Segovia carece de un plan de acción ambiental

Nacho Sáez
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El Consejo de Cuentas ha fiscalizado las actuaciones de los municipios de más de 10.000 habitantes en materia de contaminación lumínica y acústica y eficiencia energética, entre otros parámetros.

Tráfico en el Polígono Industrial de El Cerro. - Foto: Rosa Blanco

Nueva York se convirtió la semana pasada en la capital mundial de la lucha contra el cambio climático, a pesar de la ausencia de Estados Unidos y Brasil y el perfil bajo adoptado por China y Rusia en el acontecimiento más importante sobre este asunto celebrado desde la Cumbre de París de 2015. Paralelamente se han organizado manifestaciones por todo el globo para exigir a los países compromisos reales para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Estas movilizaciones también han tenido como escenario Castilla y León, donde en los últimos días se ha publicado un informe que fiscaliza las actuaciones en materia medioambiental llevadas a cabo por los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes de la Comunidad. Una asignatura en la que, a tenor de este estudio, Segovia tiene todavía deberes pendientes, aunque también aspectos en los que ha tomado la delantera frente a las principales ciudades de nuestra región.

La Comisión de Economía y Hacienda de las Cortes de Castilla y León aprobó el 2 de marzo de 2018 incluir dentro del Plan Anual de Fiscalizaciones del Consejo de Cuentas la realización del mencionado informe. En su introducción, este órgano destaca que «las entidades locales tienen atribuidas en nuestra legislación competencias sobre el medio ambiente urbano al tiempo que desarrollan competencias que pueden causar un impacto medioambiental». «Por tanto, deben, por un lado, adoptar medidas, acciones y políticas medioambientales y, por otro, paliar y reducir los efectos que su actividad genera», subraya antes de detallar los objetivos, el alcance y los resultados logrados con este estudio. 

Una fiscalización que repasa las acciones de las entidades locales en materia medioambiental, los programas presupuestarios en esta materia y las actuaciones específicas llevadas a cabo en relación con la recogida selectiva de residuos y para combatir la cotaminación atmosférica, lumínica y acústica. En las 163 páginas de las que consta aparecen 98 menciones a Segovia.

Recogida selectiva de cartón del servicio de limpieza.Recogida selectiva de cartón del servicio de limpieza. - Foto: Diego de Miguel

Una de las primeras se refiere a la existencia en el Ayuntamiento de unidades con competencias ambientales y de técnicos especialistas, un aspecto este último del que carecen consistorios como los de Palencia o Zamora. Sin embargo, nuestra ciudad arrastra carencias que son remarcadas por el Consejo de Cuentas. Forma parte del grupo minoritario que no ha firmado la Carta de Aalborg y que no ha implantado la Agenda 21. La primera fue aprobada por los participantes en la Conferencia Europea sobre Ciudades Sostenibles, celebrada en la ciudad danesa de Aalborg en 1994, y suponía la aceptación del compromiso de participar en las iniciativas locales de la Agenda 21 de las Naciones Unidas. Esta constituía un plan detallado de acciones que debían ser acometidas a nivel mundial, nacional y local.

Pero Segovia nunca se sumó. Igual que tampoco ha realizado un diagnóstico o evaluación ambiental ni tampoco un plan de acción en esta materia. No consta siquiera que los haya empezado, aunque no es el único ayuntamiento que no lo ha hecho. Se encuentran en la misma situación Ávila, Salamanca y Zamora, mientras que Soria sí que posee el diagnóstico pero no así el plan de acción que redactaron –y en la mayoría de ellos continúan inmersos en la tarea– Burgos, León, Ponferrada, San Andrés del Rabanedo (León), Palencia, Valladolid, Laguna de Duero y Medina del Campo, estos dos últimos pertenecientes a la provincia de Valladolid.

Frente a esas carencias –a las que habría que añadir la carencia de sistemas de gestión ambiental–, el Consejo de Cuentas de Castilla y León pone  de manifiesto que el de Segovia es uno de los cuatro ayuntamientos de la Comunidad –junto a Ávila, Soria y Valladolid– que dispone de un Consejo Municipal de Medio Ambiente. De la misma forma, sus ordenanzas fiscales incluyen tasas de carácter medioambiental y también beneficios fiscales en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) por esta razón, que han llegado a alcanzar los 1.647 euros.

Nuestra ciudad y Soria se han distinguido del resto por haber comunicado el establecimiento de objetivos presupuestarios para el grupo de programa 172 (protección y mejora del medio ambiente, incluido en el área de gasto 1) que tipifica la Orden EHA 3565/2008, de 3 de diciembre, por la que se aprobó en su momento la estructura de los presupuestos locales. Sin embargo, mientras que la capital soriana dedica el 10,2 de su gasto corriente al medio ambiente (2,9 millones de un total de 29,1), Segovia destina un 19,7 por ciento (9,9 de de 50,6 millones). Está por detrás en este aspecto de Valladolid (41,8 por ciento), Palencia (28 por ciento), Zamora (27,6 por ciento), Salamanca (27,2 por ciento), Villaquilambre (25,5 por ciento), Benavente (24,5 por ciento), Aranda (23 por ciento), Santa Marta de Tormes (22,3 por ciento), entre los 23 consistorios analizados en este estudio por el Consejo de Cuentas.

El cambio de luminarias, la renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento para reducir el consumo de agua y la inclusión en los pliegos de condiciones de sus contratos de cláusulas medioambientales representan otros aspectos sobre los que hace hincapié el órgano fiscalizador, que también analiza los ingresos obtenidos por cuestiones relacionadas con la sostenibilidad. En este sentido, el Ayuntamiento de Segovia se sitúa como el que más consigue por habitante (189,5 euros por vecino) y el tercero en términos globales (9,8 millones), con Salamanca (19,1) y Burgos (11,7) sólo por delante.

El retorno para la población se comprueba en servicios como las mediciones y la evaluación de la calidad del aire. Una tarea que solamente realizan Burgos, León, Salamanca, Valladolid y Segovia. Esta última, además, se diferencia del resto por evaluar la calidad del aire respecto del dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, polvo en suspensión, ozono, plomo, benceno, monóxido de carbono, arsénico, cadmio, níquel, mercurio, benzopireno y amoniaco, aunque por contra no elabora inventarios de emisiones contaminantes.

Los planes estratégicos en relación con la contaminación lumínina y la eficiencia energética y las actuaciones para la mejor de la calidad acústica del municipio completan la radiografía que el Consejo de Cuentas de Castilla y León ha culminado en plena emergencia climática. Un informe en el que Segovia aparece con luces y también con sombras.