La minirrevolución que preparaba desde hace meses el Ayuntamiento de Segovia con la adjudicataria del transporte urbano, Avanza, ya está definida, aunque al final no se aplicará hasta «abril o mayo» de 2020 por los tiempos de tramitación que requiere la modificación del contrato. Habrá cambios en siete de las trece líneas actuales y todos conllevarán mejoras. Otra cuestión es si buena parte de estos cambios debieron tenerse en cuenta antes de que se completara la implantación del nuevo servicio el pasado 1 de abril o si se ha podido tardar demasiado en corregir las deficiencias que se detectaron desde las primeras semanas, pero el servicio actual se verá claramente reforzado. Por algo va a suponer un sobrecoste de 166.000 euros que elevará el presupuesto público del servicio por encima de los 4,7 millones al año; y teniendo en cuenta que a la adjudicataria actual le quedan nueve años de contrato (más lo que pudiera prorrogarse hasta la siguiente adjudicación), el sobrecoste al cabo de ese tiempo no bajará de 1,5 millones.

En cuanto a los cambios, la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, y la concejala de Transporte, Claudia de Santos, confirmaron este jueves que la línea 4 se reforzará con un sexto autobús. Con la reordenación del 1 de abril ya se sumó un quinto a esta ruta con idea de mejorar su frecuencia hasta dejarla en 15 minutos, frente a los 18 o 20 de antes. Así se pretendía potenciar su condición de eje vertebrador de todo el sistema de transporte, ya que va por toda la ciudad y de este modo se podía intercalar mejor con las líneas de los barrios, que mayoritariamente se mueven en frecuencias de 15 minutos o múltiplos de 15. En la práctica, sin embargo, los conductores vieron recortado el tiempo que tenían para hacer todo el recorrido, y como en cada vuelta que dan pierden entre tres y cinco minutos, van acumulando retraso durante toda la jornada. Un problema que se resolverá metiendo ese sexto autobús. ¿Pero este desajuste no se podía haber detectado y resuelto antes? De Santos respondió que no porque, según aseguró, los dos problemas que han provocado la impuntualidad de esta línea han sido el aumento del tráfico interior de la ciudad por las obras de la variante, ralentizando la velocidad comercial del autobús, y el aumento de usuarios que ha registrado en los últimos meses, alargando así los tiempos en las paradas.

Respecto a las líneas que conectan con la estación del AVE (11 y 12, con salidas desde la plaza de la Artillería y Ezequiel González), ambas se verán reforzadas finalmente, ya que la primera tendrá frecuencias fijas de 20 minutos y la segunda de 15 en días laborables, en lugar de funcionar «a demanda», intentando ajustarse a los horarios de Renfe, que cada vez que cambiaban provocaban problemas por la falta de comunicación entre una y otra compañía. La aplicación de frecuencias fijas, según De Santos, hará que la línea 11 pase «de 35 expediciones diarias a 47», y la 12, «de 31 a 62», si bien los fines de semana se prevé que continúen funcionando a demanda.

La concejala de Transporte reconoció que ha sido «la modificación que más quebraderos de cabeza» les ha dado porque el planteamiento inicial era «unificar» las dos líneas del AVE «en virtud del ahorro»; es decir, dejar una sola, aunque fuera con un itinerario más largo que intentara compensar la pérdida de paradas para unos u otros usuarios. Esa medida ya la anunció la alcaldesa en el verano de 2016 (cuando presentó un borrador del mapa de líneas que se incluiría en el concurso para la renovación del servicio) y terminó descartándola después de que los usuarios emprendieran una campaña de firmas en contra. Y ahora ha ocurrido prácticamente lo mismo porque los afectados se habían vuelto a movilizar, después de que De Santos reconociera a Radio Segovia y El Día que esa propuesta volvía a estar sobre la mesa. 

También en declaraciones a ambos medios había reconocido De Santos el pasado mes de septiembre que se estaba estudiando la posibilidad de reunificar las líneas 8 y 9 (las que dan servicio a Zamarramala, Puente de Hierro y Hontoria), y también esa medida se ha descartado. No en vano, ya había usuarios que habían decidido recoger firmas en contra. Lo que se va a hacer finalmente con estas líneas es convertir en permanente un refuerzo que se planteó como provisional meses atrás: la incorporación de una expedición más a primera hora de la mañana para facilitar los desplazamientos a los centros de enseñanza.
La línea 5, por su parte, contará con una primera expedición a las 7.11 de la mañana, 10 minutos antes que ahora, a petición de usuarios afectados. Y por último, también se ha decidido que las líneas 1, 3, 5 y 6 tengan su última salida desde las cabeceras (Colón o paseo del Salón) sobre las 22.30 o 22.45 horas de junio a septiembre, alargando así el servicio de autobús hacia esos barrios «durante los meses de buen tiempo».

Todas estas medidas ya están pactadas y cuantificadas con la empresa, pero llevará su tiempo implementarlas por el proceso administrativo que requieren. Tocará modificar el contrato actual del transporte urbano, lo cual requiere el visto bueno del pleno y un plazo de exposición pública previo a la aprobación definitiva, y eso no se podrá activar hasta que entren en vigor los presupuestos de 2020. De ahí que De Santos apuntara que confía en que las mejoras sean una realidad «en abril o mayo».