Claves de la vuelta de Segovia capital a la despoblación

D. A.
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El exceso de mortalidad por la pandemia, la nueva crisis económica y la falta de movilidad se perfilan como las principales causas de esta nueva caída demográfica que, por otro lado, ya es la undécima en 12 años

Claves de la vuelta de Segovia capital a la despoblación

Segovia capital perdió al menos 506 habitantes durante 2020, según el dato del Padrón actualizado a 1 de enero de 2021 que trasladará el Ayuntamiento al Instituto Nacional de Estadística en próximas semanas, tras llevarlo al pleno de este viernes. La población de derecho residente en la ciudad descendería así a 51.551 habitantes, cifras propias de principios de los años 80 del siglo pasado, pero aún apunta a verse más reducida por la corrección a la baja que suele aplicar el INE durante el proceso de validación. El año pasado, sin ir más lejos, el Ayuntamiento comunicó 52.188 empadronados a 1 de enero de 2020, mientras que el dato que se elevó a definitivo se quedó en 52.057, 131 menos.

Aun así, aquella cifra relativa a la evolución demográfica de 2019 reflejó el primer aumento de población que vivía la ciudad tras 11 años consecutivos de caída: de 56.858 habitantes a 1 de enero de 2008 a los 51.674 en esa misma fecha de 2019 (5.184 menos), para subir en el año posterior hasta los citados 52.057 (383 más en la variación interanual). Y ahora vuelve a la dinámica negativa, por supuesto, agravada por la cantidad de vidas que se ha cobrado la pandemia.

No puede decirse que la ciudad hubiera ganado población sin pandemia, dado que el exceso de mortalidad atribuible a la covid oscila entre algo más de 200 y 350 habitantes, frente a los 506 que se han perdido en total como mínimo, a la espera de la previsible corrección del INE. La Junta, concretamente, señala que de Segovia capital murieron por covid 201 personas adscritas a las zonas de salud del casco urbano (Segovia I, II y III), más una parte de las 167 personas que murieron de la zona de Segovia Rural, a la que pertenecen los barrios incorporados, junto con otros 38 pueblos.

El Ayuntamiento, por su parte, ha cifrado el exceso de mortalidad en 348 personas, una cifra abultada en comparación con las que pudiera deducirse del balance de Sacyl, pero debe tenerse en cuenta que esta última estadística se basa en bajas de tarjetas sanitarias, no en el Padrón, donde puede haber personas que figuren como residentes en la capital pero que estén adscritas a centros de salud de pueblos.

No obstante, aparte del impacto de la mortalidad, tampoco puede obviarse lo que ha podido afectar la pandemia a nivel social y económico. En ese sentido, después de que en 2019 se registraran 2.894 altas en el Padrón por cambio de residencia, esa cifra cayó en 2020 a 2.145 (749 o un 25,88% menos); y aunque también descendió el número de bajas por cambio de residencia, lo hizo en una proporción muy inferior (de 2.274 en 2019 a 2.145 en 2020, 129 o un 5,67% menos). El balance neto de esta variable demográfica se quedó así a cero, mientras que en 2019 el movimiento migratorio dejó un saldo favorable de 620 personas que fue fundamental para compensar con creces datos negativos como el de la evolución vegetativa (balance de nacimientos frente a defunciones) y terminar ganando un total de 383 empadronados.

Precisamente la evolución vegetativa es la variable que muestra la peor evolución de 2020, ya que por un lado se contabilizaron 829 bajas por defunción (348 más que en 2019) y por otro, sólo 329 altas por nacimiento (54 menos). 

Además, el Ayuntamiento apunta otro dato que «tiene una relación directa con el descenso del padrón», el centenar de bajas de extranjeros que registró a lo largo del año pasado por caducidad o por no haber confirmado su inscripción.

De todas estas variables se desprende fundamentalmente el dato provisional ya apuntado de 51.551 habitantes empadronados con fecha 1 de enero de 2021, de los cuales 24.036 son hombres y 27.515 mujeres; 44.999 españoles y 6.552 extranjeros, con Bulgaria, Marruecos y Honduras como los países de origen más habituales.

Si Segovia terminara bajando de 50.000 habitantes, su condición de capital le reserva ciertos derechos que no perdería, a diferencia de municipios del mismo tamaño que no son capitales, pero vería menguar igualmente la financiación del Estado o la Comunidad y el Ayuntamiento se expondría a perder competencias en favor de la Junta o el Gobierno. Queda tiempo por delante para revertir antes la situación, en cualquier caso, aunque se antoje complicado a corto plazo, y más cuando la pandemia se sigue cobrando vidas sin una fecha clara para su fin.