de la patronal de la hostelería, que consideró el establecimiento como «un ejemplo claro de compromiso con la calidad y la innovación del sector».  

El establecimiento había dado vida a la languideciente calle de San Francisco. Era un local diferente a los demás por el ambiente plural y diverso, desde universitarios a abuelos,  que acudían tomarse un vino con una tapa. También grupos de amigos o familias que disfruban de comidas y cenas. Y siempre estaba abierto a la cultura. 

Una vez que se ha consolidado la idea de Oporto y pasado el disgusto del cierre en Segovia, que nunca respondió a sanciones ni asuntos legales,  la idea de este matrimonio es regresar a la que consideran como su tierra. No en vano no abandonaron su piso en la capital. «¿Cómo no vamos a volver después del cariño que nos han mostrado?» se pregunta Gabriel Fernández en una conversación con este periódico.  

La idea es no salir de su ámbito, en la calle de San Francisco, a donde acudía buena parte de su clientela, por lo que una de las posibilidades que estudian es la reapertura de la antigua ‘Casa Vizcaínos’, actualmente cerrada, aunque aún no han firmado un acuerdo con la propiedad.