La producción de leche de cabra baja pese a la alta demanda

P. Velasco
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Los ganaderos de Castilla y León solo cubren el 19 por ciento del volumen que necesitan las empresas, que tienen que acudir a otras comunidades como Andalucía o Castilla-La Mancha

Una explotación de ganado caprino ubicada en la provincia de Burgos. - Foto: Jesús J. Matías

Mientras las organizaciones profesionales agrarias denuncian el cierre de explotaciones de vacuno de leche en la Comunidad debido a que los precios que reciben por su producción no cubre los costes de mantenimiento, la industria láctea demanda mucha más leche de cabra para unos productos que están al alza y cuyos ganaderos no son suficientes para cubrir la alta demanda de las industrias castellanas y leonesas. Los últimos datos publicados por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) reflejan que el precio del litro de leche de cabra aumentó un 12,6 por ciento en 2019 con respecto a 2018 a nivel nacional, mientras que la producción descendió un -0,5 por ciento.

Las cifras son extrapolables a nuestra región, donde el número de ganaderos de caprino que declararon entregas de leche alcanzó los 272 durante el año pasado. Castilla y León es la quinta productora nacional de este tipo de leche, con el 6,1 por ciento, por detrás de las grandes productoras como Andalucía (45,4%), Castilla-La Mancha (17,4%), Murcia (11%) y Extremadura (8,1%). La producción acumulada del año pasado superó los 28,7 millones de litros.

Con este número, según los datos facilitados por la Federación de Industrias Lácteas de Castilla y León, apenas se cubre el 19 por ciento de la producción total demandada por las empresas de Castilla y León, donde sería necesario producir más de 150 millones de litros de leche de cabra.

Las cifras avalan las necesidades existentes en la Comunidad, donde la Administración regional, las organizaciones agrarias y otros colectivos impulsan la creación de más ganaderías de caprino ante las oportunidades que este sector puede generar, ya que las empresas son deficitarias de la leche de este tipo para el elevado número de quesos de este tipo que se producen.

Desde la Federación de Industrias Lácteas de Castilla y León, su gerente hizo un llamamiento para impulsar el sector. «Somos los primeros productores nacionales de leche de vaca y los quintos de cabra», incidió Alberto Manzanares, tras lo que añadió que solo con el seis por ciento que se produce en la actualidad no pueden asumir el total de las necesidades de la industria, por lo que se adquiere mucha leche de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura.

De esta forma, toda la leche que se produce en Castilla y León «se queda aquí», mientras que los productos elaborados como el rulo de cabra se encuentran entre los que más se exportan. «Desde la Junta se ha impulsado la creación de más ganaderías de caprino pero no hemos tenido mucho éxito, porque la gente no ve perspectivas de futuro en el sector y no quiere complicarse la existencia», aseguró Alberto Manzanares.

Llamamiento

Actualmente en la Comunidad existen unas 250 explotaciones de leche de cabra, con una producción media de unos 30 millones de litros anuales, aunque durante 2019 esta cifra descendió hasta los 28.712.294 litros. Según la federación de industrias lácteas serían necesarias unas mil explotaciones más para cubrir dicho déficit.

Por este motivo, a través de las federación, se ha intentado impulsar que más ganaderos de este sector se sumen al caprino con ayudas económicas y facilidades en las subvenciones, aunque de momento no se han obtenido los resultados esperados, mientras que en otras comunidades como Andalucía o Castilla-La Mancha, sigue subiendo el interés por esta leche, ya que tiene una alta demanda y un buen precio como alimento para bebés en países como China.

Desde la Federación Castellano Leonesa de Industrias Lácteas se tiene el convencimiento de que, trabajando de forma conjunta cooperativas agrarias e industria láctea, se puede potenciar el sector productivo para obtener un beneficio común, que redunde en el interés general de Castilla y León. De hecho, gracias al trabajo que durante muchos años han desarrollado las cooperativas, ganaderos y administración, los sistemas de control de calidad de Castilla y León están muy por encima de la media de otras comunidades autónomas, lo que ha redundado en un producto de muy alta calidad y con gran acogida en el mercado.

El gerente de la federación hizo un llamamiento para no dejar pasar esta oportunidad de generar empleo en las zonas rurales y, a la vez fijar población. «El sector agroalimentario, como motor económico de la Comunidad, debe seguir abanderando la competitividad empresarial y la fijación de población en Castilla y León», indicó, tras lo que recordó la plataforma de competitividad puesta en marcha por la Junta de Castilla y León.