La caza en la sangre

Nacho Sáez
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El segoviano Víctor Pérez, que optará este fin de semana en Sevilla al título de campeón de España de caza menor con perro, continúa una tradición familiar que se remonta a su bisabuelo. Lo suyo de niño no era el fútbol sino la cinegética.

Víctor Pérez recorre una finca de Navas de San Antonio con su perra, Mora. - Foto: Rosa Blanco

En la familia Pérez Pozo, la caza constituye un elemento catalizador de sentimientos, un nexo de unión, un motivo de identificación. Desde que el bisabuelo Domingo inauguró la saga, la actividad cinegética ha formado parte indivisible de sus vidas. Como su pueblo, Navas de San Antonio. Es madrugones de domingo, interminables jornadas de campo y una mesa compartida para disfrutar de la comida y de la mejor compañía, la de los seres queridos. El tío Paco y el chico futbolista completan un árbol genealógico orgulloso de los numerosos trofeos logrados a lo largo de más de medio siglo, aunque paradójicamente el primero conquistado en plata de ley ha llegado de la mano del menor de la familia. 

Víctor Pérez Pozo (Navas de San Antonio, 11 de abril de 1989) se ha convertido en el primero en adentrarse en el mundo de la caza de competición. Y lo ha hecho con extraordinaria brillantez. Desde que comenzó a participar en campeonatos hace 12 años, al cumplir la mayoría de edad, se ha proclamado campeón provincial de caza menor con perro en tres ocasiones (en otras dos ocupó el segundo puesto) y campeón regional en dos. La última hace sólo unos días en la localidad abulense de Mengamuñoz, donde se hizo con el billete para la semifinal norte del campeonato de España. En esta cita volvió a ser el mejor y se ganó participar en la final, que tendrá lugar este fin de semana en Osuna.

Su inmaculada trayectoria es celebrada por la Delegación Segoviana de Caza, que se enfrenta al problema del relevo generacional. «Ahora hay muchos cupos, cotos que inauguran la temporada más tarde, y los chavales salen una vez, salen dos y vuelven a casa de vacío. Y claro, pues no siguen. Luego están todos los ataques que recibimos», explica el delegado provincial de Caza, José Luis Gómez, al frente de una organización que agrupa a algo más de un centenar de sociedades de cazadores y alrededor de una decena de competidores. Entre estos últimos figura la salmantina Lidia Pérez, vigente campeona de España de caza menor con perro. Tiene ficha con Segovia y encarna lo más cerca que ha estado nuestra provincia de alzarse con un título nacional. «Hay que estar muy bien preparado porque los recorridos duran más de cinco horas», subraya el delegado provincial de Caza. «Por eso, quien compite suele ser la gente joven. Cada vez hay más mujeres, pero nunca hemos tenido un campeón de España», añade.

Con algunos de los trofeos que ha conseguido en los últimos años. Con algunos de los trofeos que ha conseguido en los últimos años. - Foto: Rosa Blanco

Víctor Pérez tiene la oportunidad de hacer historia este fin de semana. «Ganar sería un sueño. Ya es difícil llegar a la final...», suspira mientras muestra algunos de los trofeos conseguidos en estos años. «Influye mucho la suerte. Todos los que competimos somos grandes cazadores». Se resta mérito, la cinegética corre por sus venas. Apenas tenía 14 años cuando se sacó su primer permiso de armas (la edad mínima que marca la ley) y frente a otros chavales que soñaban con ser futbolistas, lo suyo era la caza. «Los sábados por la noche casi no dormía pensando que al día siguiente iba a salir con mi padre, mi hermano [el futbolista de la Segoviana Domingo], mis tíos y mis primos. Salíamos al campo todos los domingos y festivos», relata.

Su familia está inscrita en la Sociedad de Cazadores de Navas de San Antonio, que en la actualidad cuenta con alrededor de un centenar de integrantes. Son los principales encargados de velar por la correcta conservación del coto municipal del que dispone el pueblo, en el que abundan sobre todo los conejos. En cambio fueron cuatro perdices lo que abatió Víctor para alzarse con el título autonómico en una competición que tuvo un desenlace emocionantísimo. El campeón de Burgos, Ricardo Ramos, y él habían alcanzado el cupo que había marcado la organización. «Nos llevamos muy, muy bien. Somos muy amigos los dos y ya habíamos ganado un campeonato autonómico cada uno y para no entrar en mayores complicaciones tomamos la decisión de echar una carrera hasta control. Como el reglamento estipula que en caso de empate el primero llega al control gana, pues gané yo», apunta el de Navas de San Antonio.

Sus únicos secretos son mantener una buena forma física «y cazar mucho», según señala de camino en coche a una de las fincas en las que da rienda suelta a su afición. Le acompaña su perra, Mora, una cruce de podenco que ya tiene 12 años. «La tengo desde que empecé a competir y me ha enseñado mucho más que yo a ella. Ahora ha bajado su rendimiento, pero no me planteo ir a la final sin ella», remarca Víctor, que el pasado fin de semana ya estuvo en la localidad sevillana de Osuna para reconocer el terreno en el que se disputará esa cita decisiva del Campeonato de España de Caza  Menor con Perro.

Cargando el coche en el que se desplaza habitualmente  para salir de caza. Cargando el coche en el que se desplaza habitualmente para salir de caza. - Foto: Rosa Blanco

Serán cinco horas y media de competición en la que previamente se celebrará el sorteo de jueces. Cada participante aporta uno. Víctor viajará con el también segoviano Juanjo Martín y con su primo Francisco Pérez, que le ayuda a preparar los campeonatos. «Lo pasa peor él que casi nadie», se ríe el de Navas de San Antonio, que no obstante quiere sacarse una espina que tiene clavada desde su anterior presencia en la final del nacional: «Me hice un esguince en el autonómico y casi no podía ni andar». Ahora se encuentra en plenitud de condiciones inmerso como está en las oposiciones para sacarse plaza como policía nacional. A sus 30 años no ha perdido el tiempo. Tras estudiar Primaria en el colegio de su pueblo y la ESO y el Bachillerato en El Espinar, se sacó la carrera de Ingeniería de Obras Públicas en Ávila, ha trabajado en Madrid y siempre que ha hecho falta ha echado una mano en el restaurante que regenta su familia desde hace más de medio siglo.

Al otro lado de la barra se encuentra su padre, Luis Miguel Pérez, que además es el alcalde desde hace dos décadas de este municipio de poco más de 300 habitantes situado en plena Nacional VI. Él también tiene previsto estar este fin de semana en Sevilla, donde Víctor se ha autoxigido «disfrutar, dar el máximo y hacer el mejor papel posible». Sin más apoyos que unos forros polares que le ha regalado la Diputación Provincial y un chaleco y los cartuchos que utilizará en la final gracias a la colaboración de la segoviana Armería Prieto, intentará hacer historia y de pasa reivindicar la caza. «Se está perdiendo –aquí en el pueblo yo soy el más joven– y la caza es una necesidad», concluye.