30 años del Pabellón Pedro Delgado, decenas de hitos

Nacho Sáez
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El polideportivo, que celebra en mayo el treinta aniversario desde su inauguración, ha acogido desde campeonatos del mundo de fútbol sala o esgrima a la vacunación masiva contra el coronavirus.

Grúas trabajando para la colocación de la estructura a principios de los noventa. - Foto: Álbum de Jesús Romano

El Partizán de Fuenlabrada pudo ser el Partizán de Segovia. El equipo de Obradovic y Djordjevic que  se proclamó campeón de la Euroliga de baloncesto de 1992 después de disputar sus partidos como local hasta cuartos de final en Fuenlabrada –la FIBA no permitía que los equipos yugoslavos jugaran en sus países por el clima de inseguridad que se vivía– estuvo a punto de escoger como su hogar alternativo el Pedro Delgado. Inaugurado pocos meses antes, el pabellón segoviano vivió con este episodio uno de los primeros hitos de una historia que el próximo 19 de mayo celebrará su 30 aniversario. 

Tres décadas de «un antes y un después» para Segovia, en opinión de la concejala de Deportes, Marian Rueda. «El Pedro Delgado era muy necesario, está en un sitio muy adecuado y desde entonces presta un servicio fundamental», subraya. Sus luces están casi siempre encendidas. Abre sus puertas los siete días de la semana tanto por la mañana como por la tarde, y por sus instalaciones pasan cada temporada cientos de deportistas de las más diversas disciplinas e incluso personas ajenas a la actividad física. A Jesús Romano no se le olvida la ‘gala de los Óscar’ del ganado porcino que en 2017 reunió en el pabellón a 800 personas. «Y ahora se está haciendo allí la vacunación masiva, los cribados, el reparto de mascarillas... Es un patrimonio social de todos los segovianos», destaca este técnico jubilado de la Concejalía de Deportes, testigo directo de buena parte de los acontecimientos que ha albergado. Desde un partido preparatorio para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 entre las selecciones de España y Noruega de balonmano –con Iñaki Urdangarin sobre la pista– hasta la Copa del Mundo júnior de sable femenino, uno de los últimos eventos internacionales que lo han elegido como sede.

Pero el eje sobre el que gira hasta ahora la historia del Pedro Delgado –al margen de su vocación social– es el Caja Segovia Fútbol Sala. «Lo convirtió en la catedral de este deporte y trascendió al mundo por sus logros», recuerda Romano. Acogió dos Copas de España, otra de Europa, dos finales de Liga, Supercopas... Y antes el Mundial de fútbol sala que se celebró en España en 1996 y que tuvo una de sus sedes en Segovia. Uruguay, Estados Unidos, Italia, Malasia, Brasil, Bélgica, Irán y Cuba pasaron por el Pedro Delgado dejando un sinfín de anécdotas. Entre ellas la que dice que el sultán que acompañaba a la delegación de Malasia se interesó por los materiales utilizados para su construcción.

Su fisonomía apenas ha cambiado en estos 30 años. Los principales problemas se concentraron en la cubierta. «A veces había hasta veinte cubos recogiendo el agua de las goteras», recuerda la concejala de Deportes de su etapa como profesora y como deportista. El Ayuntamiento acometió su reparación en 2008, pero la finalización de las obras coincidió con la celebración de la Supercopa de España de fútbol sala. «Parte de la estructura no llegó a tiempo y tuvimos que colocar plásticos y rezar para que no lloviera mucho», rememora Romano. La más reciente sustitución del parquet y de la iluminación, la mejora de la accesibilidad y la construcción del Centro Cívico de Nueva Segovia –también Casa del Deporte– en un espacio anexo han sido tres de las últimas intervenciones llevadas a cabo sobre una instalación que también pretende sustituir sus marcadores por otros LED.

Lo que pronto se convirtió en una utopía es algo que contemplaba el proyecto original y que explica la denominación como ‘solárium’ de la zona de usos múltiples en la parte superior de la grada que estos días se utiliza para la vacunación. «Estaba prevista una piscina cubierta. Por eso esa parte se llama ‘solárium’, cuenta Romano. «Por poner una pega al pabellón, pena de que no tenga un poco más de altura para algunas modalidades. En cualquier caso es muy utilizado. Puedes hacer tercios y medios. El aprovechamiento es muy alto», añade Rueda, que recientemente acompañó a los representantes de World Padel Tour, que quieren llevar al Pedro Delgado su renovado circuito de categoría challenger: «Se quedaron enamorados. Es un pabellón en el que el deporte se ve, se vive y se siente muy cerca».

Lo han podido comprobar grandes estrellas del Deporte. Como los Harlem Globetrotters, que llevaron hasta allí su espectáculo. O Alberto Herreros y Saras Jasikevicius, dos de los protagonistas del partido que disputaron las selecciones de España y Lituania de baloncesto para homenajear al árbitro segoviano Paco Monjas. «Hemos tenido un montón de cosas en el Pedro Delgado. Campeonatos de la juventud con equipos de toda España, al siete veces campeón del mundo de trial Jordi Tarrés, el histórico equipo de Jesuitinas de Primera, fases de ascenso del Balonmano Nava, un partido entre equipos de ACB en el que metimos 5.000 personas en las gradas...», enumera Romano. Prácticamente lo único que ha evitado son los conciertos de música. «Cuando se hacen este tipo de espectáculos ajenos al deporte es porque cuentas con una posibilidad muy grande de poner y quitar el suelo. Eso requiere un montaje y una inversión muy grande. El pabellón tiene ahora un suelo fijo y no se puede montar y desmontar muy alegremente», justifica Rueda. Aun así, feliz cumpleaños, Pedro Delgado.

HISTORIA DE SU CONSTRUCCIÓN. La construcción del Pabellón Pedro Delgado tuvo un coste de 549.002.484 pesetas (casi 3,3 millones de euros). Diseñado por el arquitecto Federico Coullaut-Valera con la colaboración del también arquitecto Álvaro de la Peña López y del aparejador municipal Joaquín Ibarrondo Fraguela, fue proyectado en planta rectangular con tres niveles de altura, planta sótano, planta baja y planta primera. Según recoge su memoria explicativa, la planta sótano estaba destinada fundamentalmente a las instalaciones del edificio, la planta baja al uso de deportistas y la planta primera al uso de espectadores. «La distribución en planta se organiza fundamentalmente en tres zonas. Una zona de sala o pista polideportiva y sus correspondientes anexos que queda articulada mediante corredores que van de fachada a fachada tanto en planta baja como en primera. En planta baja dicho corredor toma forma de pasillo que da acceso a los vestuarios de la sala, y en planta primera toma forma de vestíbulo corrido que da a acceso a los graderíos de la sala y a los de la futura piscina cubierta», añadía.

Este último espacio nunca se llegó a construir. Como tampoco las salas de squash que estaban previstas. La fisonomía del pabellón apenas ha variado en estos treinta años más que por las salas de emergencia que se construyeron en 2015.