Las castañuelas como terapia

Ángela Amorós (EFE)
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Este instrumento musical relacionado con el baile en casi todo el país se utiliza también para ayudar a pacientes que sufren enfermedades vinculadas al dolor como fibromialgia, artrosis e, incluso, depresión

El sonido de las castañuelas envuelve en una atmósfera de música y baile, pero el toque de este instrumento proporciona también beneficios para la salud quizás no muy conocidos, ya que puede ayudar a quienes sufran enfermedades como fibromialgia, artritis, artrosis e incluso ansiedad o depresión. Antonio Merino, licenciado en Pedagogía, titulado en Danza Española y creador del proyecto Castañuelas para la salud, asegura que en sus talleres ha tenido alumnas que casi no podían mover las manos debido a su enfermedad y, «poco a poco, a través del palillo, iban cogiendo mucha más fuerza y movilidad».

Señala que la memoria se ve reforzada con esta práctica y explica que puso nombre y número a todos los dedos, ante lo que los alumnos debían recordar las secuencias y, gracias a estos ejercicios, se «conseguía distraerlos del dolor de dedos porque tenían que estar haciendo un ejercicio de memoria».

Otros aspectos en los que los alumnos experimentan mejoras al realizar estos talleres son la psicomotricidad, en el tono muscular, gracias a los golpes en el instrumento llamados pulsaciones y la postura del cuerpo, y la autoestima.

Verónica Jiménez, monitora del taller Concierto de Castañuelas en la Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Málaga (Afriboma), considera que la música es muy importante para algunos colectivos: «Personas con alzhéimer no podían aprender algunas pautas o técnicas, pero le ponías unos auriculares y tocaban simplemente escuchando música».

En sus clases adapta y realiza los movimientos de forma más exagerada para que, además de aprender a tocar las castañuelas, los alumnos hagan ejercicio; tanto la posición como los movimientos ayudan, sobre todo, a quienes padecen dolencias en huesos y músculos. La pasión por su labor y su constante reinvención le ha permitido trabajar junto a colectivos con necesidades muy diversas como el de personas ciegas, sordas, con síndrome de Down, ancianos y con dolores como los de la fibromialgia.

«He dado conciertos de castañuelas con personas ciegas y hasta llegaron a ir a Got Talent, aprendieron a tocar a base de los compases de mis pies y memorizaron dónde iba cada toque en el compás de música», explica esta profesora.

Las terapias con castañuelas también son adaptables para quienes sufran dolores de espalda o tengan la capacidad de movimiento limitada, ya que pueden realizar los ejercicios sentados, disfrutan tocando y se consigue que hagan ejercicio dentro de sus posibilidades. «Los beneficios que pueden aportar dependen de la forma de enseñarla y la adaptación para cada tipo de enfermedad», precisa Jiménez.

Reinventarse y seguir

Merino nunca se había planteado dedicarse a enseñar, pero, en un momento de reinvención, descubrió que este instrumento aportaba beneficios para la salud y tomó de base los apuntes de su formación para aplicar estos conocimientos a las castañuelas, de lo que nació su taller. La iniciativa ha continuado con éxito, escucha las necesidades de sus alumnos y adapta las clases a cada tipo de enfermedad. «No puedo decir que es una terapia, pero sí que es un trabajo que realmente ayuda», señala.

Por el carácter novedoso de esta práctica, ambos profesionales coinciden en que es esencial que ellos continúen aprendiendo para poder acercar este mundo a todo el que le interese y destacan que muchos han llegado al taller para mejorar su salud y han terminado por convertirlo en una afición.