La presión contra la SAD gana el referéndum sin votar

Nacho Sáez
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La Segoviana y Teknei abandonan el proyecto de convertir el club en sociedad anónima por "la crispación existente". La directiva mantiene la asamblea del próximo viernes para dar explicaciones a los socios.

La presión contra la SAD gana el referéndum sin votar

Tras las encendidas reacciones que suscitó en los primeros días el anuncio de la junta directiva, la Gimnástica Segoviana parecía que había conseguido encauzar el debate sobre su posible conversión en sociedad anónima deportiva y la entrada en el club de la compañía tecnológica Teknei. Sin embargo, minutos después de las siete y media de la tarde de este jueves, el club anunciaba por sorpresa que ambas partes habían decidido abandonar el proyecto debido al «clima poco propicio generado para decidir un nuevo modelo de gestión». En un comunicado de apenas doce líneas publicado en su página web comunicaba la decisión, adoptada de común acuerdo entre las dos partes, tal y como recalcaba.

«Entendemos que el debate creado y la crispación existente entre la masa social ha generado un clima poco propicio para decidir un nuevo modelo de gestión del club», subrayaba la directiva en su anuncio, en el que también incluía unas palabras remitidas por Teknei: «Nos hubiera gustado aclarar varias de las noticias y datos falsos que desafortunadamente han circulado en los medios y redes sociales en las que se confunden dos proyectos totalmente independientes el uno del otro. En el caso particular de la Segoviana en ningún momento se planteó utilizar tecnología blockchain o el uso de criptomonedas para financiar el proyecto. Deseamos lo mejor para la Segoviana en el futuro», aseveraba la compañía tecnológica, al mismo tiempo que lamentaba que no se le haya dado la oportunidad de detallar su iniciativa ante los socios ya que, entre la junta actual y el equipo de personas que aportaría, «estamos seguros del éxito del proyecto».

La directiva mantiene, no obstante, la asamblea informativa extraordinaria de socios convocada para el próximo viernes con el objetivo de ofrecer explicaciones y responder a las cuestiones económicas planteadas por algunos socios, según figura en el comunicado publicado en la web, que será la última manifestación pública que realizará la entidad hasta la mencionada asamblea. Una cita que servirá para medir la temperatura en el entorno gimnástico tras el fracaso de un proyecto que no ha sobrevivido ni dos semanas a la presión.

Al anuncio de la directiva de la convocatoria de un referéndum para la conversión en sociedad anónima y dejar vía libre al proyecto propuesto por Teknei, respondió una parte de la afición manifestando su oposición. Las pintadas realizadas en la sede de esa empresa en Madrid caldearon el ambiente y, aunque los ánimos parecieron calmarse con el paso de los días, se había creado una plataforma de seguidores (bautizada como ‘Plataforma 1928) que promovía el debate «desde el respeto y dejando fuera el insulto» pero que nacía con el objetivo de impedir la llegada de Teknei.

Finalmente la Segoviana no se convertirá en SAD al menos de momento. Un proceso afeado por algunos por haberse planteado en plena temporada. Ninguno de sus rivales se encuentra inmerso en él. El último fue el Zamora, que apostó por este estatus jurídico minoritario entre los equipos castellanos y leoneses de Tercera. De los 21 que componen este curso la Liga, catorce son clubes deportivos y siete SAD; entre ellos los filiales de la Cultural Leonesa, Mirandés, Numancia y Salamanca CF UDS. Sólo el mencionado Zamora, Real Ávila y Real Burgos adoptaron la forma jurídica que ahora discutía la Segoviana antes de dar el salto a categorías profesionales, donde es obligatorio ser SAD para poder competir. «Pero hay un anteproyecto de ley que plantea eliminar esa obligación», apuntaba Emilio Abejón, secretario general de la Federación de Socios y Accionistas del Fútbol Español (FASFE), antes de que se conociera la renuncia.

Esta organización seguía muy de cerca el proceso que se había abierto en la Segoviana. Formada por asociaciones de seguidores de numerosos clubes de Primera y Segunda División y también algunas de Segunda División B así como accionistas minoritarios de esas entidades, FASFE presume de independencia y se ofrece a «ayudar a los aficionados que deseen jugar un papel protagonista y responsable en la vida del club de fútbol del que son seguidores». Una atalaya desde la que tiene clara su postura respecto a las SAD. «Se ajustan fatal al concepto que tenemos de los clubes como entidades deportivas e incluso culturales que tienen un gran arraigo social», indicaba Abejón, que en todo caso distinguía entre los equipos que apuestan por transformarse en SAD en busca de financiación debido a su nivel de endeudamiento –y en algunos casos falta de liquidez– y aquellos que están saneados y se lanzan en brazos de grupos inversores bajo la promesa de alcanzar objetivos deportivos hasta ese momento impensables. «La Segoviana formaría parte de estos últimos, pero no lo necesita o al menos debe estudiarlo muy a fondo antes de dar el paso. No se puede poner en peligro una institución con 90 años de historia porque unos señores quieran jugar al ‘PC Fútbol’», defendía el propio Abejón en conversación telefónica con El Día.

El secretario general de FASFE recuerda que el dinero en el deporte no garantiza los triunfos. «Y entre Primera y Segunda A sólo hay 42 plazas», remarcaba. Es en esas categorías donde algunos clubes reparten dividendos gracias a los derechos de televisión. «Pero si la Segoviana no consigue llegar, los inversores se acabarán yendo y detrás de ellos se quedarán los contratos que hayan firmado durante el tiempo que estén con gestores o futbolistas. Y la Segoviana se tendrá que hacer cargo de ellos», argumentaba.

No faltan modelos de éxito, sin embargo, que se podrían trasladar a Segovia. El Huesca y el Eibar, por ejemplo. «Un crecimiento artificial puede funcionar, pero a largo plazo resulta difícil pensar que vaya a tener 10.000 socios dentro de diez años. En el momento en que se marcharan los inversores el club se iba a encontrar con un problema muy gordo», remachaba Abejón.