Postre, café, copa, y puro: Mal asunto

Agencias
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Las comidas copiosas pueden dificultar las digestiones y provocar que una quemazón discurra del estómago hacia el esófago

El reflujo gastroesofágico es una patología muy frecuente. Casi todo el mundo lo ha sufrido en algún momento de su vida o ha notado esa sensación de ardor o regurgitación de alimentos que sube desde el estómago y quema el esófago.

Postre, café, copa, puro tras una gran comilona es fuente de sinsabores para quien padece reflujo gastroesofágico de forma más continuada, una dolencia que puede llegar incluso a necesitar de intervención quirúrgica si fallan las opciones farmacológicas y los cambios en el estilo de vida.

El doctor José Antonio Pajares, médico del aparato digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid), analiza sus causas, síntomas y tratamientos y, en primer lugar, explica que el estómago genera ácido clorhídrico para descomponer los alimentos. Se trata de un ácido muy fuerte que si lo echásemos en cualquier superficie la dañaría, incluso el acero inoxidable. Pero el estómago es capaz de mantener esa sustancia «sin tener ningún tipo de lesión porque tiene unos mecanismos de producción de mucosa que consiguen mantener ese ácido sin dificultad».

El problema comienza cuando la válvula o especie de anillo muscular que hace de frontera entre el estómago y el esófago no se cierra bien. En ese momento, el contenido del estómago sube hacia el esófago y «nos produce quemazón porque el esófago no está preparado para tener esa sustancia».