Virtudes y razones de la comida casera

Patricia Martín
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'El fogón' de Fernando Seminario, del Restaurante El Castellano.

Virtudes y razones de la comida casera - Foto: Rosa Blanco

En la calle San Francisco, junto a la histórica Casa del Sello, Fernando Seminario afronta un nuevo proyecto, tras llevar las riendas de El Bucanero, con el bar restaurante El Castellano, en un local muy conocido para todos los segovianos ya que fue durante muchos años el bar Brasil. Fernando Seminario explica que le ha cambiado el nombre para enfatizar su propuesta basada en «una cocina casera, tradicional y española», a tan sólo 70 metros del Acueducto, y en el que espera que los segovianos se sientan «de verdad como en su propia casa».

La cocina del bar restaurante El Castellano está abierta desde las nueve de la mañana hasta las diez y media u once de la noche. Fernando Seminario destaca que quieren ofrecer una alternativa al gusto de cada cliente porque no todo el mundo quiere comer de menú o platos concretos. Así han diseñado una oferta de platos combinados, tapas calientes y bocadillos para los que estén buscando algo más rápido en el servicio de barra de El Castellano. 

En la cocina se preparan ricas recetas de guisos y frituras. «Tenemos el rabo de toro con vino tinto; un hojaldre de solomillo con una reducción de vino o nuestra sopa caliente de queso, leche, puerro, patata y huevo», resume Fernando Seminario, platos diseñados para este otoño invierno para entonar el cuerpo si baja el termómetro. Llamándose El Castellano, en la carta, también figuran los productos típicos como el judión, la sopa castellana y cordero y cochinillo asado en su  horno,  a los que se suman otras recetas de pescado y de marisco, con todos los productos que «podemos encontrar en la cocina española».

Sin olvidarnos de sus característicos platos en los que fusionan el mar y la tierra. El toque dulce del bar restaurante El Castellano, con postres caseros de nuevo diseño, son una tarta  de galletas tipo oreo con chocolate y un flan de coco. La carta es un ejemplo de la ilusión de los responsables de El Castellano para ir convenciendo a los segovianos desde que abrieron sus puertas hace apenas quince días, el segundo fin de semana de este mes de noviembre. 

FUTURAS AMPLIACIONES. Fernando Seminario destaca que han notado que la calle San Francisco tiene mucha más fluidez de paso y es «mucho más comercial». Ahora mismo dispone de un aforo para unas veinticinco personas en la barra, para los desayunos, almuerzos y también, y así lo desea el cliente, las propuestas más informales de tapas calientes y, en el piso superior, se encuentra el comedor para unas treinta personas. Su objetivo es ir siempre ir un poco más allá y poder emprender, dentro de unos meses, una ampliación de las instalaciones. 

La plantilla del bar restaurante El Castellano, formada en estos momentos por tres personas, confía en irse ganado la confianza y afecto de los segovianos, en este establecimiento que cuenta con tanta solera hostelera, bajo la premisa de dar una cocina elaborada con productos cercanos y un servicio acogedor y familiar.