Segovia quiere tuk-tuks

D. S.
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Los triciclos motorizados, típicos de Asia y adoptados para el turismo en diversas ciudades de Europa, son la principal apuesta del Ayuntamiento para relanzar en 2019 un servicio 'cerrado por avería' desde 2016

Un tuk-tuk turístico por la plaza de la Reina de Valencia. - Foto: Efe

El Ayuntamiento de Segovia planea poner un nuevo servicio de transporte turístico con tuk-tuks para recorrer la ciudad. Son los también llamados rickshaw, mototaxi, baby taxi, keke, napep, maruwa, autorickshaw, auto ricksha, tuctuc... Bien se les podría llamar en España motocarros por su evidente similitud, pero la moda va por otro lado.

Los triciclos motorizados tan típicos de Asia se han adoptado con fines turísticos en buena parte de Europa, ahora con motores eléctricos y capacidad para seis personas, y principalmente con esa denominación de tuk-tuk. Circulan por capitales del viejo continente como Lisboa, Oporto, Roma, Atenas, París, Bruselas, Frankfurt o Ámsterdam desde hace tiempo, y en España se están extendiendo con rapidez. Madrid, Barcelona, Málaga, Marbella, Las Palmas de Gran Canaria,Valencia... También se mueven por otras ciudades Patrimonio de la Humanidad como Cáceres, Ibiza y la vecina Ávila, donde el trayecto sale a unos seis euros por persona, aunque la horquilla de precios entre unas y otras localidades es amplia, según la extensión de los recorridos y los servicios complementarios que se ofrecen. Y ahora es Segovia, huérfana de transporte turístico desde que las continuas averías acabaran con el viejo autobús de dos alturas hace ya dos años, la que ha fijado su atención en estos exóticos vehículos.

«La idea del nuevo servicio está avanzada en cuanto al diseño, iremos hacia tamaños más pequeños y estéticas más atractivas», confirma a El Día la concejala responsable de Turismo, Claudia de Santos. Ahí es donde entra la apuesta por adjudicar a una empresa especializada la puesta en servicio de tuk-tuk: «El concepto del transporte turístico ofrece ahora muchas posibilidades con un amplio elenco de vehículos», al contrario que cuando Segovia estrenó el autobús de dos alturas en 2005. «Eso ya está descartado, igual que la opción de un tren porque se trata de poner en marcha algo más compatible con las características de una ciudad medieval» y las consecuentes limitaciones de su entramado de calles. Por tamaño podrían tener cabida las bicis convencionales y las eléctricas, pero tampoco se acaban de ver, después de la baja demanda registrada por las que se ofrecieron durante años a ciudadanos y visitantes. Así que «la primera idea es ese transporte turístico de pequeñas dimensiones» que a su vez conviviría con un microbús al estilo del de la línea que recorre actualmente el casco, la número 9. Dos tipos de vehículos complementarios que facilitarían el planteamiento de cubrir las vistas de la ciudad «de dentro afuera y de fuera adentro», aparte de que Segovia no es precisamente una ciudad atractiva para que cualquier turista quiera circular sin ventanillas en invierno.

 

DOS AÑOS SIN BUS TURÍSTICO. El viejo autobús turístico fue retirado en octubre de 2016 con sorprendente discreción. Después de once años y cuatro meses de rutas panorámicas, cesó sin aviso oficial del Ayuntamiento y sin que se percataran ni los grupos de la oposición hasta meses después. Dijo basta tocado por los achaques que le obligaban a visitar el mecánico con demasiada frecuencia, ingresos hasta de varias semanas en el taller y un castigado equipamiento, sobre todo el de megafonía, que daba que hablar incluso cuando funcionaba.

En su juventud superó los 25.000 turistas al año. Alcanzó su récord en 2008 con 26.125, pero ya no se volvió a acercar a esas cifras. El mejor año de sus últimos cinco fue 2015 y apenas alcanzó los 13.000 viajeros; y en 2016, con sólo diez meses de actividad y muchos días perdidos por averías, se quedó en 8.499, menos de los que registró sólo en agosto de 2008. 

El Ayuntamiento se tuvo que resignar además a que la empresa adjudicataria, Urbanos de Segovia (Grupo Avanza), lo retirase de la circulación definitivamente pese a saber que sería imposible sustituirlo para seguir dando un servicio turístico como poco hasta 2018 o 2019, tal y como va a suceder. Por un lado, porque el servicio de bus turístico está integrado en la contrata de transporte urbano ordinario que aún sigue vigente y que ya estaba prorrogada por entonces (desde el 29 de junio de 2016) a la espera de la siguiente adjudicación, un periodo de provisionalidad sin margen a inversiones de reposición de tal calibre. Y por otro, porque una cláusula impedía (y aún impide) lanzar un concurso para adjudicar un servicio alternativo hasta que no arranque la siguiente contrata de buses urbanos, en la que ya no se integra el transporte turístico. 

En esas circunstancias, el Ayuntamiento todavía acordó con Avanza estirar la vida útil del bus turístico con una prórroga para cubrir la temporada alta de 2016 y en julio de ese año aún llevó a 2.015 viajeros, así como a 2.072 en agosto. Pero las averías de septiembre ya le dejaron ese mes con sólo 24, en octubre dio el último tirón para sumar 679 y a partir de ahí, nada. Sin servicio de transporte turístico en dos años y subiendo, a la espera de la resolución del concurso del transporte urbano para poder lanzar el del turístico. Un hito administrativo que ahora ya puede estar próximo, después de un largo y polémico retraso que ha obligado a mantener la flota con el 60% de sus vehículos amortizados. 

El grupo municipal Centrados en Segovia reclamaba precisamente la semana pasada al equipo de Gobierno «trabajar ya en el pliego del nuevo servicio de transporte turístico» para alargar esta otra demora lo menos posible y de paso, que «a diferencia de lo ocurrido con el contrato de los nuevos autobuses», éste próximo sí sea «consensuado por todos los grupos». 

Preguntada por ello, De Santos asegura que ha sido justo la semana pasada,«la primera después del pleno» en el que se abordó la aprobación inicial de la resolución del concurso de transporte urbano, cuando se ha retomado el asunto del turístico con «dos reuniones internas» para seguir avanzando en la idea que ya se esbozaba tiempo atrás.De hecho, tal como publicó El Día en su edición del 17 y 18 de junio de 2017, Turismo ya barajaba entonces «diversificar la oferta de transporte turístico» más allá del bus de dos alturas, aunque ahí la concejala no desveló todavía lo de los tuk-tuk.

Centrados también abogaba la semana pasada por «adaptar el nuevo contrato a las nuevas opciones que existen hoy en día en materia de movilidad turística» y «sustituir el tradicional autobús turístico de grandes dimensiones por otro tipo de vehículo más pequeño y eficiente». Y en cuanto a los plazos, demandaba trabajar ya para «que el nuevo servicio resultante de este nuevo contrato de transporte turístico esté en funcionamiento al comienzo de la próxima primavera, como muy tarde».De Santos, mientras tanto, declina avanzar plazos pero asegura que la idea es iniciar el proceso administrativo y la negociación «en breve» para no pasar otra temporada alta sin transporte turístico. Sin bus de dos alturas y, si hay consenso en torno a la idea inicial, con microbús y los tuk-tuk.

LA MEJOR MARCA. El bus turístico de Segovia se estrenó en julio de 2005 y estuvo en servicio hasta octubre de 2016 con rutas panorámicas de una hora y explicaciones grabadas en seis idiomas. Tuvo tirón en su momento pero fue decayendo. En 2008, el año del récord de viajeros (26.125), sólo en agosto vendió tantos billetes (casi 9.000) como los que contabilizó en todo su último año de servicio (2016). De hecho, en un puente del Pilar ya alcanzaba los 800 viajeros y en su último mes de servicio, siendo también octubre, se quedó en 679. Pero no fue la pérdida de tirón lo que le jubiló, sino continuas averías por las que su uso cayó a apenas un tercio de los viajeros de sus mejores años.