Vuelven a casa por Navidad

L.H.M
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Dejaron Segovia por estudios o trabajo y ahora como en el conocido anuncio del turrón, vuelven a casa por navidad. 23 de los segovianos que trabajan o estudian en diferentes puntos del planeta han participado en el encuentro anual de la Diputación

Vuelven a casa por Navidad

Dejaron Segovia por estudios o trabajo y ahora como en el conocido anuncio del turrón, vuelven a casa por navidad. 23 de los segovianos que trabajan o estudian en diferentes puntos del planeta han participado en el encuentro anual que la Diputación organiza en el Teatro Juan Bravo desde hace ya siete años y en el que los deportistas Javi Guerra y David Llorente, con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, han ejercido de padrinos.

Silvia e Isabel se marcharon de Segovia por trabajo y estudios hace una década y 7 años, respectivamente. En sus destinos, Noruega y Viena, han construido una familia, acompañadas del éxito profesional, Silvia como ingeniera informática hoy considerada una de las 50 mujeres más influyentes en el área de tecnología en Noruega e Isabel como doctorando en Medicina.

Este lunes han sido dos de los 23 participantes que se han sumado al séptimo encuentro ‘Segovianos por el Mundo’ de la Diputación. Han invertido parte de su corto y valioso tiempo en Segovia para compartir experiencias.

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Dentro de ellas estaba también la de Diego, que se marchó a Australia por dos año y lleva ya cinco trabajando como broker de seguros. Le separan 23 horas de su querida Segovia por lo que sueña con que los aviones vayan más rápido. Entre risas comenta que allí ha encontrado hasta un restaurante en el que sirven cochinillo ‘eso sí de un segoviano’, añade.

No temen al brexit tan nombrado ni Víctor Yagüe, ingeniero aeroespacial que trabaja en Londres, ni María Grande, subgerente de un bufete de abogados en Oxford.

Cambios de vida radicales de los que no se arrepienten y muchos ven difícil regresar a Segovia hasta dentro de un tiempo, porque han hallado condiciones laborales que distan mucho de las de aquí.

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Eso sí, reconocen que llevan siempre esta tierra en el corazón y se echan de menos costumbres como el cañeo y el tapeo.