Los médicos piden sustitutos para sus vacaciones

DS
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El Colegio de Médicos de Segovia reclama que se adecúe el aumento de vecinos en los pueblos en verano con las nuevas circunstancias generadas por el coronavirus.

Consultorio médico de San Cristóbal de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Aprovechar estas fechas de la desescalada progresiva en todo el país para reflexionar y adoptar las medidas necesarias para satisfacer la demanda médica de los próximos meses. Ese el mensaje que se quiere lanzar desde el Colegio de Médicos de Segovia, una vez que el punto álgido de la enfermedad ha pasado en la provincia y se pueden empezar a poner las bases para afrontar unas semanas que, sin duda, requerirán de nuevas medidas para evitar el retroceder en el camino andado.

El verano siempre supone la llegada de muchos vecinos, turistas y familiares a los más de 200 pueblos de la provincia de Segovia. Una circunstancia que, si bien este año quedará vinculada al nivel de reapertura que vayan adquiriendo tanto Segovia como el resto de las provincias, se espera que vaya en aumento a partir de la superación de la fase 3, que permitiría la movilidad entre provincias. 

Para ofrecer un buen servicio médico es fundamental que los profesionales estén en perfectas condiciones y con capacidad de descanso. “Ha habido momentos extremos durante la crisis sanitaria. Una primera y enorme oleada de casos supuso que muchos médicos estuvieran prácticamente las 24 horas del día atendiendo la demanda asistencial que originó esta enfermedad”, recuerda el presidente, Enrique Guilabert. Un gran esfuerzo para toda la comunidad médica de Segovia y, aunque el mayor peso recayó en áreas como urgencias, UCI, neumología, anestesia, medicina interna, radiodiagnóstico o laboratorio, con posterioridad se fueron reforzando las plantillas con la suma de facultativos de otros servicios, que se vieron obligados a retrasar consultas y otras labores pendientes para incorporarse a la lucha contra el coronavirus. 

Ha sido una suma de esfuerzos lo que ha llevado a relajar la incidencia de la pandemia, dicen desde el Colegio de Médicos, recordando la labor que han desempeñado otros colectivos que han resultado de gran importancia, como los voluntarios médicos jubilados o los recién graduados, sobre todo los jóvenes MIR que con destreza y dedicación han sabido estar a la altura de las circunstancias. “Se han sumado grandes esfuerzos para hacer un frente común, pero necesitamos una buena dotación de personal en las plantillas para asegurar el descanso y las vacaciones estos próximos meses, sobre todo en la previsión de que pudiera darse un repunte a la vuelta del verano”, indica Guilabert.

Los profesionales médicos entienden que se actuó con buen criterio para centralizar todos los medios posibles poniéndolos a disposición de la resolución del problema y aplauden medidas que resultaron muy beneficiosas para desahogar situaciones críticas de la pandemia, como la derivación de pacientes a algunos hospitales y otras dependencias ajenas al sistema público, donde recibieron una actividad asistencial complementaria. El paso de las semanas permitió rebajar los ingresos en los servicios de Urgencia y UCI para devolver recursos humanos y tiempo al desempeño de otras patologías, pudiendo así retomar intervenciones y consultas habituales que, si bien nunca se dejaron de atender las más urgentes, sí habían registrado retrasos y aplazamientos por la epidemia.

En esta situación se llegará al comienzo del verano con unas plantillas de profesionales médicos “agotadas, pues han estado sin vacaciones, sin descansos, con jornadas maratonianas e ininterrumpidas”, recuerda el presidente del Colegio de Médicos apelando al buen sentido y capacidad de organización de la Consejería de Sanidad para garantizar en las próximas fechas tanto el suficiente descanso de los médicos como el correcto servicio a los pacientes.

Recuerda la realidad de buena parte de nuestra provincia, que es extensible a casi toda la comunidad, en la que existen muchos pequeños núcleos que duplican o triplican la población con las dificultades logísticas que conlleva en el ámbito de las dotaciones de medios y recursos humanos en las áreas de salud del ámbito rural. Esta circunstancia ha de tener encaje con el período vacacional de los sanitarios, sin olvidar otros factores sobrevenidos por la crisis de la Covid-19, como son las adaptaciones de los centros y consultorios rurales a las imprescindibles medidas de distanciamiento, compartimento y desinfección, necesarias para mantener la baja incidencia de la enfermedad. “La mayoría de los consultorios rurales son lugares donde será complicado mantener los criterios sanitarios para evitar al máximo los contagios, sobre todo cuando es previsible que tengamos un incremento de población en nuestros pueblos por visitantes y desplazamientos a segundas residencias. Estructuralmente, los centros tienen pocas alternativas”, ha insistido Guilabert.

A este respecto, desde el Colegio de Médicos de Segovia, muestran su preocupación porque una vez que se ha conseguido controlar la pandemia, se tenga la intención de volver a caer en los recortes, devolviendo al sistema a una situación de precariedad y falta de inversión. El futuro próximo requerirá unos servicios públicos en el ámbito sanitario fuertes por lo que no se deberían debilitar estas estructuras en cualquiera de sus frentes. “No se entendería que ahora se echara a la calle a todos los profesionales que han estado realizando una gran labor en unos momentos de gravedad. La situación no está controlada del todo, el virus sigue ahí fuera y se van a precisar más esfuerzos”, advierte su presidente.

Para subrayar este punto, sitúan la mirada en los cambios que se anuncian en servicios básicos, como las reducciones de personal previstas para algunos Puntos de Atención Continuada, como en Boceguillas. Estos centros requieren de un médico y una enfermera para cumplir correctamente su función. Dejar únicamente una enfermera es un error, pues las competencias médicas no pueden verse mermadas. “La figura del médico es insustituible. Otras funciones son igualmente necesarias y complementarias, pero no se puede prescindir de la figura del médico sin que se produzca una incidencia en la deseable asistencia a los ciudadanos”, explica Guilabert.

La crisis económica del 2008 y el azote del coronavirus han obligado a cambiar buena parte de las pautas diarias de los facultativos. El cierre de centros de salud y ambulatorios en zonas más despobladas -por unas razones u otras- han reorientado parte del trabajo de los médicos hacia labores no presenciales en unos casos y hacia atenciones que requieren mayores desplazamientos en otros, con un incremento notable de la cita previa, las teleasistencias, así como de las visitas domiciliarias de pacientes.