Calle Real: El misterio de los negocios burbuja

Sergio Arribas
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Son heladerias, tiendas 'low cost' de regalos o de accesorios para móviles. Unos tienen una vida corta, pero otros sobreviven, pese a ocupar locales de altos alquileres

Heladería ‘Borgonesse’, uno de los últimos establecimientos en aterrizar. - Foto: Rosa Blanco

El vapeador, o cigarrillo electrónico, desembarcó como una moda irrefrenable hace cinco años. Y surgieron tiendas franquiciadas como champiñones, también en Segovia y, por supuesto, en la calle Real. Fue un negocio burbuja. El sector pinchó, pese a que ahora, con 600 tiendas en España, comienza, poco a poco, a consolidarse. 

Como aquel, en todas las ciudades han surgido y surgen comercios alentados por modas, desde los que venden fundas para móviles hasta los que seducen a clientes con deliciosos productos, en forma de helados o chocolates, o los que venden todo tipo de regalos y baratijas a precios más que económicos. Unos tienen una vida corta, mientras otros sobreviven rodeados de misterio, al desembarcar en zonas comerciales donde el alquiler de locales alcanzan precios desorbitados.

El presidente de la asociación de comerciantes y hostelereros Decalles, Javier Figueredo, que agrupa a un centenar de comerciantes de la calle Real, no acierta a explicar el fenómeno, especialmente de los que sobreviven. 

«En cualquier venta siempre hay un margen de beneficio, del que hay restar alquiler, salarios, seguros sociales, alarma, agua, luz, impuestos… sumas todos y te preguntas ¿cuántas fundas de móvil o helados hay que vender al día para cubrir solo los costes? No lo entendemos», afirma. «Unos abren y al poco cierran, pero hay casos en Segovia de negocios que te cuesta comprender su rentabilidad y, sin embargo, continúan», comenta Figueredo.

Dulces y gourmet. El paisajecomercial de Segovia no dista de cualquier otra ciudad y en la calle Real ya están implantadas estas tiendas vinculadas a franquicias de moda. Waffle Bubble es buen ejemplo. La franquicia se ha instalado en el local que ocupara Napoles, una tienda de ropa para caballero. A principios de los años cincuenta, los waffles de huevo aparecieron por primera vez en Hong Kong y desde entonces se han convertido en un popular snack callejero.

En fechas recientes también se ha implantado ‘Borgonesse’, heladeros desde 1885, reza su eslógan. Ocupa el local que antes lo hiciera U-like phone, tienda de accesorios para móviles. Con presencia de varios años está también ‘Llaollao’, que vende yogur helado personalizado, o ‘Le Cure Gourmande’, con gran surtido de galletas, pastas, confiteria y chocolates artesanales.

Las franquicias alimenticias se enmarcan en otra moda que también ha llegado a Segovia: las tiendas gourmet. Al Diablo cojuelo , Tierra de Sabor o la tienda de jamones Faustino Prieto se han unido The Food Corner o Productos Nacionales. Tienda Gastronómica, ésta última en un local que fuera galería de arte, en la plaza del Corpus. Aunque desapareció U-like phone y Sg-Phone, el relevo lo ha tomado Fundas Inspiral, donde, como en aquellas, el cliente tiene a su disposición todo tipo de fundas para móviles.

«En la calle Real se están cobrando alquileres elevadísimos. Las grandes franquicias hacen cuentas y si en algún sitio pierden, lo compensan en otros donde ganan más. Al final buscan crear imagen y marca», apunta Figueredo. Con los altos alquileres y los costes que supone todo negocio, «no me extraña que si llega una empres multinacional y te asegura el pago de un alquiler, con avales bancarios, prefieras irte, dejar tu negocio y alquilar tu local. Te puede ser hasta más rentable cerrar, quedarte en casa y cobrar el alquiler».